La Gimnástica cae por la mínima en Anduva

En la Gimnástica aún se guarda un buen recuerdo del enfrentamiento ante el Mirandés en la primera vuelta, cuando el equipo torrelaveguense derrotó al hasta entonces conjunto imbatido que llegaba a El Malecón con la aureola de infalible. Aquel triunfo significó el despegue del equipo entonces dirigido por Pablo Lago, que enlazó dos victorias y un empate y abandonó los puestos de descenso.

La situación actual no es muy diferente a la de entonces, dejando a un lado el hecho de que restan muchas menos jornadas para el final y que la presión agobia ahora mucho más que antes. Los blanquiazules siguen en la parte baja y los burgaleses pelean por el ascenso, por lo que los objetivos de unos y otros son bien diferentes y en principio el pronóstico del encuentro entre ambos parece favorable a los locales.

Sin embargo, en Torrelavega, a pesar de la dificultad que entraña el partido y de que se trata de uno de los compromisos más complicados que le restan a los de Mori a domicilio, no se tiende al pesimismo y se proyecta en el ánimo de todos que obtener un buen resultado es posible. Y más tras la última victoria, que ha supuesto una inyección de ánimo de cara a lo que está por llegar. Que la Gimnástica lleve sin ganar fuera de casa desde finales de diciembre y que en la segunda vuelta solo haya sido capaz de arrancar un par de empates fuera de casa es ahora mismo lo de menos. Porque en el equipo confían en sí mismos, y esa fe en sus posibilidades procede no de una idea abstracta o vaga, sino de la trayectoria reciente, esas dos victorias en los últimos tres encuentros y el ver más cerca la posibilidad de salvación, que ya no es tan solo una lejana aspiración.

Es posible salvarse, pero para que eso se produzca hacen falta buenos resultados no solo en casa, sino también fuera. Y en ese sentido Anduva se convierte en un reto, porque no es precisamente una plaza fácil. En el campo del Mirandés aún no ha ganado nadie, pero cinco equipos han sido capaces de empatar allí, lo que demuestra que los de Borja Jiménez no son imbatibles. Una de las claves de los resultados recientes se debe a la apuesta del nuevo entrenador por el esquema 4-4-2, que ha empleado en cuatro de los cinco partidos que lleva en el cargo, y que es muy probable repita esta tarde. Sobre ese esquema se ha asentado el juego de la nueva Gimnástica, que ha recuperado su solidez defensiva y parece haber ganado mordiente arriba. Cerrar bien los espacios, ejecutar correctamente la presión, las acciones a balón parado y las incorporaciones por la banda, son ahora más que nunca la seña de identidad de un conjunto que deberá recurrir a estas armas si aspira a sacar algo positivo frente al Mirandés.

Por lo que respecta a la alineación, no habrá demasiadas variaciones respecto al encuentro frente a la Real Sociedad B, si bien habrá salgún cambio. Rozas no estará y en los últimos choques el técnico asturiano ha introducido alguna variación táctica en el once, sobretodo en el centro del campo, que es la línea que más alternativas ofrece ya que también es en la que hay mayor número de efectivos. En defensa, con la vuelta de Luis Alberto tras cumplir un encuentro de suspensión, que jugará en el puesto de central acompañado de Ramiro, se situarán Fer por la derecha y Fermín por la izquierda, como ha ocurrido en los tres últimos partidos. Camus, salvo que Mori decida adelantar a Fer al centro del campo, parece haber perdido su sitio en el once, ya que su nuevo técnico no lo ve como central, al menos de momento, ni tampoco en el lateral zurdo.

El centro del campo se convierte en la zona con más opciones. Tras su suplencia en el último encuentro, seguramente Palazuelos sea titular en el eje. Su acompañante podría ser Alberto, que ha jugado de inicio en los tres últimos partidos, y de no serlo, su lugar lo ocuparía Cusi. En la banda derecha, tras haber recuperado la titularidad en las últimas jornadas, todo parece indicar que se situará Hugo Vitienes, que además ha cuajado buenas actuaciones. En cuanto a la izquierda, teniendo en cuenta las ausencia de Rozas y de que probablemente Leandro juegue en punta, y más con Nacho Rodríguez fuera por lesión, es más que probable que juegue Víctor, algo que ya ha sucedido esta temporada en varias ocasiones. Su presencia en esa zona de la línea media dota al equipo de equilibrio en la medular, ya que por sus características técnicas y tácticas es un jugador que no solo puede rendir aceptablemente pegado a la banda, sino que además puede apoyar a los mediocentros tanto en la defensa como en el ataque.

