José Ángel Peláez será investigado por la financiación del campo de Tanos

La Unidad Central Operativa de la Policía Judicial de la Guardia Civil ha notificado al presidente de la Federación Cántabra de Fútbol, José Ángel Peláez, su imputación en calidad de investigado, por parte del juez Pedraz, por la financiación del campo de Santa Ana, en Tanos, y una subvención de 210.000 euros para dichos trabajos, concedida en 2014 por el Consejo Superior de Deportes. El mandatario de la FCF afirma estar «tranquilo» por una situación que, según explica, ya se esperaba «desde agosto». «Me pongo a disposición de la justicia para aclarar lo que consideren, sea en calidad de investigado o de testigo. A ver si se aclara todo de una vez», afirma.

El juez Pedraz, tal y como ha publicado El País y ha podido confirmar este periódico, ha solicitado información por una subvención de 210.000 euros, concedida para sufragar las obras del campo de Santa Ana. Además de los movimientos de la cuenta donde se ingresó la citada suma y su paradero desde marzo de 2014 hasta mayo de 2016. Desde que la Federación Cántabra recibió el cheque con la cuantía a través de la Federación Española y hasta que el dinero llegó a las arcas del Ayuntamiento, que había solicitado ayuda para sufragar los trabajos.

Peláez justifica la tardanza en el abono final de la subvención al Ayuntamiento de Torrelavega en el «incumplimiento de algunos requisitos obligatorios por parte del Consistorio» de la capital del Besaya. Unos requisitos tales como «la elaboración de un calendario de uso de las instalaciones o la colocación de una placa» explicativa de la procedencia de la financiación. Una circunstancia que confirmó ayer a este periódico el concejal de Economía y Hacienda de la ciudad, Pedro Pérez Noriega.

Según el relato de Peláez, en octubre de 2012, el Ayuntamiento de Torrelavega, a través de su entonces alcalde, Ildefonso Calderón, solicitó ayuda para ejecutar la obra de renovación de los campos de Santa Ana, en Tanos. El Consejo Superior de Deportes aprobó conceder la subvención, procedente de un dinero salido de las quinielas, a diversas actuaciones, entre ellas la ahora investigada. Eso se produjo en enero de 2014. Dos meses después, la Federación Española remitió el cheque de 210.000 con la ayuda del CSD a la Cántabra. A partir de ahí, comienza el periodo que ha decidido investigar el juez Pedraz, hasta que el Ayuntamiento torrelaveguense, después de varios requerimientos, percibió la subvención. Según Peláez, ese dinero «siempre estuvo en cuenta».

Además, el presidente de la Federación Cántabra cree que la imputación llega porque el Consejo Superior de Deportes no ha remitido toda la documentación existente al juez cuando le fue solicitada, entre ella, «algunos papeles del Ayuntamiento de Torrelavega y todos los de la Federación Cántabra de Fútbol». Unos papeles que, afirma, entregará, al magistrado cuando sea citado.

No es la primera vez que el nombre del presidente de la Federación Cántabra, recientemente nombrado presidente de la comisión de clubes de Tercera División, aparece en la mesa de trabajo del juez Pedraz. El pasado mes de julio, José Ángel Peláez comunicó a Ángel María Villar (por entonces, presidente de la Española) que disponía de 5,2 millones de euros del presupuesto de la Federación Española de Fútbol (RFEF) «para lo que se te ponga de los huevos». La afirmación se recogía en el auto del expresidente de la Española, tras ingresar en la cárcel de Soto del Real por haber tejido una red de clientelismo que permitió el desvío de millones de fondos del ente federativo.

En esa conversación, pinchada del pasado 19 de junio ambos hablaban de los presupuestos de la RFEF y Peláez, que formaba parte de una comisión decisoria dentro de la Federación, le informaba de que había dejado fuera de reparto 5,2 millones para usos potestativos y a criterio personal de Villar como presidente del ente federativo.

«Para lo que se te ponga de los huevos», le llegó a decir Peláez sobre esos fondos explicándole que eran ajenos a la regulación y que la fiscalización de ese dinero no pasaba por la Asamblea General de la federación, sin que tuviera que informar de su destino. Era dinero para uso discrecional, le dijo. Añadía en la conversación que ese dinero se podía incrementar hasta los 6 millones y que como el concepto en el que se podía emplear era «fútbol aficionado» en general, una noción «extensa y etérea», en realidad podía usarlo para fines distintos.

Tras conocerse la grabación, aseguró que la frase estaba «sacada de contexto». Además, el presidente de la Federación Cántabra se defendió asegurando que no estaba «investigado ni imputado, ni tampoco la Federación cántabra». También esgrimió que su amistad con Villar le hizo utilizar ese tono coloquial y no uno formal. «Ser investigado te da la oportunidad de defenderte mejor», llegó a decir sobre este asunto, en una entrevista publicada por este periódico. Aunque ahora, el detonante de su imputación (investigación, en términos jurídicos) ha sido por la financión de la construcción del Campo de Santa Ana en Tanos.