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La Gimnástica padece el mal del gol. Semejante diagnóstico es el responsable de la principal dolencia que aqueja a los torrelaveguenses, que continúan, semana ... tras semana, sin dar con el remedio a su enfermedad. Con solo ocho goles marcados en el doble de jornadas, el conjunto que dirige Pablo Lago ofrece uno de los peores registros del fútbol español en categoría nacional.
Solo el Burgos, del Grupo I de Segunda B, presenta unos números peores. Con seis goles, los castellanos, en la penúltima plaza de su grupo con doce puntos, es el peor de todos en este sentido, por delante de los blanquiazules y el Bouzas, colista del Grupo I que, con nueve tantos, es el tercer equipo con menos goles a favor. Ni en el Grupo III ni en el IV hay conjuntos por debajo de los diez goles. En el primero de ellos el peor es el Teruel (18º), que lleva una decena de tantos en su haber, seguido de cerca por el Ebro (15º), que ha marcado once goles hasta la decimosexta jornada. En el Grupo IV el colista Malagueño, que suma ocho puntos, ha marcado diez goles, mientras que Villanovense (16º) y Don Benito (18º) han conseguido una docena cada uno.
Por lo que respecta a las dos primeras divisiones del fútbol español, ningún equipo se acerca a los registros de la Gimnástica. En La Liga Santander, con quince jornadas disputadas, los equipos con peores registros goleadores son el Valencia (15º) y el Huesca, colista, ambos con doce goles. En Segunda llevan diecisiete encuentros disputados, una jornada más que en Segunda B, pero tanto Reus (20º) como Gimnástic (22º) superan los guarismos de los de Torrelavega, ya que han logrado once tantos cada uno.
La Gimnástica ofrece un registro preocupante, ya que sus ocho goles representan una media de medio gol por partido. Ha marcado, además, en la mitad de sus encuentros, lo que equivale a decir que no ha conseguido hacer más de un gol en ninguna de las jornadas, aspecto éste en el que en su categoría solo iguala el Unionistas de Salamanca, décimo clasificado del Grupo I y una decena de goles a su favor, ya que tanto el Burgos como el Bouzas, en ese mismo Grupo I, o el Tudelano o el Gernika, en el Grupo II, han marcado en alguna ocasión al menos dos goles. Lo mismo puede decirse del Teruel o del Ebro en el Grupo III y del Malagueño en el Grupo IV, por citar tan solo unos pocos ejemplos. Los blanquiazules no encuentran la solución al problema y la seguía goleadora parece perpetuarse desde el inicio de temporada, cuando empataron a uno en su regreso a la categoría en el Stadium Gal, con un tanto en propia meta del futbolista del Real Unión Esnaola. Otro aspecto a tener en cuenta es el reparto de los goles entre los futbolistas de la plantilla y el modo en que se han marcado. Siete de los ocho goles gimnásticos se los reparten entre cinco futbolistas. Borja Camus ha marcado dos, los mismos que Rubén Palazuelos, y uno han conseguido Nacho Rodríguez, Hugo Vitienes y Cristian Moreno.
2 goles de penalti transformados en las 16 jornadas disputadas se suman a los conseguidos por el conjunto de Mies de Vega
El capitán gimnástico, lateral o central, marcó sus dos goles desde el punto de penalti. El primero, en la séptima jornada, le dio el triunfo a su equipo frente al Gernika y el segundo le valió los tres puntos ante el Mirandés en la undécima, ambos partidos disputados en El Malecón. El mediocentro logró sus dos tantos en jugada en dos encuentros consecutivos, si bien, a diferencia de los de su compañero, no le valieron al equipo para sacar adelante ambos choques, ya que tanto el Amorebieta como el Leioa le ganaron a la Gimnástica por dos a uno.
El tanto de Vitienes frente al Arenas en Gobela sí que sirvió a los torrelaveguenses para llevarse el triunfo, mientras que el de Nacho y el de Cristian, éste último desde el punto de penalti, por el contrario, no dieron puntos al equipo, que perdió tanto en Tudela, donde marcó el delantero, como en casa ante la Cultural, partido en el que lo hizo el central canario.
De los ocho goles conseguidos por la Gimnástica en ese mismo número de encuentros, solo cuatro se han traducido en puntos: el que se marcó Esnaola en propia puerta le dio uno a los torrelaveguenses; el par de Camus supusieron seis, y el del extremo derecho, que valió tres. El resto, es decir, los dos goles de Palazuelos, el del delantero Nacho y el de Cristian no rindieron fruto alguno en el casillero de puntos de la Gimnástica. Por último, en cuanto a los autores de los goles, destaca el hecho de que solo uno de ellos es delantero. Tan solo Nacho, de los siete goleadores, ocupa plaza en la punta de ataque del equipo. De los demás, dos son defensas (Cristian y Camus) y los otros centrocampistas (Palazuelos y Vitienes).
Así pues, en un equipo que cuenta en su plantel con tres delanteros puros, como son Nacho, Primo y Barbero, y otros tres futbolistas con clara vocación ofensiva, casos de Carlos Cagigas, Dani Salas y Diego Rozas, solo uno de ellos ha conseguido marcar, y en una oportunidad. Se trata de un dato sin duda sintomático de lo que le pasa a un equipo que está peleado con el gol.
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