El Naval-Tropezón, suspendido por el desvanecimiento de un jugador

Tejerina, de 20 años de edad, ya había recobrado la consciencia «y acertaba a responder preguntas», añade Horcajo, cuando llegó la ambulancia. La casualidad quiso que el rival de ayer del Tropezón fuese el Naval y en Reinosa, con la cercanía que ello supone al Hospital Tres Mares, uno de los centros sanitarios de referencia en la región. «Aunque a todos nos pareció mucho tiempo, la ambulancia llegó muy rápido».

La preocupación en el terreno de juego, donde ya empezaba a nevar tímidamente, era enorme tanto entre los compañeros de Tejerina en el Trope como entre los integrantes del Naval. Horcajo solo tiene palabras de agradecimiento hacia el club campurriano. «Se han portado de diez», recalca. Ante el estado en el que se quedaron todos los jugadores, la medida más lógica y acertada fue la de suspender el partido.

Por desgracia, Horcajo ya tiene experiencia en situaciones como esta. «Es la tercera vez que lo veo, la segunda en el Tropezón. Aunque a esto no se acostumbra uno». Pero parece que todo se va a quedar en un gran susto. «Diego está estable y consciente. Va a estar 24 horas ingresado en el hospital, imagino que para controlarlo», señala el delegado de los amarillos. «Lo más importante es que no tenga ninguna secuela».