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Alberto Cusidor se lleva las manos a la cabeza tras el final del partido mientras sus compañeros cabizbajos siguen en el campo.

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Alberto Cusidor se lleva las manos a la cabeza tras el final del partido mientras sus compañeros cabizbajos siguen en el campo. Luis Palomeque
Fútbol | Gimnástica

ElMalecón enciende la señal de alarma

La Gimnástica enlaza su cuarta derrota consecutiva y se convierte en colista tras ofrecer muy mala imagen

Adela Sanz

Torrelavega

Domingo, 16 de diciembre 2018

Cuando se sugieren muchos remedios para un solo mal, quiere decir que no se puede curar, escribió Anton Chéjov. Resulta una sentencia bien triste, pero es que así era el narrador ruso, en ocasiones inclinado al humor, pero por lo general pesimista en su valoración de las acciones humanas. Se tiende a pensar en la realidad como algo cambiante, y se espera que la suerte de los acontecimientos varíe. Existe la creencia, o tal vez se trate solo de la esperanza, de que el mal no se puede prolongar durante demasiado tiempo, que en algún instante los vientos virarán su rumbo y serán favorables. La realidad, sin embargo, se encarga de ahogar este tipo de anhelos. A pesar de los cambios y de las pruebas

Al final de cada partido llega la autocrítica, que se vuelve análisis a partir del lunes y va tornándose en optimismo a medida que se acerca el siguiente compromiso. A partir de ahora todo va a ser distinto, se piensa. Tiene que ir a mejor porque a peor no es posible. En la ficción llega un momento en el que, para no forzar en exceso el argumento y tornarlo inverosímil, algo se mueve. Pero el fútbol y la vida real no siguen esas mismas reglas. De hecho no parecen seguir ninguna. Así que

Gimnástica

Álex Ruiz; Fer, Bardanca, Cristian, Camus; Hugo Vitienes, Cusi, Luis Alberto, Fermín (Rozas, min. 64); Nacho (Alberto, min. 74), Dani Salas (Primo, min. 64).

0

-

2

Langreo

Imanol Elías, Cristian, Dani López, Alain, Álvaro Cuello, Riki (Samba, min. 73), Dani Ábalo, Nespral, David González (Omar, min. 76), Javi Sánchez y Allyson (Sergio Ríos, min. 81).

  • Goles 0-1 m. 19 Nespral; 0-2 m. 87 Omar.

  • Árbitro Sánchez Alba, del colegio aragonés. Expulsó con roja a Camus y por el lado visitante amonestó a Nespral e Imanol Elías.

  • Incidencias Campo de El Malecón. Se guardó un minuto de silencio por el exentrenador Andrés Fernández y del socio César Rosino.

  • el público Más de 2.300 espectadores presenciaron el partido desde las gradas de El Malecón y alrededor de 150 eran aficionados rivales que llegaron desde Asturias acompañando al Langreo.

  • el detalle El disparo de falta de Borja Camus que envió a córner Imanol y que en el posterior saque de esquina, detuvo el portero visitante con dificultades.

Por otro, ausentes Víctor y Palazuelos, se esperaba la inclusión de Luis Alberto en la línea media, como acompañante de Cusi en la sala de máquinas, algo que en efecto sucedió. También era de esperar la titularidad de Nacho Rodríguez, que ya había jugado de inicio en Barakaldo. La noticia llegó con la aparición en el once de Dani Salas, que apenas había jugado veinticinco minutos en su debut contra la Cultural y cinco en Lasesarre. Una media hora de fútbol entre los dos partidos en la que el joven delantero apuntó detalles - buenos desmarques, velocidad y remate - que convencieron a su entrenador de que lo justo era darle la alternativa.

No fue un partido de los típicos de El Malecón, por otra parte. Arrancó con más fuerza de lo acostumbrado, con los dos equipos bien despiertos de la siesta y con ganas de armar follón desde bien pronto. El Langreo avisó ya en el primer minuto, con un remate alto de Dani Ábalo. Salió pisando fuerte el equipo azulgrana (ayer de negro degradado en amarillo), decidido a imponer su ley y liquidar el encuentro por la vía rápida. No se arrugaron los torrelaveguenses, que enseguida respondieron con una jugada de Vitienes por la derecha con envío al área que detuvo Imanol.

Apenas hubo tiempo para asentarse sobre la hierba y tomarle el pulso al contrario, como suele decirse cuando los equipos pierden los primeros diez minutos en pelotear y aproximarse con timidez al área opuesta. Decidieron jugar a otra cosa, a ese fútbol más arriesgado pero también más emocionante en el que se busca la portería rival por la vía directa. Y así fueron llegando más ocasiones. Un lanzamiento raso de Allyson, una volea de Nacho Rodríguez, un remate de Cusi, un cabezazo de Luis Alberto y un balón que recogió Fermín y que casi se le cuela al portero. Más de un cuarto de hora de vete y ven, con una Gimnástica que apostaba fuerte por conseguir eso que últimamente se le da tan mal, marcar un gol.

Por desgracia, sus intentos resultaron infructuosos y el deseo de romper la igualdad inicial se quedó en ilusiones deshechas. No solo porque a los blanquiazules la portería se les hace demasiado pequeña o el portero enorme, sino porque para colmo el que marcó, y a la tercera, fue el Langreo. Centro desde la izquierda, cabezazo de Nespral y gol.

Los futbolistas de la Gimnástica regresaron al césped con otro aire. Habían terminado la primera mitad con aspecto desilusionado y la mirada ausente, necesitados de varios minutos de reposo, orientación y unas palabras de aliento. Por el motivo que fuese, sus primeras acciones estuvieron cargadas de energía. Luis Alberto, a los cinco minutos, probó su puntería, pero el balón golpeó en un defensor y salió desviado por la línea de fondo. No fue una acción aislada, producto de la fortuna, sino consecuencia directa de un juego más ágil y con mayor velocidad en los pases. Parecía la solución adecuada al problema que planteaban los asturianos, firmes y disciplinados hoplitas a la hora de cerrar espacios y presionar. Que lo fuera o no, era cuestión de tiempo y de golpear una y otra vez con el martillo en la herradura, hasta darle al clavo, como escribió Unamuno.

Sin embargo los minutos fueron escurriéndosele de las manos a Chronos sin que sucediera nada importante. Ante semejante tesitura, Lago optó por mover piezas, sustituyendo a Dani Salas por Primo y a Fermín por Rozas.No se trataba de algo revolucionario, tan solo un cambio de nombres en ataque y por la izquierda, pero algo había que hacer para que no llegase el final del partido tal y como lo tenía planeado el rival, aguantando atrás y arriesgando poco.

Tenía que suceder algo.

En la Gimnástica lo tienen claro: solo les vale la victoria. No contemplan otra opción que obtener los tres puntos frente al Langreo (17.00 horas) en el último partido que jugarán en El Malecón antes de despedir un año que ha tenido sus ... luces y sus sombras. Un 2018 que empezó con el equipo ilusionado con la posibilidad de un ascenso que finalmente logró y que no está terminando del modo en que a todos los blanquiazules les gustaría, con un solo punto en los últimos cuatro partidos, tres derrotas seguidas, el equipo en la parte baja de la tabla y esos goles que no llegan. Así pues, la visita del Langreo se aguarda con la impaciencia de la necesidad y con muchas ganas de hacerlo bien. De gustarse, de gustar a la afición y de ganar. Los últimos dos compromisos en casa ante Izarra y Cultural de Durango -sobre todo este último- dejaron mal cuerpo. De ahí la necesidad de librarse de esa sombra de negatividad cerrando el año en casa con una victoria.

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