La Tercera inaugura un curso muy diferente

La temporada 2020-21 será la más extraña de la historia reciente en nuestro país. El parón de las competiciones por la covid-19 ha provocado numerosos cambios en las diferentes categorías, pero especialmente en la Tercera División, donde la Federación Española ha decidido rizar el rizo, y ha creado dos subgrupos en cada grupo. Así, en el III, el cántabro, competirán 22 equipos repartidos en dos grupos de 11, en una fase regular que comenzará este fin de semana y que solo contará con 20 jornadas.

El reparto de los equipos, tras una votación en la Federación Cántabra, se realizó con el 'sistema cremallera', es decir, en un grupo han quedado los equipos pares del pasado campeonato de Liga y en el otro los impares. Así, el Grupo A lo forman Gimnástica, Tropezón, Escobedo, Barreda, Torina, Cultural, Vimenor, Selaya, Solares, Cartes, Castro; mientras que el Grupo B lo componen el Rayo Cantabria, Cayón, Bezana, Barquereño, Siete Villas, Sámano, Albericia, Textil Escudo, Ribamontán al Mar, Rinconeda y Revilla. De estos dos subgrupos, los tres primeros de cada uno se jugarán, a modo de liguilla, dos plazas de ascenso grupo de campeones. El cuarto, quinto y sexto de cada subgrupo se jugarán dos plazas para optar a ese play off final con los otros cuatro que no ascendieron directamente y donde uno de ellos subirá a Segunda B. Estos dos equipos se enfrentan a los dos últimos de los seis del grupo de campeones (tres primeros de cada subgrupo inicial) y, quien pase de esos cuatro, se medirá al tercero o cuarto del grupo de campeones. Esa será la tercera plaza del ascenso a la División de Bronce. Los cinco últimos de cada subgrupo se jugarán una nueva liguilla de promoción de descenso, y de esos diez equipos, seis bajarán a Preferente.

En la fase dos los puntos obtenidos en la fase uno serán acumulables. Y en esas nuevas liguillas que se formarán, ya sea la de play off de ascenso, la previa del play off intermedio o en la fase de descenso, sólo se podrán enfrentar a los equipos del subgrupo contrario y los puntos conseguidos en el subgrupo inicial seguirán contando. Los encuentros se jugarán a ida y vuelta.

Todo este nuevo sistema a de competición viene condicionado porque la temporada pasada, de forma excepcional, no hubo descensos en Tercera División y también, porque al comenzar la Liga casi dos meses después la Federación ha tenido que acortar las jornadas. Además, el acceso a los campos de fútbol será restringido de acuerdo con el protocolo establecido por Sanidad y la Federación Cántabra.

Pero a pesar de todos estos nuevos condicionantes, el fútbol modesto está de vuelta en Cantabria. Los veintidós equipos que componen la Tercera División -dos descansan-, alzan el telón este fin de semana. Los campos recobran la ilusión y la pasión tras un impás que para muchos aficionados se ha hecho muy largo. Se acabó. La pelota rodará de nuevo en una categoría que se presenta muy igualada y abierta, aunque habrá que esperar al paso de las jornadas para ver la situación de los equipos con este nuevo formato de competición.

Los fichajes en la Tercera cántabra han sido austeros, aunque algunos clubes se han reforzado con jugadores que pertenecían a equipos de fuera de la comunidad, pero que son cántabros. Gimnástica, Escobedo y Tropezón son los equipos que más lejos han buscado a sus futbolistas, dejando algunos nombres de lo más significativo en sus filas. Mientras que el resto siguen completando todas sus fichas con futbolistas de la región. Algunos haciendo especial hincapié en su cantera. Por su parte, los equipos que se presuponen aspirantes al título han optado por jugadores de otras competiciones, hombres que les hagan dar un salto cualitativo para alcanzar el objetivo.

La Gimnástica vuelve a ser el favorito para dar de nuevo el salto a Segunda B. Para ello se ha armado con refuerzos de garantías, como Alberto Delgado, que regresa al fútbol cántabro procedente del Cacereño y Álex Basurto, que llega del Barreda, entre otros. Junto a los blanquiazules, estará el Escobedo, que ha cambiado de entrenador -José Moratón-, y ha tejido una plantilla con importantes jugadores como el defensa de Polanco, Trápaga, que viene del Betis B, Javi Cobo del Sporting B y el veterano Samuel San José, del Formentera.

