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En El Malecón siempre se vive con intensidad. Lo deportivo, lo económico, lo institucional... Pero con el país y el fútbol hibernando a causa del Estado de Alarma por la pandemia de coronavirus, la Gimnástica y su entorno también han reducido las pulsaciones. Su presidente, ... Tomás Bustamante (Madrid, 1977), aprovecha el parón para hacer análisis de la realidad. El freno a la competición ha cortado una buena dinámica en lo deportivo. Pero además, también se han detenido el proceso que debía desembocar en unas elecciones a la presidencia y los avances en el acuerdo de patrocinio con Distributalia. Mientras tanto, el club torrelaveguense vive, como todos, con «incertidumbre» el devenir más cercano. Por eso, trata de adaptarse a la coyuntura adhiriéndose a la figura del Expediente de Regulación Temporal de Empleo. «El ERTE era una opción obligatoria, porque no sabemos qué va a pasar», explica el mandatario blanquiazul.
-¿Cómo lleva el encierro?
-Personalmente, estoy currando y no lo llevo excesivamente mal. Es una situación anómala, pero dentro de lo que cabe, sigo con la rutina.
-En pleno Estado de Alarma, ¿tiene tarea también en el club o le ha dado un respiro?
-Lógicamente, al estar todo parado, se ha quedado un poco en 'stand by', pero si que con el tema del ERTE y la subvención federativa, tenemos que seguir haciendo cosas. Nos da un poco para frenar este ritmo frenético y ver un poco la situación global desde la distancia.
-El equipo había encontrado una buena dinámica tras el cambio de entrenador. Un rumbo que la crisis sanitaria ha cortado.
-Sí. Habíamos recuperado sensaciones. Los jugadores estaban demostrando todo lo que son capaces de ofrecer, tanto individualmente como en colectivo, y sí que es verdad que el Laredo ya nos estaba mirando por el espejo retrovisor. Valorando simplemente el aspecto deportivo, sí que ha sido un poco faena el que se haya parado la competición en este momento. Estábamos recortando y encarando el final de Liga con bastante fiabilidad.
-¿Cree que se podrá terminar el campeonato?
-Bueno, creo que sí. Cualquier decisión que se tome a medio o largo plazo será precipitada. Hay que ir valorando semana a semana. Pero, por lo que lees, escuchas o cuentan, la intención es terminarla, aunque se alargue demasiado en el tiempo. Al final, hay demasiados intereses, tanto deportivos como económicos, ya sea en las competiciones profesionales o en las amateurs. Lo ideal es que se termine, para que haya ascensos y descensos y se cubra la temporada completa.
-El problema es que, si ya es complicado encajar lo que queda en el fútbol profesional, más lo será aún en un balompié modesto en el que los jugadores tienen otra vida aparte de la deportiva y los clubes quizá no se puedan permitir disputar dos encuentros a la semana por disponibilidad de futbolistas, ¿no?
-Siempre entra el tema de la legalidad. Habrá que ver qué decide la Federación Española sobre los contratos semiprofesionales y qué pasará en caso de que la Liga se alargue más allá del 30 de junio y qué pasará con los salarios de todos estos meses que estamos parados. Los presupuestos de los clubes giran en torno a ciertos ingresos y al gasto de la plantilla, que suele ser el mayor. Eso y las taquillas de la fase de ascenso es lo que va a dirimir si, como la mayoría de las empresas, y creo que todos estamos asumiendo que vamos a cerrar en pérdidas 2020, habrá que intentar que con el fútbol no pase lo mismo.
-Han decidido acogerse al Expediente Temporal de Regulación de Empleo para las cuatro personas que tienen en plantilla: el entrenador y tres futbolistas.
-Sí. Era una opción obligatoria, porque no sabemos qué va a pasar. Pero lo que sí tenemos claro es que los jugadores no van a dejar de percibir su salario estipulado. Se compensará, porque tampoco deben ser ellos los que paguen el pato.
-¿Cómo han recibido la noticia?
-El problema que tenemos, siempre en estos casos, y es una opinión personal, es AFE. Es la guerra que tenemos siempre con ellos. La relación personal con los delegados de AFE de Cantabria es excepcional, pero no compartimos muchas de las recomendaciones que les hacen a los futbolistas, porque yo creo que viven un poco al margen de la realidad y no puede ser que siempre seamos los clubes los que paguemos la fiesta.
-¿Han hecho un balance de cuánto puede afectar económicamente este parón a la Gimnástica?
-Realmente, si se disputa la fase de ascenso, creo que las pérdidas serían mínimas, ya que por desgracia las taquillas en Tercera División no son la panacea, pero sí que es verdad que habrá que ver qué decide la Federación. Me imaginó que tendrá una dura negociación con AFE sobre los contratos del 14 de marzo en adelante. Si se van a cumplir, si no se van a cumplir o qué pasará en caso de prorrogarse. Todo está en el aire. La palabra que mejor define todo es la de incertidumbre.
-A finales de marzo debería haberse celebrado la asamblea de la Gimnástica en la que se convocarían elecciones a la presidencia.
-Sí. Lógicamente también está todo un poco en el aire. Además, la salida de este Estado de Alarma será escalonada y estarán todavía prohibidas las grandes concentraciones de gente. No sé si será para el próximo otoño. Nos vamos fijando un poco en las elecciones vascas y gallegas. Pero como decía antes, el tomar decisiones a medio o largo plazo es aventurado.
-Cuando lleguen esos comicios, ¿cree que los socios respaldarán su labor y la de su directiva?
-Son cinco años. Creo que han sido cuatro años muy buenos, en los que la alegría estaba instalada en el gimnasticismo y todo eran virtudes y alabanzas, aunque evidentemente ha habido bastantes fallos. Y este año, por un interés externo de cierta gente, se ha empezado a agrisar la gestión. Desgraciadamente, creo que ahora mismo la masa social está totalmente dividida y se están trayendo al fútbol los métodos que se utilizan bastante ahora en política. Creo que la gestión económica ahí está. Y la deportiva, también está ahí. Simplemente, un criterio económico nos hizo descender de Segunda B a Tercera. Hemos recuperado el sentimiento gimnástico en Torrelavega y estamos en volver a ascender y dejar el equipo en Segunda B.
-¿Cómo está el asunto de Distributalia?, porque hace tiempo que no hay novedades al respecto.
-Esta situación es un poco extraña. Cuando esto pase, tendremos que ver cómo queda. Hay un contrato ya firmado, con unas cláusulas, según las cuales el contrato debe llevarse a cabo tras las elecciones. Tanto con Distributalia como con otros patrocinadores que solían abonar sus patrocinios en abril, cuando pase todo esto, tendremos que sentarnos y ver en qué situación estamos.
-Lo que sí es cierto es que, sin novedades, es difícil convencer al personal de que se trata de algo serio.
-Lo que tenemos es un patrocinio. Con lo cual, como mal mayor, lo que perderíamos sería un patrocinio y unos ingresos en las arcas del club. Desde la directiva vamos a seguir trabajando y buscando liquidez en la empresa privada y esperemos que con Distributalia todo llegue a buen puerto. Y si no es así, seguiremos buscando la inyección económica para terminar de refinanciar la deuda que heredamos en el club. Era de más de 1.400.000 euros cuando llegamos y dejar la deuda estructurada era lo que nos planteamos cuando llegamos.
-¿A cuánto asciende la deuda en la actualidad?
-A finales de la temporada pasada quedó cifrada en 640.000 euros según la auditoría. Tendremos que ver este año cómo acaba, pero creo que quedará claramente disminuida.
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