Buen rollo con fecha de caducidad

San Lorenzo, el fortín pejino, vivía una tarde rutinaria. Equipajes tendidos en las gradas, el carrito que pinta las líneas, trabajos para mejorar las instalaciones... El míster local hizo de cicerone para el foráneo, que se interesó por el entorno del estadio: «Desde ahí arriba hay unas vistas buenísimas».

Casi como desde los balcones de un edificio situado tras una de las porterías del estadio. El director deportivo del Charles, Manu Valle, le explicaba al responsable de relaciones institucionales y deportivas verdiblanco, Víctor Diego, que desde esas plateas improvisadas seguro que habrá algo de ambiente este sábado, con el fútbol y las gradas amordazadas por el bicho.

Sentado en el banquillo, Rozada recordaba sus tiempos en Les Caleyes. Cuando le tocó ser modesto en Segunda B y recibir a los gallos. «Lo hablaba con Manu. Se me asemeja a cuando yo estaba en el Lealtad, y cuando jugábamos contra los equipos de arriba. Nos ganaban muy pocos o ninguno. Vamos a tener que hacer muy bien las cosas y estar muy metidos. Esperemos que se vea un buen partido, que logremos la victoria y que el Laredo consiga el objetivo», afirmó el asturiano.

Calleja también apeló a la máquina del tiempo. Más atrás aún. A su infancia. «No cogía una camiseta del Racing desde que era niño», exclamó, antes de recitar de memoria una alineación verdiblanca de principios de los ochenta. «Es una ilusión recibir al Racing, que es la mayor institución deportiva de Cantabria. Un equipo que, por circunstancias, está de paso en esta categoría y todos deseamos que esté más arriba». Y fue más allá, porque antes de la reestructuración del fútbol español, «quizá seamos el último equipo de Cantabria que se enfrente contra ellos y eso es una motivación mayor». «¿Favorito? El Laredo, que jugamos en casa», dijo el míster. Se hizo el silencio. «A modo de broma. La evidencia es clara. Sabemos a qué equipo nos enfrentamos y el potencial que tiene, pero vamos a intentar que sea una jornada de esas en las que el fútbol merece la pena y el pequeño le gana al grande», agregó. Siempre valorando el hecho de que San Lorenzo no es plaza fácil: «En casa estamos bien y el objetivo de la salvación pasa por nuestro estadio».

Una circunstancia a la que no es ajeno Javi Rozada. «El Laredo los dos partidos que ha jugado aquí los ha ganado. Al Barakaldo y al Real Unión, que estaban llamados a estar en la zona media alta de la tabla. Los ha ganado sin encajar y haciendo dos buenos partidos», dijo, antes de apelar a una máxima del fútbol: «Por plantilla, tendríamos que ganar aquí, pero el ser favorito hay que demostrarlo en el campo y sabemos que vamos a jugar contra un equipo trabajado y duro».

Pero este derbi no tendrá pasión, aliento y empuje más allá de las líneas de cal que este jueves se repasaban en San Lorenzo. «Es una pena que este partido se juegue en las circunstancias en las que estamos. Imagínate San Lorenzo con público, sería una caldera. Y para nosotros, un incentivo más. Y no sólo para el club, también para la Villa. Meteríamos gente de todo Cantabria y sería para recordar», lamentó el cántabro Manu Calleja. En una situación normal, habría que buscar espacio en la pared de la oficina del Laredo, agarrar el mango del martillo, una escarpia y una hembrilla: «De esos partidos que quedan las fotos colgadas en las paredes del club y de los que te acuerdas para siempre».

Rozada fue más pragmático. Evidentemente, estos choques son de los que gusta vivir y saborear. Pero para el técnico verdiblanco, «si hay un partido que a nosotros nos beneficia que no haya público es este. Porque con público seguro que ellos se iban a sentir más cómodos». Al Charles le faltará ese plus en el graderío. Sin embargo, no es ajeno a la tristeza que desprende este deporte sin aficiones en las gradas. Sin alma. «Para nosotros es positivo, pero me duele porque para el Laredo jugar contra el Racing es una fiesta y que se juegue a puerta cerrada no es el escenario ideal. Esperemos que esto pase cuanto antes y cuando juguemos en El Sardinero se pueda jugar con público», concretó.

Tras el acto, Calleja y Rozada departieron un poco más. El asturiano contempló un poco más el escenario del choque. Un San Lorenzo con pinta de castillo y con césped con un aspecto prácticamente inmejorable. Con el nombre de un mito de la localidad y exjugador del Racing en el horizonte. 'Emilio Amavisca', reza la pared del polideportivo. Porque ambos clubes están unidos, aunque este sábado los separe un balón y tres puntos.

Por su parte, el míster del Charles debía prepararse ya para volver al trabajo. Para dirigir una nueva sesión de entrenamiento, esta vez ya sobre el terreno –después de dos jornadas en hierba artificial en Noja– para ultimar el plan con el que tumbar al Racing. Sabe que cuenta con un as en la manga, pese que tiene cuatro bajas importantes –Miguel Goñi y Saúl García, por la 'cláusula del miedo'; Faouzi, por sanción y Roberto Cano, por lesión–. «Si hay un partido donde puedes suplir las ausencias y donde el futbolista que sale va a dar el máximo, es este. Cualquiera de los que salga está ya levantando la mano para pedir la oportunidad. Qué mejor equipo para demostrar que el Racing», afirmó. Quizá se haya visto repetido el choque de hace un lustro, en el que un Laredo de Tercera División mandó a la cuneta al equipo verdiblanco, también de Segunda B, en la Copa del Rey. 2-0 y que pase el siguiente. Ese es el camino.

Rozada ya vivió esta faena desde el otro lado de la barrera, así que no le debería pillar desprevenido. Lo importante es que consiga transmitírselo a sus jugadores. Porque hay tres puntos en juego, como siempre, pero no es un partido cualquiera. Es un derbi. El derbi cántabro.