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En su casa de Andrés del Río, rodeado de su familia y a los 87 años de edad, falleció este lunes Ángel Meñaca Montequín, el histórico presidente del Rayo Cantabria, una verdadera institución del fútbol base de Cantabria y fundador, entre otros ... equipos, del famoso Estrella de Tetuán, que se mantuvo vivo durante treinta años. Meñaca, que fue presidente del club entre 1983 y 1987, fue el máximo defensor para que el Rayo no desapareciera en 1993 con motivo de la variación de la calificación federativa que dio origen al Racing B.
Hijo de pescador (Joaquín) y pescadera (Isidora), Ángel Meñaca tuvo que ponerse a trabajar a los once años debido a la temprana muerte de su padre. Picaba salitre de las calderas de los barcos pesqueros y como hermano mayor de los cuatro que tuvo el matrimonio, alcanzó precozmente la madurez y la responsabilidad. Aprovechando que las familias de pescadores, debido a sus tareas, descuidaban la atención de sus hijos, el pequeño Ángel se propuso agrupar a los chiquillos para que jugaran al fútbol en el mismo patio de Amaliache, donde desembocaba un pasadizo, cerca de la antigua fábrica de betún, que unía Tetuán con Magallanes. Así nació su vocación de velar por la salud y la integración de los jóvenes. Naturalmente, fue jugador de fútbol, vistiendo las camisetas del Magallanes y del San Andrés (equipo este último de Perines).
Pero su vida cambió totalmente cuando con trece años, al entrar como aprendiz en su taller de pintura, conoció a Rafael Sanz, fundador del Rayo Cantabria. De esta manera se convertiría en el más fiel colaborador del equipo, atesorando unos lazos con la familia Sanz llenos de cariño y admiración. Meñaca montaría su propio taller de pintura y emuló a su maestro fundando en 1952 un equipo que llamó Estrella de Tetuán, participando con él en la segunda edición del Torneo Playero que había creado Rafael Sanz. Al año siguiente, logró ser campeón y lanzó al equipo a la categoría infantil, juvenil y más tarde regional, jugando en los Campos del Hogar. El Estrella de Tetuán de los años cincuenta fue una referencia deportiva ejemplar donde convivían, gracias al talante de Meñaca, humildes hijos de pescadores y señoritos de Castelar y del Paseo Pereda.
En 1983 dejó al Estrella de Tetuán al ser llamado por el presidente del Racing, José Luis Cagigas, y como directivo racinguista pasó a ocupar la presidencia del Rayo Cantabria. En su etapa fichó como entrenador a José Ramón Moncaleán y entre sus éxitos destaca el ascenso a Segunda B y el pase de varios jugadores al Racing, como Liaño, Abad, Edu, Álvaro y Revilla, entre otros. Sin embargo, dimitió como presidente en 1987, protestando ante la directiva racinguista por el impago a los jugadores del Rayo que desembocaría en un encierro de los futbolistas en las instalaciones de La Albericia, momentos que Meñaca vivió con mucho disgusto y tristeza.
En 1993, tras la asamblea de los socios del Rayo Cantabria aprobando la variación de la calificación federativa y la aparición del Racing B, fue quien puso manos a la obra para que un nuevo Rayo, denominado Deportivo Rayo Cantabria y desligado del club racinguista, continuara la senda trazada en 1926 por el Rayo Sport Miranda. Dejó la presidencia del nuevo Rayo en 1996 cuando fue reclamado para por Manuel Huerta, entonces presidente del Racing, para ser responsable de las instalaciones de los Campos de Sport y de La Albericia.
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