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'Equipo Torrelavega', reza en el cartel que sostiene el chófer del autobús a la salida del aeropuerto de Son Sant Joan. Toni lleva cuarenta años al volante y le ha tocado llevar al Real Madrid más de una vez a Son Moix, al antiguo ... Sadar; «y al Barcelona y al Atlético de Madrid». Ayer fue al 'Torrelavega'. La expedición blanquiazul llegó a las 9.55 horas a Palma procedente de Bilbao. 21 grados, sol y una sensación de bochorno le dio la bienvenida. «Así será mañana», se decían los unos a los otros, mientras recogían las maletas de la cinta de equipajes. Aquello parecía una romería; alemanes, ingleses... trajes de baños y chancletas. Sin embargo, en el aeropuerto había 18 visitantes vestidos de azul y blanco, acompañados por unos cuantos más a los que les faltaba, al menos un día, para estar de vacaciones.
«Mira dónde está James. Ya salimos de dudas», exclamaba Carlos Setién, el segundo entrenador de la Gimnástica nada más pisar tierra. Vestidos de rojo bermellón, al otro lado se podía ver a la plantilla del Mallorca A esperando su vuelo para Bilbao. Hoy jugarán ante el Mirandés y entre ellos estaba el negrito que tanto temor infundió con el filial en el Malecón el pasado domingo, James. Hoy no estará en Son Bibiloni con el B. Buenas noticias para empezar.
Entrenamiento, comida, siesta, merienda paseo, cena, final de Champions y... A soñar. El planning de Pablo Lago y su cuerpo técnico no ofreció dudas. Claro y meridiano. Tanto, como el futuro de un club que hoy puede «empezar a ver el principio del fin de las miserias». Las palabras son del presidente, Tomás Bustamante, que viajó sin las corbatas propias de otros colegas y quizás de otras categorías el día más importante desde que aceptó el cargo.
La jornada fue muy larga; más de lo normal. El tiempo se estira más de la cuenta cuando se desea algo tanto. Desde que finalizó el partido de ida con 4 a 1 en el marcador, la Gimnástica no ha hecho más que pensar en rematar la historia; un episodio más en sus 112 años de edad. Quizás por ser el club tan mayor, la responsabilidad es más grande. Costaba reírse ayer en la expedición más de lo deseado; la sensación era como si se quisieran reservar todas las alegrías para hoy. Los jugadores medían las bromas en el autobús por miedo a traicionar antes de tiempo tantos sueños. Pablo Lago no soltaba su tablet y en el trayecto del hotel al campo de entrenamiento, junto a su segundo, analizaba un partido del Mallorca B por si acaso; hasta José Manuel Bajo, con 23 años de experiencia en el cargo de delegado no quería ilusionarse de más . Respeto. Sin embargo nadie podía ocultar que el éxito se podía tocar con los dedos.
Desde las 5.00 horas que sonó el despertador para unos hasta las 14.15 horas que el equipo se sentó a la mesa para comer todo pasó deprisa. El Mallorca, el rival de hoy en el último peldaño antes de regresar a la Segunda B, facilitó un campo de entrenamiento para los torrelaveguenses en Inca, una localidad a algo más de media hora de autobús. El trayecto se hizo eterno porque el tráfico en la isla no entiende de play off de ascensos. Apenas duró 45 minutos la sesión en el campo del E D Constancia. El estadio recordaba a un anfiteatro romano; el césped, aparentemente presentaba un perfecto estado, sin embargo estaba duro como una piedra. Reseco. Lo normal para una zona en la que la lluvia aparece de Pascuas a Ramos. «¿Nos podemos hacer una foto con ellos?», preguntaba un chaval con el chandal del equipo local. «Es que aquí ya vino el Hércules y una vez el Castellón», añadió el jovenzuelo. Junto a los valencianos a partir de hoy ya puede lucir la Gimnástica. Será por historia.
