La Gimnástica respira a costa de un Laredo que se queda sin aire

Sobre el césped, hubo pocas sorpresas entre los protagonistas elegidos por Manu Calleja que dispuso un once con tres ausencias respecto al partido contra el Salamanca el pasado domingo, Iago Parga por sanción, cuyo puesto ocupó Goñi, además de Saúl y Uri, sitios en el que entraron Arredondo y Alberto Gómez respectivamente. Otras tantas novedades hubo en el Charles tras el empate frente al Numancia. Se quedaron en el banquillo Peña y Vassilakis dando paso de inicio a Carral, Isuardi, mientras que Sanmi ocupó el puesto del sancionado Ojeda.

Aunque el verdadero protagonista, sobre todo en el primer tiempo, fue el miedo de ambos a perder. A pesar de ello, los de Mies de Vega, empujados por su afición, salieron al campo con ganas de asestar un gol tempranero a los pejinos. Diego Campo avisó con un disparo desde la frontal que se marchó rozando el poste tras un perfecto pase de Chus Ruiz.

Con el paso de los minutos, la Gimnástica generó varias ocasiones, sobre todo a balón parado. Una de las más claras fue un disparo de Chus Ruiz en una falta lejana que se marchó fuera.

El dominio de los de Manu Calleja se hizo evidente y, en la siguiente jugada, Diego Campo -tras un potente lanzamiento de falta desde la frontal del área- envió el balón al fondo de la red en el minuto 32: era el 1-0.

Pudieron aumentar la ventaja en el marcador los blanquizales por partida doble. En la primera ocasión, Arredondo logró armar un disparo desde el borde del área que desvió Puras con dificultad. En la segunda, Chus Ruiz, envió el balón al poste.

Por su parte, el Charles estuvo durante toda la primera parte más atento en no perder la posición que en atacar y su juego fue bastante previsible. Isuardi estuvo desaparecido en ataque y Héctor Tirado, uno de los futbolistas más imaginativos del equipo pejino, se limitó a asegurar sus pases sin intentar sus habituales desbordes. Así se terminó la primera mitad.

Salieron los de Juanma Fernández sin cambios tras la reanudación, aunque con una voracidad inicial en ataque que ayudó a despertar a las gradas de El Malecón. La sensación era ahora de mayor peligro y, de hecho, Isuardi con un remate desde el interior del área que tropezó en un defensa blanquiazul estuvo a punto de poner el empate.

El equipo pejino siguió multiplicando sus acercamientos a la portería de Iván Crespo y, los siguientes minutos, encadenó un disparo de Arruabarrena que se fue fuera.

Manu Calleja intentó reactivar a su Gimnástica y dio entrada a Uri, que mejoró mucho el centro del campo de los suyos, ante un Laredo que sin nada que perder convirtió cada acción de su posesión en jugadas rápidas que metieron el miedo en el cuerpo a los de la capital del Besaya.

Con la pírrica ventaja en el marcador, los de Torrelavega se pusieron el mono de trabajo para llevarse los tres puntos. Saúl entró para refrescar las piernas ya trabajadas de Dani Gómez. En el lado contrario, Vassilakis y Oli eran el intento de revulsivo pejino.

Rasines con un lanzamiento, raso, desde la frontal hizo lucirse a Puras enviando el balón a córner. Era la antesala de la jugada del encuentro. Tras el lanzamiento de esquina, el árbitro, señaló mano de un jugador de la Gimnástica, tras consultar con su juez de línea decretó gol y posteriormente decidió que fuese penalti por mano de Carral que finalmente sería expulsado.

Alberto Gómez no desaprovechó la ocasión para ampliar la ventaja en el minuto 73. Ocho minutos después, Torres (tras pase de Saúl) puso el resultado definitivo en el marcador.

El pitido final dio paso a la euforia de una Gimnástica que recupera constantes vitales, pero que sigue en cuidados intensivos, a costa de un Laredo que parece estar dando sus últimas bocanadas en Segunda RFEF.