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Adrián García
Palencia
Sábado, 25 de marzo 2023, 21:34
Un solitario tanto de Ale Hernández privó al Laredo de sumar en su visita a Palencia. El conjunto rojillo mereció más tras una gran segunda ... parte, aunque su desacierto en el área rival fue nuevamente clave. Los locales dominaron el encuentro hasta adelantarse en el marcador en el minuto 19 y a partir de entonces optaron por defender el resultado. Los pupilos de Iñaki Zurimendi lo intentaron hasta el final y dispusieron de tres ocasiones muy claras para empatar el choque. Un importante jarro de agua fría para un Laredo que se queda con 29 puntos, en zona de descenso.
Iniciaban ambos equipos con mucha tensión e imprecisiones durante los primeros compases del encuentro, siendo el primer acercamiento para el Laredo con un tímido remate de cabeza de Mikel Álvaro que se marchó muy desviado. Tras los primeros instantes de indecisión, el Cristo Atlético se fue adueñando del encuentro, comenzando a llegar con facilidad a los dominios de David Puras. La presión alta del cuadro local hacía mucho daño al conjunto rojillo, que a punto estuvo de conceder el primero tras un error en la salida de balón.
Los locales continuaban dominando el choque, buscando hacer daño por ambas bandas y con constantes centros laterales, pero las grandes intervenciones de Pareja y Dani Ojeda evitaron males mayores. Los pupilos de Zurimendi continuaban sin encontrar las buenas sensaciones sobre el terreno de juego y el asedio local terminó encontrando su premio en el minuto 19. Una gran pared en la frontal culminó con un buen centro desde la línea de fondo que Ale Hernández, de cabeza, convirtió en el 1-0.
Tras el gol, el cuadro palentino buscó controlar más el partido apostando por posesiones más largas. El conjunto rojillo no lograba crear demasiados problemas al conjunto local, con tímidos acercamientos principalmente por la banda izquierda. La más clara para el Laredo llegó en el minuto 43, con un remate de cabeza de Nates en el área pequeña que se marchó fuera por muy poco.
Cristo Palencia
Guille; Montes, Mingotes (Yago, min.33), Abel, Isra, Cobo (Mario, min.46); Arroyo, Diego (Álvaro Suárez, min.73), Adri Pérez (Rafa, min.73); Adrián Castro y Ale Hernández (Conejo, min.62).
1
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0
Laredo
David Puras; Diego Marta (Iván Argos, min.82), Pareja, Dani Ojeda (Felipe, min.46); Jesús Puras; Santa, Mikel Álvaro, Carral (Edu Martínez, min.46); Nates (Mario Musy, min.73), Álvaro y Adri Carrión.
Gol: 1-0, min. 19: Ale Hernández.
Árbitro: Delfa Ramos (Comité extremeño). Expulsó, por doble amonestación, al futbolista visitante Pareja, en el minuto 89. Mostró cartulina amarilla a Cobo, por parte del Cristo Atlético; y a Santa, Mikel Álvaro y Felipe, por parte del Laredo.
El Laredo salió más enchufado en la segunda mitad, con un Cristo Atlético replegado en campo propio y buscando sentenciar el choque al contragolpe. El cuadro rojillo comenzó a adueñarse por completo del balón, aunque sin terminar de inquietar a su rival. Rondando la hora de partido, la tuvo Edu Martínez, pero su disparo fue atrapado por Guille. El equipo local pasaba por su peor momento en el partido, pese a que en una buena contra estuvo a punto de sentenciar el encuentro en un mano a mano de Mario que se topó con un sensacional David Puras.
A partir del minuto 80, el asedio del Laredo fue total y constante con varias ocasiones claras prácticamente seguidas. Primero Chus Puras no acertó en un mano a mano ante Guille, con una vaselina al primer toque que se marchó desviada, y poco después Adri Carrión realizó una fantástica jugada individual marchándose, pero su potente disparo se topó con una parada de mucho mérito del guardameta local.
Los nervios ante lo que estaba en juego en el partido provocaron en los últimos minutos varios encontronazos, destacando una tangana ante la supuesta pérdida de tiempo en un jugador del Cristo Atlético que se saldó con la segunda amarilla para Pareja, que se marchó expulsado en el minuto 89. Ya en el añadido, los pupilos de Iñaki Zurimendi dispusieron de su última gran ocasión en la cabeza de Musy, pero su remate se marchó alto, llegando el pitido final sin la ansiada recompensa.
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