Durante el entrenamiento se fueron incorporando aficionados y de repente: el ruido de una bubucela. Una docena de seguidores torrelaveguenses se unen a la fiesta. «Me calenté y aquí estoy», confiesa Manuel Berrezueta. Acaba de llegar de Valencia donde trabaja; es de Torrelavega y es el fundador de Rosa-Navidad, una Fundación de ayuda contra el cáncer que colabora con la Gimnástica. De hecho la segunda equipación del equipo, con la que entrenó ayer, es de color rosa por dicha iniciativa. Le acompaña Alberto Sánchez, natural de la capital del Besaya y que viajó a Palma desde Madrid. «Estoy nervioso pero soy optimista».
Todos ellos se mezclan con algunos de los que viajaron en la misma avión que el club, como José Ángel Peláez, presidente de la Federación Cántabra de Fútbol, que tampoco se perderá hoy el partido.
Unos rondos, algún tiro a puerta, un poco de carrera continua y a la ducha. De nuevo vuelta al hotel y otros cuarenta minutos de viaje. «Seguro que ha llegado el Tropezón primero a Castellón», bromeaban los jugadores. La tensión se disimula. Nadie quiere que se le note, pero se palpa. «Se ha hecho un poco largo», decía Lago. No se le veía preocupado, pero sí sorprendido de que el entrenamiento les hubiera gastado la mañana.
Alguno de los gallos como Rubén Palazuelos podría contar su segundo ascenso; lo logró en 2004. Lo mismo le ocurre a Chalana, que si hoy consigue el objetivo lo habrá logrado como jugador y como director deportivo; con los mismos colores. La víspera de un partido como el de hoy tienen ventaja los mayores porque acumulan tantos recuerdos que matan el tiempo con más facilidad. Por eso el propio Chalana o Bajo, el delegado, hacían recuento: «Llevamos cuatro ascensos, ¿no? El de Manolín, Terrazas, Yimi y el de José Gómez». De Pablo Lago ni una palabra. Hoy a la hora de comer será otro cantar.
Algo de arroz, un poco de carne a la plancha y a descansar. Ya no hay prisa. Después de una pequeña siesta, la expedición merendó algo ligero y a las 19.30 horas llegó el paseo. Cerquita de la playa, perfectamente uniformada, la comitiva blanquiazul salió a estirar las piernas. Los futbolistas se mezclaron entre los 'guiris'; sobre sus memorias aquel arranque titubeante de temporada, la dimisión de Chiri en la jornada nueve, la llegada de Pablo Lago en la once... El final de Liga apoteósico, el recibimiento en Torrelavega después de ser campeones. Recuerdos que decoran un final al que le queda el último párrafo. En la Gimnástica ya se han escrito capítulos dramáticos, por eso nadie quiere más intriga. Quieren que acabe todo como en el boxeo, por la vía del cloroformo. A la lona.
Después del paseo, la plantilla se sentó a cenar al filo de las 21.00 horas, justo cuando en Kiev se jugaba el partido más importante de Europa -para algunos- y, sin embargo se le hizo el caso justo. Después de darle la última pasada a lo de hoy se sentaron a ver como el Real Madrid y el Liverpool se batían en duelo. Entre ellos había más merengues que otra cosa, pero a pesar de ello, todos tenían algo más importante que atender. El Hotel Manaus mantenía su ritmo de alboroto y fuera los trajes de baño improvisaban una estampa muy alejada de un partido de fútbol a no ser porque la zona estaba plagada de ingleses con los ojos como platos pegados a la televisión. La Gimnástica parecía encerrada en un coto privado de británicos coreando el 'We never walk alone'. Caprichos del fútbol. A unos cuantos kilómetros de allí, dispersados por la isla pernoctaban con su particular estado de nervios los cerca de cien seguidores que calculaban los responsables del equipo ver hoy en las instalaciones de Son Bibiloni. Bravo. Entre ellos el incombustible Pepe Barros, socio número 11 del Racing, y que ayer cambió los colores de toda la vida- Polizón de sentimientos por un día.
Esta mañana habrá tocado diana a las 8.00 horas. Una hora más tarde los 18 jugadores han de estar desayunados y a las 10.00 horas pasará Toni a recogerles a la puerta del hotel. La de ayer fue una jornada muy larga, pero la de hoy puede ser eterna. Un solo partido separa ya a la Gimnástica de hacer muy felices a los suyos.
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