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El rendimiento de los tres fichajes que firmó la Gimnástica en la ventana de enero y el de Jaume Pol en el mes de marzo ... son desiguales. Los nuevos refuerzos eran la gran esperanza blanquiazul para dar un golpe de timón a su trayectoria errática, pero parece que el efecto efervescente que trajeron consigo se ha extinguido. Los objetivos eran dos: que fuesen decisivos y que elevasen el nivel competitivo de los demás.
Tras la marcha del central Bardanca al Bytovia Bytow polaco la Gimnástica se hizo con los servicios de Ramiro, mientras que para suplir a Cagigas, que fichó por el Cayón, y Barbero, que lo hizo por el Villarrubia, 'Chalana' firmó a Leandro y Giovanni. Y aún hubo una llegada más de urgencia. Tras la inesperada lesión de Borja Docal, que se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, el cuerpo técnico tomó la decisión de ocupar su ficha con una nueva incorporación, la de Jaume Pol.
Por ahora los resultados hacen dudar de la eficiencia de este volantazo en mitad de la temporada, aunque pescar en ese mar que es el mercado de Segunda B a esas alturas de la campaña no es tarea fácil. Lo irrefutable es que ya hay poco margen para que los fichajes exhiban todo su potencial.
De momento, el que más ha conectado con la afición de El Malecón es Ramiro Mayor. No solo ha sido imprescindible desde el primer día –el del empate a uno ante el Calahorra–, sino que se ha convertido jornada a jornada en el jugador de referencia en el centro de la zaga blanquiazul. El aragonés apunta maneras de futbolista grande, hasta el punto de tener pretendientes de postín. Además exhibe un reluciente bagaje en forma de minutos, un total de 1.426 de participación.
Leandro Martínez llegó y se subió al once desde el primer día. Su primera actuación ante el Tudelano fue aceptable y también gustó en los partidos de mérito que el equipo firmó ante Mirandés y Racing, pero se ha apagado gradualmente, sobre todo en los compromisos más recientes. Aunque los dígitos le avalan –once titularidades consecutivas y más de 950 minutos–, le falta el gol.
El refuerzo que más controversia ha generado es Giovanni Navarro. Vino para sofocar un problema de sequía goleadora, pero su falta de pegada es idéntica a la de los delanteros que ya estaban en nómina. Ha participado en siete compromisos ligueros, dos con la etiqueta de titular, pero no ha convencido y tampoco fue una solución cuando Mori le dio galones. En 220 minutos no se ha estrenado como artillero.
El último en llegar y también en debutar –por problemas para obtener el alta federativa– fue Jaume Pol. Aceptó la propuesta que la Gimnástica le hizo cuando se desvinculó del Olot catalán y aterrizó en el proyecto blanquiazul para elevar la competencia en el lateral izquierdo, pero su incorporación coincidió con el mejor momento de Fermín, que hasta el domingo pasado era un fijo. Su cuota de minutos, 45, está por debajo de lo esperado, aunque ha dejado algunos destellos de su categoría.
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