La Gimnástica no termina de arrancar

La Gimnástica no termina de arrancar y vuelve a sumar otro empate. El Castañal se le atragantó a los torrelaveguenses, que tuvieron que conformarse con un solo punto, como ya han hecho este inicio de campaña en cuatro de los siete partidos que han disputado. En esta ocasión, además, no consiguieron marcar, algo que sucede por primera vez. En realidad el resultado no refleja exactamente lo que ocurrió sobre el césped. No tanto por el resultado como por la ausencia de tantos, ya que ambos equipos dispusieron de oportunidades para hacer gol. Si en la primera parte fue el conjunto que dirige Chiri el que apretó con más fuerza y pudo abrir el marcador, en la segunda fue el Selaya el que pudo hacerlo, sobre todo en el lanzamiento que despejó Puras en el 71.

El empate en Selaya abre un signo de interrogación sobre el estado de la Gimnástica, que no coge el ritmo al que tiene acostumbrados a los aficionados. No parece ese conjunto que toma la cabeza del pelotón desde los primeros compases y tira de él hasta que poco a poco los rivales se van desgastando y quedándose por el camino. No parece un problema de juego, ya que el equipo se mueve bien, se le ve fresco con el balón y además genera oportunidades de gol. Tampoco un asunto de falta de munición, porque dispone de futbolistas que llevan el gol en su ADN, como Nacho Rodríguez, Cagigas, Perry o el mismo Palazuelos. Así pues, parece tratarse de otra cosa y tal vez sea solo cuestión de paciencia, de saber esperar y confiar en que esa regularidad necesaria para pelear por la Liga termine llegando antes o después.

Mientras llega ese día, a los blanquiazules les toca padecer partidos como el jugado ayer en El Castañal. Un choque de tú a tú frente a un oponente que no se amilanó y que desde el principio puso en aprietos a Puras, que ya tuvo que intervenir casi desde el principio, despejando a córner un lanzamiento y después con dos remates de cabeza que a punto estuvieron de colarse en la portería. Tras esos primeros sustos la Gimnástica tomó el control del juego, con Palazuelos y Javito en la sala de mandos, gobernando la nave. Así se sucedieron varias jugadas de peligro, como el remate de Cagigas tras un lanzamiento de falta de Vitienes, el potente remate de Fermín, que se fue fuera por poco pasada la media hora de juego y el lanzamiento raso, también de Cagigas, que se escapó por poco.

En la segunda parte, ambos conjuntos tuvieron sus ocasiones, pero el gol no llegó.