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Seguramente es, aunque él no lo diga, el principal artífice de que el Charles se mantenga por primera vez en su centenaria historia en Segunda B. Los jugadores interpretan muy bien en el campo las instrucciones de Manu Calleja (Beranga, 1975) y así se explica ... que un equipo modesto como el Laredo haya conseguido el objetivo que todos pretendían al principio de la temporada: la permanencia. Trabajo bien hecho para compensar que «en cuanto a medios económicos, tácticos y técnicos, estamos a años de luz de algunos equipos con los que hemos competido y los que estarán en esa nueva liguilla. Pero en ilusión no nos gana nadie», afirma. El técnico del Charles avisa. Su equipo no se dejará ir en esta segunda fase, una vez alcanzado el objetivo. «Nadie nos ha regalado nada y queremos más».
–¿Ha sido una sorpresa o tenía claro que el equipo se salvaría?
–Sí lo tenía claro. Había jugadores para ello. Además creíamos en el trabajo del cuerpo técnico, porque al final cuando entrenas y trabajas es para ganar y aunque sabíamos que había que ganar muchos partidos, lo hemos conseguido.
–¿Dónde ha estado la clave del éxito?
–En el esfuerzo del día a día, en superar todos los problemas que surgían cada semana, levantarnos cada vez que nos caímos. Pero principalmente en muchas horas de trabajo, que al final se han visto recompensadas.
–Para usted habrá sido un orgullo ser el entrenador que ha llevado al Laredo a conseguir la permanencia en una temporada dura y atípica...
–Sí, claro. Soy de Beranga, soy cántabro y he visto al Laredo mil veces desde niño. Y ser el primer entrenador del Charles que consigue la permanencia es algo muy importante, algo que me hace sentir muy orgulloso.
–¿Qué cuota de protagonismo se atribuye?
–La misma que las demás personas que están en este proyecto. He tenido la suerte de estar en el momento justo y en el sitio adecuado, con la confianza del presidente y de su directiva. Y las cosas abajo van como quieren los que tienen el mando. Me siento un privilegiado, les doy confianza a los futbolistas y así sale esto.
–Con la salvación en la mano, ¿eso implica relajarse o seguir trabajando para conseguir algo más goloso?
–Ahora a descansar estas dos semanas que no tenemos competición. Pero luego tenemos que jugar. Hay que salir a ganar cada partido, ya que queremos terminar el año con buenas sensaciones y además contra rivales importantes, por lo que no nos podemos relajar.
–¿El equipo ha tocado techo?
–No. Yo creo que seguimos creciendo y queremos terminar la Liga evolucionando. Empezamos sumando, estamos multiplicando y queremos acabar el año haciendo raíces cuadradas.
–A priori al Charles, se le daba como claro candidato al descenso a Tercera y ya está como mínimo en esa Segunda RFEF. ¿Cómo ve la segunda fase para su equipo?
–No engañamos a nadie y en cuanto a medios económicos, tácticos y técnicos estamos a años de luz de algunos equipos con los que hemos competido y los que estarán en esa nueva liguilla. Sin embargo, en ilusión no nos gana nadie y esa es nuestra base, algo que llevamos a rajatabla.
–Entonces, eso de 'llegar hasta aquí ya es un éxito' le sonará a tópico...
–Aquí todos jugamos para ganar y el objetivo en este caso era claro, mantenernos. Yo huyo de ese tipo de frases y no pienso que tengamos poco que perder y mucho que ganar. Nadie nos ha regalado nada y queremos más. Sabemos que no partimos con ventaja, pues esa la tienen los equipos que tenemos por delante. Pero conocemos nuestras virtudes y nuestros defectos y a partir de ahí trataremos de explotar lo bueno y tapar lo demás. Está claro que la montaña es cada vez más alta y que se complica conseguir los objetivos, pero eso es lo bonito en el deporte, superar retos. Y sabemos que a nuestro mejor nivel podemos competir contra cualquiera y que hemos sido fuertes esta temporada en el San Lorenzo y también fuera.
–¿Cuál ha sido el mejor momento y el peor momento de la temporada, desde su punto de vista?
–El mejor, lógicamente el partido del domingo, porque es en el que consigues el objetivo. El peor fue el encuentro contra el Portugalete en casa, en el que caímos derrotados. A mí en lo personal me hizo mucho daño, ya que tuve que aguantar cosas que no me gustaron.
–Quien se acerca al Laredo destaca que funciona como una familia y que ahí radica la clave de su éxito...
–Absolutamente. Desde mi punto de vista así se consiguen cosas importantes y más en deportes colectivos. Es verdad que somos un equipo bastante especial, con nuestras limitaciones y nuestra forma de hacer las cosas, y nos está dando buen resultado. Si no nos comportáramos como un grupo unido hubiésemos bajado o hubiésemos rozado el descenso. Entendemos que no podemos creernos más de lo que somos y que tenemos que estar preparados para lo que necesite el equipo, huyendo de los intereses particulares.
–¿Cómo se mantiene la armonía y ese frente común cuando hay jugadores que están teniendo menos oportunidades que otros?
–Todos han tenido opciones. Lo que pasa que en un club de 22 futbolistas hay unos que juegan más y otros menos, pero todos han actuado con mucha profesionalidad.
–¿El futuro de Calleja por dónde pasa?
–Yo pienso que todas las puertas tienen que estar abiertas, pero ahora mismo estamos centrados en la nueva liguilla y sólo en eso. No se mira nada más, pues bastante es lo que tenemos entre manos y sería una falta de respeto estar hablando de la siguiente temporada. Cuando llegue el momento hablaremos y evidentemente el Laredo será el primero. Quiero agradecerles todo el apoyo y cómo se han volcado. Será el primero al que escucharé.
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