![Con diez no se juega mejor](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201904/20/media/cortadas/barreda-kci-U7012222208659g-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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Once de la mañana en Solvay. El Barreda recibe al líder, elEscobedo. El público resguardado en la vieja tribuna de madera ve salir a los suyos. Uno, dos, tres... Así hasta diez. No hay más. En el banquillo, solo sus auxiliares acompañan a Alejandro Cayón. El Barreda ha salido con diez jugadores al campo. No tiene más. La normativa le permite jugar, pero se avecina tormenta, y no solo en el encapotado cielo del Besaya. También se barrunta goleada, en inferioridad contra el líder. Y lodo no solo sobre el césped, porque los blanquiazules han llegado en esas condiciones por una plantilla corta, unas lesiones que se han cebado con el equipo y la decisión de jugar enSemana Santa en el fútbol no profesional. No ya concretamente el Jueves Santo –si llegan a jugar en domingo podía haber sido peor–, sino durante el puente.
En el fútbol modesto de Tercera División no hay contratos profesionales ni exclusividad. Ni siquiera en muchos casos sueldos más allá de las primas por objetivos y desplazamientos. Y el Barreda así lo sufría en sus propias carnes. Alejandro Cayón, que ayer quería «pasar página», tuvo que echar mano incluso de su portero suplente, Mario, como jugador de campo y salir al menos con diez efectivos (la normativa permite jugar incluso con siete), evidenciando más aún que algo no marchaba bien en Solvay.
Consciente de lo que se avecinaba, elBarreda había propuesto al Escobedo jugar el miércoles a las nueve. Mala idea. Dos jugadores de los camargueses no podían jugar en esa fecha y la iluminación de Solvay tampoco es propicia par un partido nocturno, de modo de rechazaron la propuesta. ¿Por qué entonces el jueves? Porque de haber jugador el domingo el asunto podía haber sido incluso peor. Cayón se arriesgaba a tener a solo ocho futbolistas. Casi en el límite legal, por una parte. Y con un evidente riesgo, más allá de la imagen, de toparse con un resultado muy abultado que hiciera caja de resonancia al problema.
«Ha ocurrido de todo», reconocía el presidente del Barreda, José Girón, que siguió en directo el partido desde la tribuna de Solvay. El fútbol modesto no das muchas recompensas económicas. Al contrario, en ocasiones sale incluso a pagar. Y la situación tampoco tenía solución.
La situación no le había salido al paso por sorpresa. «Tenemos cuatro lesionados, dos de ellos de larga duración, con el cruzado roto, dos castigados y otros tres jugadores que tenían unas vacaciones programadas para esa fecha, así que nos hemos encontrado con ese problema. En realidad encontrado no, porque ya lo sabíamos. Ahora mismo tenemos 19 fichas y tampoco tenemos juvenil», reconocía el máximo responsable de un club modesto pero al día en sus pagos. «Intentamos cambiar el partido, pero no nos pusimos de acuerdo», añadía.
Se evidenciaba así un problema que no es nuevo en el fútbol modesto ni tampoco de sencilla solución: las cortas plantillas que en muchos casos se deben confeccionar, y que en este caso se ha visto agravado, además de las situaciones fortuitas y la jornada en pleno puente, por el hecho de que el Barreda no cuente con unas secciones inferiores de las que otros equipos echan mano (generalmente del juvenil) cuando viven situaciones similares.
«Imagina: Empezar con diez porque no tienes más jugadores es algo que no pasa muchas veces. Lo mejor, la actitud del equipo y que hemos conseguido acabar con diez», explicaba ayer Alejandro Cayón. «LaTercera es un categoría aficionada. Quienes juegan en equipos llamados a disputar la fase de ascenso pueden cobrar mensualidades, pero en otros se cobra a prima, por ganar o empatar, de modo que son aficionados, así que cuando llega una situación como esta aprovechan para descansar. Porque estudian o trabajan, y también quieren tener su tiempo libre», añadía el técnico, que no cree que sea necesario suspender la competición en estos puentes. De hecho, achaca más la situación a que elEscobedo no aceptara un cambio de fecha pese a la «comprensión» que encontró en su entrenador,PabloCasar.
«El problema llega porque se pueden tener hasta 22 fichas y se pueden cambiar las fechas de los partidos, pero al haber tenido lesionados de larga duración y menos fichas se ha encontrado con esta situación», explica el presidente de la Federación Cántabra de Fútbol, José Ángel Peláez. De momento el Barreda ya ha pasado el sarampión.
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