Rumbo a lo desconocido de la Segunda División RFEF

La estructura del fútbol español ha cambiado para esta nueva temporada tras 44 años de inmovilismo. La Segunda División B se ha jubilado para dar paso a la Primera y la Segunda RFEF. Y está última tendrá un formato parecido al de su matriz, pero ya como cuarto escalón del fútbol nacional. Tras una remodelación que ha comportado quebraderos de cabeza por doquier, cuatro equipos cántabros militarán en esta primera edición. Ahí estará el Laredo, que consiguió por primera vez en su historia 'mantenerse' en Segunda B; además de los equipos que ascendieron desde Tercera División: Cayón y Rayo Cantabria, que lo hicieron de forma directa tras concluir la temporada regular en primera y segunda posición, respectivamente; más el Tropezón, que logró subir tras apear al Siete Villas en la promoción. Todos ellos están de estreno.

Siempre fue imposible contentar a todos para conformar los grupos de Segunda B. Los equipos siempre han aspirado a la cercanía. A minimizar los kilómetros de desplazamiento. Todo sigue igual con la nueva denominación. Pero esta vez, los equipos cántabros han salido favorecidos, ya que su propuesta salió vencedora. De esta manera, los cuatro equipos de la Comunidad Autónoma se tendrán que medir a seis equipos navarros, cuatro vascos, tres riojanos y el Burgos Promesas, dentro del grupo II de esta nueva categoría que arrancará el próximo 5 de septiembre y concluirá el 15 de mayo de 2021. Pejinos, cayoneses, santanderinos y taniegos se medirán al Náxara, Racing Rioja, UD Logroñés B, San Juan, Osasuna B, Ardoi, Izarra, Peña Sport, Mutilvera, Arenas, Real Sociedad C, Gernika, Sestao River y al citado club castellano.

Un grupo cómodo en cuanto a desplazamientos se refiere, pero complicado en lo deportivo si se tiene en cuenta la presencia de dos filiales de equipos de Primera (Real Sociedad y Osasuna) y de clásicos como Arenas, Izarra y Sestao River, conjuntos que aspiran al ascenso.

En esta nueva competición, cada club contará con plantillas de hasta 23 jugadores, en las que 16 de las fichas podrán ser sénior y otras seis, sub-23. Además, cabe recordar que cada grupo estará compuesto por 18 equipos de los que el campeón al final de las 34 jornadas de la primera fase de la competición accederá de forma directa a la Primera RFEF, mientras que segundo, tercero, cuarto y quinto jugarán un play off de ascenso que se disputará entre el 22 y el 29 de mayo en sede neutral.

La Segunda División RFEF tendrá una volatilidad importante y cada temporada se renovarán casi en una tercera parte los equipos que la componen. Está previsto que desciendan los cinco últimos de cada grupo. Además, los clasificados en la posición decimotercera participarán en un play out en sede neutral del que saldrán dos equipos más que descenderán a la Tercera División. El sistema de competición apenas variará del que se ha venido empleando hasta la fecha, con un cuadro de Liga a doble enfrentamiento que arranca este fin de semana y que concluirá diez meses después.

Abrirá fuego el Tropezón, mañana a las 17.00 horas, con su visita a Osasuna B. Mientras tanto, en la jornada del domingo, el Rayo Cantabria recibirá a la Real Sociedad C; el Cayón jugará en el Fernando Astobiza ante el San Juan -ambos a las 17.00 horas- y el Laredo visitará al Sestao desde las 18.30 horas.

Para los cuatro equipos cántabros la temporada se presenta exigente e ilusionante. El Charles afronta de nuevo el reto de lograr la permanencia. Pero ahora será de la mano de José Manuel Gómez Romaña, Chiri, tras la salida de Manu Calleja. Es uno de los equipos que más ha movido la plantilla. Tras varias renovaciones, fichajes y salidas, hasta trece jugadores no estarán en el debut en Segunda RFEF. Para suplir las bajas, el cuerpo técnico rojillo se ha hecho con los servicios de Amaya, Ángel Díez, Chus Puras, Andrés Carral, Nico Santos, Ibarrondo, Pablo García, Keita y Parro. Este último, tras su cesión al Solares.

