El Laredo perdona y lo paga caro

El Laredo volvía a Castillo con el objetivo de recuperar la senda de la victoria frente a un duro rival como el Bergantiños. Pero los pejinos desaprovecharon el hecho de ponerse por delante en el marcador ante el cuadro gallego que jugó 20 minutos con diez jugadores, y no pasaron de un empate (2-2) que deja mal sabor de boca en su despedida del campo de San Pedro.

El equipo rojillo arrancó el partido con poca chispa y sin dar sensación de peligro contra el marco del conjunto gallego Los visitantes fueron los dueños del balón en los primeros minutos y en el primer acercamiento anotaron el primer gol del encuentro. Un centro de Pacheco lo remató en el interior del área Charly con un disparo cruzado batiendo a Puras en el minuto 4. Tres minutos después, Garrido, desde el borde del área hizo de nuevo intervenir al meta pejino desviando el balón a córner.

En ataque, el Charles no inquietaba más que en disparos lejanos. Rozas y Diego Marta, lo intentaron desde fuera del área, pero el meta visitante estuvo atento en los dos lanzamientos enviados entre los tres palos.

Los de Chiri estuvieron espesos en todo el primer tiempo, pero atrás sufrieron poco. Sin embargo, un remate de cabeza de Álvaro tras centro de Rozas permitió a los pejinos igualar el encuentro al filo de la media hora de encuentro después de que el guardameta fallara en la salida.

La segunda mitad iniciaba con una dinámica similar a la del primer tiempo, y Cañizo pudo adelantar al Charles, pero el remate del delantero lo detuvo Canedo. Donde no fallaron los hombres de Chiri fue en la segunda ocasión. Un centro de Diego Marta lo cabeceó Santamaría en el segundo palo y Sanmi, también de cabeza, llegando en carrera, anotó el 2-1.

El partido parecía estar decidido o, por lo menos, encaminado para el conjunto pejino. Pero no fue así. Un penalti, tan tonto como tan claro, sobre Charly, lo aprovechó Marcos para empatar de nuevo el partido.

Lo intentó hasta el final el Laredo pero fue insuficiente para derribar a un Bergantiños que, crecido por el hecho de empatar con inferioridad numérica, se defendió con enorme casta para que el empate fuese el resultado definitivo, siendo un marcador que no deja satisfecho al cuadro rojillo.

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