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BORJA CAVIA | JOSÉ COMPOSTIZO
Jueves, 19 de diciembre 2019, 07:30
«Nos fuimos a comer una hamburguesa rápida y a tomar una copa, pero estaba todo cerrado. Pensábamos liarla un poco por ahí pero nada. Tomamos una copa y para casa». Para una vez que se hace una gesta de tal calibre Mario, el ... capitán del Escobedo, y todos sus compañeros se quedaron con ganas de un 'fiestón' para celebrar que habían eliminado a todo un Málaga en la Copa del Rey. La última hora de un martes no suele ser el mejor momento para salir por ahí, así que el Escobedo se conformó con convertir al miércoles en un día de fiesta en Camargo. Ayer no era San Pedro ni San Esteban, pero en Escobedo no podía haber más sonrisas. Sin bombas y cohetes, sin misa y sin verbena, hasta con frío, pero con la misma ilusión que si fuera el día del patrón. En el pueblo no se hablaba ayer de otra cosa. Que un club tan modesto haya conseguido eliminar al conjunto andaluz -en su momento, todo un equipo de Liga de Campeones- es un hecho más que histórico.
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Tras festejarlo en el campo -con camisetas del Málaga incluidas- y luego en el vestuario, los integrantes del Escobedo se fueron al bar del campo Eusebio Arce a brindar por la gesta. Era uno de los días «más importantes de la historia del club», según su presidente, Luis Merino, y había que celebrarlo a lo grande, por ejemplo con un calimocho en la barandilla del campo y delante del 2-0 que reflejaba el marcador. Los jugadores dejaron buena constancia de ello en un vídeo que elevaron a las redes sociales y que se ha hecho viral a través del twitter del club blanquinegro. «Pepín fue el más animado, junto con Héctor Tirado», aseguraba ayer en el primer entrenamiento del Escobedo tras su hazaña Quinta, autor del primer tanto del partido y que tuvo que abandonar pronto el jolgorio por sus obligaciones laborales en Correos. «He llegado al trabajo con sueño y muy cansado, no me podía ni mover». Pepín daba por bueno el cansancio del martes por la noche. «Ahora nos van a conocer hasta en China, ya van a saber dónde jugamos. La que hemos liado... Fue muy gorda», sonreía uno de los protagonistas de la noche no solo por su labor sobre el césped, sino porque su faceta de ganadero se ha conocido en media España.
Dalisson, Delantero
«Tocaba currar, era ya la madrugada del miércoles. Hubo un poco de celebración y en el trabajo lo han comprendido. Por desgracia cayó en martes. Si llega a ser en viernes o sábado...». Bubu no acaba la frase, no hace falta. Ayer fue un día normal en la vida de unos futbolistas acostumbrados a saltar al tapete después de jornadas maratonianas y en campos de diversa condición y que de un día para otro han abierto informativos y han sido portada de la prensa de toda España. «Es una cosa increíble, los vídeos en Cuatro o La Sexta, lo hemos estado comentando en el vestuario», apunta Bubu.
Montiel , Defensa
También volvió al 'tajo' el míster del equipo, un Pablo Casar que por su pasado racinguista es más veterano que sus jugadores en estas lides. El entrenador señala que su vestuario está «feliz» y reveló la arenga que en el vestuario les dio a sus jugadores al final de la primera parte. «En el descanso les dije que estábamos a 45 minutos de hacer algo que íbamos a recordar durante muchísmo tiempo». Dicho y hecho. Muchos nunca podrán olvidar lo vivido. Antes del choque, fue un jugador el que se dirigió a sus compañeros. Alberto Montiel, otro de los pesos pesados del vestuario, tomó la palabra para decirles que «nos lo estamos pasando muy bien. Estamos jugando muy bien. Estamos disfrutando. Pero también estamos a un paso de hacer historia. Hagamos historia». Escobedo, que no supone ni el 1% del total de la población de Málaga, seguía en la Copa del Rey.