En la delantera, por último, Primo y el citado Leandro son quienes más posibilidades tienen de jugar, como ya hicieran en las dos jornadas anteriores. Leandro jugó varios de sus primeros partidos como blanquiazul en la banda izquierda, pero en las últimas jornadas se ha asentado en la punta de ataque. Su velocidad, capacidad para buscar huecos y moverse entre líneas, junto a su buen disparo, lo convierten en un futbolista que hace daño y abre el abanico de recursos ofensivos de la Gimnástica. Primo, por su parte, aporta no solo gol -es el máximo realizador del equipo- sino juego de espaldas, es una baza segura a la hora de rematar y en defensa se convierte en la primera línea gracias a su tesón a la hora de obstaculizar la salida del balón. Salas y Giovanni deberán aguardar, salvo sorpresa, su oportunidad saliendo desde el banquillo.

La idea de Dani Mori es no fijarse en el DNI del rival y salir a jugar, independientemente de que lo haga frente al último o el primero. Sabe que tiene que salir a ganar y no solo a protegerse del oponente, por lo que planteará un choque en el que tratará de que su equipo juegue sus bazas, practique su fútbol y cometa el menor número de errores posibles, para evitar que suceda lo que ocurrió en Logroño, que un fallo en defensa permitió a su oponente ponerse por delante al principio y condicionó el resto del partido.

El Mirandés, por su parte, llega al partido después de tres jornadas sin ganar, algo que no había sucedido hasta ahora. No solo se dejó dos puntos en Irún y Tudela, sino que el Athletic B, que no es precisamente uno de los mejores a domicilio, logró llevarse un punto de Anduva. Esos resultados lo han alejado del liderato, que ya está a doce puntos, y han permitido a sus perseguidores acercarse hasta los dos puntos, que son los que ahora mismo separan a los de Miranda de Ebro del Logroñés.

Su plaza para luchar en la fase de ascenso parece asegurada, pero no así su posición. Los riojanos y el Barakaldo están al acecho y cualquier tropiezo más de los burgaleses puede ponerles el segundo puesto al alcance de la mano. No se puede afirmar que los de Borja Jiménez se encuentren en crisis, pero sí es cierto que atraviesan por un pequeño bache, al menos en cuanto a resultados, y eso siempre influye en el rendimiento de los jugadores, que cargan con un peso extra de ansiedad por el triunfo.

En Anduva aguardan a una Gimnástica que ven en alza y que saben que les va a crear problemas por su forma de jugar. Aún así, son conscientes de que no pueden permitirse más tropiezos, ya que cuatro partidos seguidos sin ganar, con los perseguidores a rebufo y en la recta final de la Liga, añadirían un extra de tensión con el que tal vez no contaban en un principio.

A pesar de los últimos resultados, no conviene olvidar que el Mirandés es uno de los candidatos al ascenso, que lleva una gran trayectoria, que no ha sido batido en su estadio y cuenta además con una plantilla de jugadores experimentados y de calidad. Cuesta destacar individualidades en un equipo en el que militan futbolistas como su lateral izquierdo y capitán Gorka Kijera, los centrales Melli y Sergio González, centrocampistas con la calidad técnica de Galder Cerrajería o Antonio Romero o jugadores de ataque Álvaro Rey, Yanis o su delantero Claudio Medina, por citar tan solo a un puñado de ellos.

En Miranda, en otras circunstancias diferentes a las actuales y ante otro equipo, fijándose solamente en la clasificación, tendrían las cosas más claras. Sin embargo, después de tres empates, medirse a un rival en alza y motivado, y que además ya se impuso en el encuentro de la primera vuelta, no les permite tenerlas todas consigo. Por eso saldrán al césped con una motivación especial, lo que podría representar para ellos un arma de doble filo, por un lado más atentos, pero por otro más excitados.

Dani Mori y los suyos saben que no parten con el cartel de favoritos, pero en un estadio como Anduva tienen mucho que ganar y poco que perder. Porque si caen frente al segundo, en el fondo es algo que cabría esperar, lo mismo que fue perder en la anterior salida frente a la UD Logroñés, por mucho que en Torrelavega doliese la derrota. Sin embargo, una victoria, hasta un empate tal y como marchan las cosas en la Liga, sería un éxito, porque cualquier cosecha que se obtenga a menos de diez jornadas para el final.