El director técnico del Laredo, Manu del Valle, explica, a propósito de la nueva categoría, que ve «bien» el sistema de ascensos y descensos. Lejos de plantearse alternativas, Valle apostó por ponerse «a trabajar» asumiendo las nuevas reglas de juego, «para que el primer objetivo del club sea la salvación».

Por su parte, el Cayón mantiene tanto al entrenador, Luis Fernández, como a la mayoría de la plantilla. «Sí que hay algún jugador que se ha marchado por motivos laborales. El ochenta por ciento de la plantilla continúa», explica el técnico del club, recién ascendido a Segunda RFEF. El entrenador de Argomilla se marca una meta clara para esta próxima temporada: «El primer objetivo tiene que ser mantener la categoría». No obstante, advierte que será complicado. «Con tantos descensos no va a ser fácil, porque hay equipos que llevan muchos años en Segunda B», valora.

Liderados por veteranos como Raúl Domínguez y fichajes como Pablo Goñi y Borja Lázaro, el equipo de Sarón afronta el reto de lograr la permanencia después del ascenso por primera vez en sus 106 años de historia. El último jugador en renovar una temporada más es Marcos Sáez. El centrocampista, de 31 años, cuajó una gran última temporada en su décimo año en el conjunto de Sarón. Algo que le sirvió para entrar en los planes del técnico. Además, Chili, será otro de los jugadores que continúen en las filas del cuadro aurinegro. El pivote defensivo seguirá aportando seguridad en Segunda RFEF. Las únicas altas en el conjunto de Cayón son las del meta Pablo, que llega del Escobedo, Marcos, del Perines, Borja Lázaro, del Pinto y Pablo Goñi, del Barakaldo. Mientras que los jugadores que abandonaron el club fueron Rodrigo y Estrada, por motivos laborales, Roberto Cano, por liberar fichas de jugadores mayores de 23 años, y Manu Márquez que ha pasado a ser el entrenador de porteros.

Otro de los equipos que ha querido apuntalar los pilares básicos es el Tropezón. El cuadro de José Gómez, ha realizado seis incorporaciones de nivel, como el meta Mario Fernández, procedente del Pontevedra; el defensa José Picón, del Barakaldo; el centrocampista Jorge Merino, de la Gimnástica; Mario García, del Mirandés y los centrocampistas Ángel Higuera, del Siete Villas, y Javier Gutiérrez, del Cartes. Sin embargo, ha perdido a Cristian Portilla por lesión.

La escuadra taniega arrancará la competición con la visita a Osasuna B, uno de los favoritos del grupo. «Va a ser una piedra de toque muy dura para empezar. Necesitaremos tiempo, pero creo que tenemos un equipo que puede ir en progresión». El técnico de Virgen de la Peña es realista. «Claro que vamos a sufrir, pero también a disfrutar de la categoría». El conjunto de Tanos cuenta con «el bloque del ascenso», explica el técnico.

Donde también hay relevo es en el cuerpo técnico del Rayo Cantabria. Después de ascender al filial racinguista, Mario Gutiérrez Tagle será sustituido por Ezequiel Loza. El Rayo, como era de esperar, es el equipo que más movimientos ha hecho en su plantilla. Hasta quince son las nuevas incorporaciones para este nuevo curso, entre las que destacan la vuelta de los cedidos, Juan Gutiérrez, que la pasada campaña estuvo en el Ebro, o Saúl García, en el Laredo. Además de las nuevas incorporaciones del meta Moha Ramos, del Real Madrid; Julen Bernaola del Athletic o el belga Ibrahima Sory Bah.

Loza anima a sus jugadores en una temporada donde el equipo tiene «la oportunidad de demostrar muchas cosas. No tenemos muchos jugadores que hayan militado en la categoría y sabemos que tendremos problemas, pero estamos preparados para dar más de un susto, que nadie nos descarte», advierte ilusionado.

Después de una larga pretemporada para el Laredo, Cayón, Rayo Cantabria y Tropezón, comenzará el primer fin de semana de septiembre la espinosa nueva aventura de la Segunda RFEF.

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