Más allá de la fiesta, el postpartido también sirvió para comprobar cómo el fútbol cántabro se había volcado con uno de los suyos y para que los más jóvenes del pueblo se hicieran fotos con sus ídolos... Y con los jugadores del Málaga. «Los niños de la zona en estas ocasiones siempre vienen a animar, pero al final lo entiendes, les piden autógrafos a los del Málaga y no a nosotros, que nos ven todos los días», afirmaba Quinta. Y eso que los jugadores andaluces, rebotados por el largo viaje y decepcionados por la derrota, no se mostraron muy locuaces. «No fueron muy amables con nosotros. Al final del partido, cuando les hemos pedido una camiseta para tener de recuerdo, han sido pocos los que nos han querido dar algo. Parece que no hay un euro para nada». Aunque el Málaga no atraviese su mejor momento en lo deportivo ni en lo económico, con todo el presupuesto de los camargueses sólo se pagaría el salario mínimo de un jugador de la plantilla malacitana.
Quinta, Centrocampista
El que sí se hizo fotos con los niños fue Dalisson, el otro goleador, que fue uno de los más reclamados tras el duelo. «En el campo me hice muchas fotos con los niños pequeños y además he recibido muchas felicitaciones. Pero una muy especial ha sido la que me ha mandado un entrenador que he tenido en las categorías de base del Valladolid».
Los teléfonos de los futbolistas ardieron durante el día de ayer, en muchas ocasiones para recibir mensajes de felicitación y muchas otras para preguntarles sus preferencias para el sorteo de mañana viernes a las 13.00 horas. Una hora a la que -obviamente por motivos laborales o de estudios- plantilla y cuerpo técnico no podrán reunirse para ver quién será su próximo rival. «En mis ratos libres en el trabajo he contestado a la gente que me escribía», reconocía un Quinta que además afirmó que -al contrario de lo que pueda parecer- la petición de entradas para el duelo ante el Málaga no había sido muy amplia.
¿Y ahora qué? Descartados los cuatro equipos que van a disputar la Supercopa de España -Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia- las preferencias giran en torno al resto de equipo europeos y especialmente al Athletic de Bilbao, Sevilla o Betis. «A nivel de club lo mejor que nos puede venir es el Athletic», indica el entrenador. «Se movería mucha gente, habría mucho ambiente y si es lo mejor para la entidad, es lo mejor para todos».
Un sueño que comparte Bubu. «Es uno de los grandes del fútbol y está a 100 kilómetros». Y es que ver a los Iñaki Williams, Raúl García o San José batirse el cobre sobre el Eusebio Arce es algo que apetece a todos... O casi todos. « Prefiero que nos toque el Valladolid. Sería un partido muy especial para mí», comenta Dalisson, que juega en el Escobedo cedido por el equipo pucelano. Otro desplazamiento asequible que a buen seguro traería numerosos aficionados hasta Camargo.
El más osado, como en casi todas las facetas, es Pepín. «Recuerdo que cuando se hizo el sorteo anterior la gente se decepcionó porque quería el Athetic o un equipo así. Nos ha tocado el Málaga ¿Y qué?», aseguraba el centrocampista, al que solo le faltó añadir 'y ahora que pase el siguiente'.
Mario, Defensa y capitán
Sea quien sea, visitará el Eusebio Arce a mediados de enero, cuando los Pepín, Mario, Quinta o Montiel volverán a ocupar portadas a nivel nacional. Hasta entonces, seguirán con las vacas, la imprenta, los sobres o el gimnasio. A la vida cotidiana. La de todos los días en un club de la Tercera División cántabra. Pero al menos por un día, el nombre del Escobedo ya se ha conocido en toda España y en medio mundo. Mañana se sabrá el rival que cite a los de Pablo Casar otra vez con la historia. Todo un Primera División. No habrá mejor oportunidad para que el Escobedo vuelva a regalar un día de fiesta a su pueblo.
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