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El fútbol puede dejar historias preciosas aunque en un deporte mercantilizado como este suelen abundar más los ejemplos de traiciones o actitudes poco éticas. Mientras el Racing buscaba un defensa central en el último día de mercado invernal, decidió hacer un hueco en el ... centro de la zaga despidiendo a uno de sus capitanes, Jordi Figueras, tras ser dado de baja en la Federación Cántabra de Fútbol.
El despido fulminante del zaguero fue una sorpresa, especialmente para el futbolista, que reaccionó reprochando airadamente a los miembros de la comisión deportiva que lo avisasen el último día de mercado de esta decisión. Amorrortu y Pedro Menéndez, por su parte, se remitían a que se trataba de una cuestión exclusivamente deportiva y que «el fútbol es así, estas cosas pasan». Cinco días después de su destitución, Figueras, que cumplía su tercera temporada en el Racing, con el que debutó en agosto de 2018 frente al Sanse y cuya camiseta ha defendido en 68 ocasiones –la última, los 18 minutos que jugó en Portugalete hace dos semanas–, ha decido seguir entrenando para mantener su forma física mientras busca otro equipo. El deportista, que sigue en Cantabria, se ejercitó ayer por primera vez en el campo de Santa Ana con sus nuevos compañeros del Tropezón.
«Yo le pregunté a José Gómez si podía entrenar con su equipo y me dijo que no había ningún problema», dice Figueras antes de empezar su primera sesión con el conjunto de Tanos. Además, el central se muestra muy agradecido con el club. «Estoy encantado de cómo me han abierto las puertas, da gusto», dice.
El defensa conocía a José Gómez de su etapa en el Rayo Cantabria y tras una conversación con el técnico pensó que «era una gran salida para intentar no perder la forma para lo que pueda venir más adelante», expresa.
A Figueras lo que le ha llevado a quedarse en Cantabria tras su salida del Racing es «que tengo tres hijos en el colegio y para mi es importante que ellos estén a gusto y sigan su vida de niño aquí, al menos hasta finalizar el curso». Y es que asegura que desde que llegó a Santander la gente le acogió muy bien «y todo ha ido muy bien a nivel familiar, por lo que estamos muy a gusto». No tiene más remedio que asumir la manera de la que ha salido del Racing «pero estoy fastidiado» y esa espinita que tiene clavada «me va a durar mucho tiempo», aunque ahora «hay que seguir la vida, y a partir de ahora esperar a ver qué puertas se abren para seguir jugando».
Jordi Figueras cuenta con ofertas de diferentes clubes «pero no han sido claros al cien por cien», por lo que prefiere «pensarlo y madurarlo un poco más». Esta esperando a ver si hay otros clubes ya que ahora es más complicado poder incorporarse a otro equipo ya que «no hay huecos en la mayoría, porque están todas las fichas ocupadas». Mientras tanto seguirá entrenado en el Tropezón, «al que tengo que agradecer la hospitalidad que ha tenido para dejarme entrenar con ellos». Un equipo que de momento no entra en sus planes para volver a jugar al fútbol, pero «nunca se sabe. Si se diera el caso, por que no», concluye el central.
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