El Tropezón vuelve a intentar el ascenso sin apenas renovar la plantilla. Fichajes, pocos, pero de nivel, uno contrastado -Cristian Portilla-, y manteniendo lo mejor del año pasado. Los de José Gómez, con una fiabilidad de motor alemán, son temidos entre los rivales. Superarles será complicado y la efectividad que destilan les catapultará, si todo marcha por los cauces normales, a jugar en el grupo de campeones.

Por su parte, el Cayón intentará dar el salto de categoría. El conjunto de Sarón es un club que impone un gran respeto a sus rivales, y es que el nuevo proyecto del mandatario aurinegro, Nisio Humara, y su técnico, Luis Fernández, ha despertado mucha ilusión entre la afición. El club apuesta por una mezcla de jugadores del Valle y dos ilusionantes refuerzos, Tirilonte y Quitora.

También el Rayo Cantabria, filial racinguista, estará en la pelea, pero contarán con el hándicap de disputar sus encuentros en las instalaciones del Villaescusa. Además es un equipo totalmente renovado. Otro de los candidatos podría ser los de Castillo. Con Chiri al frente intentarán meterse entre los tres primeros de su grupo para disputar el ascenso directo como sucedió en la temporada 2010-11. Estos seis conjuntos son los que entran en todas las quinielas para meterse en el grupo campeones. Pero también habrá que contar con los equipos revelación, como sucedió la temporada pasada con el Bezana, que ahora cuenta con un grupo prácticamente nuevo con algún fichaje de postín, como Bustillo que llega procedente del Laredo. También está el Barreda, que podría sacar del grupo alguno de los favoritos con el incombustible Alejandro Cayón en el banquillo.

Otro equipo a tener en cuenta, a priori, será el Vimenor con su nuevo técnico, Arteche. La temporada pasada finalizó en puestos de descenso, pero este curso ha completado un equipo de garantías para disputar su décimo segunda temporada en Tercera . Se ha reforzado con jugadores importantes como Carlos Liaño, Somavilla o Ruizca, entre otros.

Todo eso por arriba, pero después está la encarnizada pelea por mantener la categoría. Para esas seis posiciones se postulan hasta ocho equipos: Solares, Rinconeda, Revilla, Albericia, Selaya, Ribamontán al Mar, Castro, o Textil Escudo. Una vitola de la que desprenderse a base de resultados.

El Solares es uno de los destinados a sufrir, pero su nuevo entrenador Víctor Gutiérrez tiene plena confianza en todos sus futbolistas. Es un año para soñar y disfrutar, pero con la conciencia de que es un puerto de categoría especial. Por su parte, el Rinconeda cuajó un año excelente la pasada campaña. De hecho fueron el segundo equipo menos goleado. Los de Fernando Crespo regresan a la máxima categoría regional con infinidad de ilusiones, pero su destino, salvo tremenda sorpresa, no pasa por estar en una zona medianamente tranquila.

El Revilla regresa a Tercera tras proclamarse campeón de Preferente el año pasado. Los de Camargo pretenden evitar el descenso a toda costa, pero lo harán con un equipo conformado prácticamente por jugadores novatos en estas lides. Por su parte, el Albericia es otro de los destinados a sufrir. Su nuevo entrenador Óscar Carrera tiene plena confianza en todos sus futbolistas y solo ha dado cuatro bajas. Aunque los del barrio santanderino han hecho cinco fichajes. Por su parte, el Selaya, que afronta el séptimo año consecutivo en Tercera División con Saldaña en el banquillo, arranca la temporada con ilusiones renovadas.

Ribamontán al Mar y Textil Escudo suelen completar una de las dos vueltas a un gran nivel y desinflarse en la otra, aunque la suma de puntos en la primera hace que en la segunda no pasen apuros en las últimas jornadas. Otro de los candidatos a ocupar una de las seis últimas plazas es el recién ascendido Castro, que apenas se ha reforzado.

Cultural, Sámano y Barquereño, teóricamente, navegarán por aguas tranquilas. Unos buscarán sumar los puntos necesarios para la salvación lo antes posible y así evitar apuros de última hora y otros tratarán de acabar en el grupo de campeones.