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Mario Cuerda
Valladolid
Domingo, 1 de diciembre 2024, 18:55
Un alargue de diez minutos evitó que la Gimnástica sumase una importantísima victoria en su visita al Valladolid Promesas. El equipo de Jaime Álvarez realizó un partido muy completo y, por dos veces, dispuso de una ventaja de dos goles en el marcador. Sin embargo, un tanto de Neira en el minuto 85 y otro de Jorge Delgado, exjugador del Rayo Cantabria, en la última jugada del encuentro llevaron la decepción al cuadro torrelaveguense.
Valladolid Promesas
Aceves; Alin (Koke, min. 56), Adri Gómez (Gabri, min. 56), Ortuño, Hugo San; Xavi Moreno, Verde (Sergio Esteban, min. 76), Frimpong (Maroto, min. 56), Enrique (Neira, min. 4); Jorge Delgado y Arnu.
3
-
3
Gimnástica
Miguel Sanz; Miguel Gándara, Miguel Goñi, Iago Parga, Jesús Puras; Alberto Gómez, Campo (Nico Toca, min. 78); Chus Ruiz, Dani Gómez (Santamaría, min. 70), Unai Hernández; y Primo (Tobar, min. 90).
Goles: 0-1 Primo (min. 12). 0-2 Miguel Gándara (min. 51). 1-2 Verde, de penalti (min. 61). 1-3 Santamaría (min. 71). 2-3 Neira (min. 84). 3-3 Jorge Delgado (min. 100).
Árbitro: Gómez Lameiro (Comité gallego). Expulsó con tarjeta roja directa a Andrés Vallina, segundo entrenador de la Gimnástica, a la conclusión del partido. Mostró tarjeta amarilla a Neira, Ortuño y Koke del Valladolid Promesas, y a los visitantes Alberto Gómez, Iago Parga, Campo, Unai Hernández y Primo.
El regreso de Miguel Sanz a la portería, en detrimento de Iván Crespo, fue la principal novedad en el once inicial que presentó el conjunto cántabro, que hizo una magnífica primera parte, quizás los mejores 45 minutos en lo que llevamos de temporada. Sorprendió al Promesas con su salida y apabulló al filial blanquivioleta durante los primeros 25 minutos, en los que marcó su gol y tuvo varias ocasiones claras para haber aumentado la ventaja.
El comienzo del partido estuvo marcado por la lesión fortuita de Enrique, que tuvo que ser sustituido por Neira tras una jugada personal en el primer minuto. La Gimnástica dominó la primera fase del partido ejerciendo una presión alta y practicando un fútbol rápido y vertical.
El cuadro torrelaveguense recuperaba el balón con facilidad y llegaba con fluidez al área de la escuadra pucelana. En el minuto doce consiguió adelantarse en el marcador. Campo sacó un córner en corto sobre Jesús Puras, que colgó el balón al segundo palo, donde Chus Ruiz, de cabeza, puso la pelota en el interior del área chica y Primo, también con la testa, remató al fondo de la red. El elenco de Jaime Álvarez pudo aumentar su ventaja con dos oportunidades muy claras de Chus Ruiz y un centro de Jesús Puras que cortó Adri Gómez cuando Primo se disponía a rematar a puerta. El filial vallisoletano no se acercó por la meta de Miguel Sanz hasta el último cuarto de hora de juego del primer acto. En su oportunidad más clara, el portero de la Gimnástica envió a córner un remate de cabeza de Arnu que se colaba junto a la escuadra.
La segunda parte fue muy emocionante, con un constante ida y vuelta que se tradujo en la consecución de cinco goles. En el minuto 51, de nuevo a balón parado, llegó el segundo gol de la Gimnástica. Campo botó un córner en corto, el balón quedó suelto tras el centro de Jesús Puras y Miguel Gándara remató al fondo de la portería. Diez minutos después, Verde transformó un penalti cometido sobre Arnu y recortó diferencias.
Santamaría, que no llevaba ni un minuto sobre el campo, puso el 1-3 tras rematar dentro del área un centro desde la derecha de Chus Ruiz. Se las prometía muy felices la Gimnástica con el resultado, pero todo se vino abajo en los minutos finales. Neira puso el 2-3 aprovechando un despeje de Miguel Sanz tras un disparo de Koke en el minuto 85.
Después, llegó la polémica decisión arbitral. El árbitro decidió aplicar nueve minutos de tiempo de prolongación, a los que, posteriormente, añadió otro más. Cumplido ya el minuto 100, y en la última jugada del encuentro, llegó el mazazo para la escuadra torrelaveguense. Koke centró, Neira remató en primera instancia, Miguel Sanz rechazó la pelota y Jorge Delgado mandó el balón al fondo de la portería. No hubo tiempo para más, solamente para las protestas y el abatimiento.
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