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Es un mal endémico que el fútbol español arrastra desde hace muchos años y que parece no ser capaz de atajar. Los gritos ofensivos, los ... insultos y las faltas de respeto que emanan desde la grada con objetivos muy concretos, ya sean jugadores o árbitros, o incluso colectivos. Pasan las temporadas, siguen las denuncias y las medidas para identificar a los incívicos aumentan cada vez más, pero la vida sigue prácticamente igual.
Y estos actos sucedieron el pasado sábado en un encuentro de Regional Preferente Femenino disputado en el campo de fútbol del Nueva Montaña donde jugaba el conjunto local y el Roblón A, ya que cuando corría el minuto 73 del encuentro, el colegiado, Sierra Gómez, se vio obligado a suspender el encuentro por los insultos a una de las jugadoras visitantes.
Según consta en el acta del partido, Sierra Gómez dice que «mientras se produce la atención médica a una jugadora del Roblón A, un aficionado situado en la zona de la grada perteneciente a la S. D. Nueva Montaña, se dirigió a una de las jugadoras del equipo en los siguientes términos: 'Gorila', la cual no logro identificar. De forma seguida, varias jugadoras del equipo visitante reaccionan a dicho acto intercambiando palabras con el aficionado previamente nombrado. Tras lo sucedido y a petición de las jugadoras del Roblón A, ambos equipos son enviados a los vestuarios. En el transcurso de dicho proceso, el delegado de equipo del Nueva Montaña, David Marquina Ruiz, y el entrenador del Roblón A, Felipe de la Torre Romanillo, se encaran a voz en grito y con actitud amenazante, teniendo que ser sujetados por miembros de sus respectivos equipos. De forma seguida son expulsados, acto del cual no se percatan».
El Roblón, en un comunicado, señaló que su directiva «condena cualquier tipo de violencia y manifiesta su total desagrado y disconformidad ante lo ocurrido en la grada del campo del Nueva Montaña». El club agradece al colegiado «su labor, su actitud dialogante y su valor para activar el protocolo contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte y así priorizar en todo momento a las jugadoras».
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