«La Gimnástica pagará el jueves la deuda pendiente con la AFE»

De esta manera el conjunto de la ribera del Besaya podrá jugar en la división de bronce en la temporada 2018-2019. Algo merecido después de la gran temporada protagonizada por el equipo blanquiazul. La entidad cántabra tiene hasta el viernes, a las 12.00 horas, para hacer frente a la actual deuda, pero la Junta Directiva del conjunto de Mies de Vega ha decidido que los 128.215 euros que se adeudan a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) -de los cuales 13.000 irán destinados al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa)-, sean abonados por trasferencia bancaria con veinticuatro horas de antelación. Cuanto antes mejor. Para poder competir de nuevo en Segunda B y así evitar de nuevo un descenso administrativo.

Esos casi 130.000 euros que adeuda el conjunto blanquiazul a las dos entidades serán avalados por la Junta Directiva y algunos empresarios de Torrelavega, a través de un crédito personal por medio de una entidad bancaria. Porque el máximo mandatario del conjunto gimnástico asegura que «no queremos volver a soportar lo que el equipo sufrió en la temporada 2012-13. Fue un descenso doloroso, tanto como el de seis años antes, que coincidió con el centenario». Y es que después de conseguir el ascenso a Segunda División B en 2009 y permanecer en ella a lo largo de cuatro campañas, la Comisión Mixta de la Federación Española de Fútbol puso punto y final al periplo del cuadro blanquiazul en la categoría, dado que la entidad no pudo hacer frente a las deudas contraídas y tuvo que competir en Tercera División.

Una noticia que cayó como un losa sobre El Malecón y la ciudad de Torrelavega. Finalmente, la situación económica y la inestabilidad institucional del club, que estuvo regido durante seis meses por una junta gestora, supuso un lastre insalvable para la entidad torrelaveguense, al que le confirmaron el temido descenso administrativo. Los seguidores eran conscientes de que la herencia económica a lo largo de los años había condenado al equipo a volver al fútbol regional, a pesar de los esfuerzos de los aficionados para intentar conseguir los 273.000 euros que eran necesarios para solventar la situación. No fue posible.

El descenso no supuso una sorpresa para ninguno de los estamentos del club. Jugadores, entrenador, socios y directivos reconocieron que era algo previsible, a pesar de los esfuerzos de todos para buscar una solución a la precaria situación económica. Se intentó, pero el objetivo no se consiguió.

Y es por ello que Tomás Bustamante, para que no vuelva a suceder el mismo episodio, ha afirmado que esta campaña puede ser la clave para que se decida el futuro tanto deportivo como económico del equipo decano de Cantabria, «si seguimos con paso firme superando las adversidades o si por el contrario volvemos a los embargos y las penurias. Porque la Gimnástica será lo que los socios quieran, lo que sus simpatizantes quieran y lo que Torrelavega quiera», dijo.

Asimismo, Bustamante señaló que «han sido momentos de vértigo, preocupación y muchísimo trabajo, pero estamos en el camino de la solución definitiva para la Gimnástica. Como ya dijimos en la asamblea, nunca paramos de trabajar en esta línea que, actualmente junto con la deportiva, es la más importante para el club».

El máximo mandatario gimnástico también explicó que han diseñado un plan de viabilidad para que el club alcance la condición de sostenible en tres años, algo que puede lograrse «siempre que no se hagan locuras», independientemente de la categoría que ocupe, según indicó.

Ahora, tanto Tomás Bustamante como su Junta Directiva y varios empresarios de la ciudad serán los artífices de que el conjunto de Mies de Vega vuelva a jugar en una categoría que perdió administrativamente, no deportivamente.

Tanto los componentes del ente torrelaveguense como los propietarios de las empresas tienen asegurada la recuperación de su préstamo, hecho en un momento tan delicado para la Gimnástica, por medio de los ingresos previstos por el club procedentes de los derechos de televisión esta temporada.