El Trope se queda con un empate que sabe a poco

Queda instalado el estado de nerviosismo en Santa Ana. El Tropezón no pudo vencer al Náxara (1-1) y, aunque sumó un empate, no hizo méritos para obtener la victoria. Y eso es lo más preocupante. Los de Tanos se enredaron de nuevo, quedaron presos de su propia ansiedad y volvieron a no saber cómo encontrar el camino hacia el ataque.

Y es que cuando la historia se repite una y otra vez deja de ser casualidad para convertirse en una tendencia. Cuando un equipo apenas es capaz de extraer rédito alguno de su capacidad para generar fútbol y crear peligro, la mala suerte deja de ser un asidero para convertirse en una excusa. Porque, si bien es cierto que la fortuna está burlándose del Tropezón cada fin de semana, no es menos real que al equipo de Tanos le cuesta muchísimo marcar. Este domingo, ante otro recién ascendido, el único que tanto anotó llegó tras un error defensivo riojano que Javi Martínez aprovechó para poner el empate en el marcador tras un disparo cruzado en el minuto 53, ya que en el primer tiempo había marcado Eloy para los riojanos al rematar un córner botado por Rojo.

Las sensaciones son positivas, sí, pero de eso no se come. El conjunto de José Gómez, tras seis partidos, no ha sido capaz de ganar ninguno y apenas ha celebrado cinco tantos, lo que irremediablemente le aboca a la zona baja de una clasificación que no desea nadie. Y de la que es difícil salir si el cargador solo tiene balas de fogueo. En el tramo final del encuentro los amarillos salieron ya sin temor, pero apenas pusieron en apuros al meta visitante Fermín. O el Tropezón soluciona de una vez su falta de puntería o esa frustración acabará por amargarle la vida.