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Justo un año después de cumplir su primer curso en el cargo como presidente de la Gimnástica y dos meses después de tomar los mandos del equipo, Siro del Barrio, que ya ascendió en tres ocasiones con el conjunto blanquiazul como jugador, y Sesi Fernández ... han llevado al equipo torrelaveguense al ascenso de categoría tras proclamarse campeón de Tercera RFEF. Y por todo lo alto. Nada menos que un 0-8 al Castro en Riomar, convierte a los del Besaya en equipo de Segunda RFEF.
Con un once tipo formado por Rumenov en la portería, Fer, Chamorro, Marotías y Montiel en defensa; Alberto Gómez, Altadill y Basurto en el eje en el centro del campo y Tirado, Tobar ySomavilla como delanteros, la Gimnástica ha protagonizado un final de curso espectacular. En los nueve partidos de Sesi en el banquillo, aún no ha encajado ningún gol.
Los blanquiazules no pudieron hacerlo a la primera, cuando les bastaba con ganar a la Cultural en El Malecón para asegurarse el ascenso, pero en su segunda ocasión lo han hecho suyo. La Gimnástica ya está en Segunda REFF tras haber manejado un presupuesto de alrededor de 600.000 euros y gracias entre otros factores a los tantos de Tobar, máximo goleador del equipo con diez dianas, aunque en general los goles han estado muy repartidos.
El ímpetu con el que los del Besaya se emplearon en su duelo ante el Castro es la imagen que mejor define al equipo que ha fraguado Sesi. Y de un ascenso que también es un poco de Pablo Casar, entrenador gimnástico hasta su destitución cuando marchaba colíder. No gustaba la dinámica en la que estaba entrando el equipo. Los blanquiazules son un bloque con orgullo y ambicioso que además del salto de categoría se ha propuesto superar todos los registros posibles.
Y es que hasta para ascender hay formas. La Gimnástica estaba obligada a hacerlo. Por estructura, presupuesto, entidad, historia y afición, los gimnásticos no podían estar más tiempo en una Tercera RFEF que se ha convertido en la quinta categoría nacional. Eso sí, los propios jugadores y técnicos reconocieron tras celebrar el ascenso en Castro que no esperaban un curso tan redondo, en el que –excepción hecha de la crisis que llevó a la destitución de Casar– prácticamente solo se han celebrado victorias hasta adelantar la conquista del objetivo una jornada antes de finalizar la competición regular. Atrás quedan los momentos difíciles, como las dos derrotas consecutivas en El Malecón ante Torina y Vimenor (1-3) que le costaron el puesto a Pablo Casar. La goleada en Riomar pone un colofón perfecto a la temporada a falta de la despedida de la semana que viene en El Malecón.
Sobre la valía de esta Tercera RFEF cántabra de 16 equipos que este año se estrenaba se ha hablado mucho. El quinto escalón del fútbol español está muy lejos de ser una competición exigente, pero ascender nunca es sencillo. Feudos angostos, rivales desconocidos que esperan a la Gimnástica como el gran día de la temporada... Son factores con los que los gimnásticos han tenido que lidiar en estos meses. Una trampa en la que otros históricos del fútbol cántabro como el Escobedo no han sabido moverse tan bien.
Uno de los grandes éxitos de esta temporada radica en la confección de la plantilla que llevó a cabo la dirección deportiva comandada por Luis Fernando Varela, con la colaboración en aquel momento de Pablo Casar. Los técnicos supieron elegir las piezas clave que había que quedarse de la plantilla de la temporada anterior. Junto a ellos llegó un grupo de jugadores con más rendimiento que nombre, obreros del fútbol con ganas de crecer y a los que no se les han caído los anillos por dar un paso atrás para impulsarse junto a una entidad histórica que pasaba por sus horas más bajas.
Ese orgullo con el que la plantilla de la Gimnástica ha enfocado toda la temporada se ha visto semana a semana. Nunca un rival fue menospreciado. Nunca salieron del vestuario voces altisonantes que restaran importancia a la calidad de los rivales y que dieran por hecho un triunfo. Enfrentar cada semana con la máxima cautela y un alto grado de profesionalidad ha llevado al conjunto torrelaveguense a plasmar sobre el césped esa superioridad que todos auguraban mirando su plantilla. Y eso es algo muy fácil de decir, pero mucho más complicado de llevar a cabo.
Junto a ese orgullo que ha exhibido la plantilla, la ambición del cuerpo técnico y los jugadores han sido el otro factor diferencial. La Gimnástica llevaba dos años perdida, a la deriva deportiva y sin una identidad clara en el juego. En apenas dos meses, Sesi Fernández ha creado un contexto radicalmente opuesto del que ahora disfrutan los seguidores blanquiazules. El club sabe que en esta categoría tiene que ser dominador, lo asume y sale a todos los campos a conseguir los tres puntos. La especulación hace tiempo que quedó aparcada. Por eso, no es casualidad que en Tercera RFEF la Gimnástica haya conseguido mejores entradas en El Malecón que en sus últimos años en Segunda B.
El gran artífice de ese hambre voraz del equipo es, junto a Varela, Sesi Fernández. El actual técnico blanquiazul ha sabido transmitir en estos últimos meses a sus jugadores la ambición por conseguir cualquier reto que se ponga a tiro, por pequeño que parezca. Los futbolistas, además, han visto que cómo el entrenador les invitaba a desplegar un fútbol que seduce y que ha hecho que toda la plantilla se suba a su carro. Incluso los que no han tenido los minutos esperados. Los vítores al entrenador en Castro, de la plantilla al completo, son el mejor ejemplo de que el colectivo ha estado por encima del individuo.
Fruto de esa ambición que destila la Gimnástica es el convencimiento del vestuario de seguir compitiendo al máximo nivel hasta el final de la temporada. El objetivo principal, que era el ascenso, ya está atado. A partir de ahora, por delante queda una cita para cerrar el campeonato y precisamente será en El Malecón donde la hinchada blanquiazul seguramente recibirá -y despedirá-, al equipo al grito de: 'Campeones, campeones'.
Sesi quiere que su equipo sea también el que más goles ha anotado y el que menos ha recibido del grupo, además, de acabar el curso sin conocer la derrota desde que se hizo cargo del equipo en el mes de febrero, sería la mejor forma de seguir alimentando el crecimiento de la afición. Tan solo el Siete Villas puede evitar semejante récord el próximo domingo en El Malecón en el último partido de la liga regular. Conquistado ya el salto de categoría, el resto pueden parecer retos menores, pero esta Gimnástica campeona no quiere renunciar a nada y peleará por ellos hasta el final.
Esta temporada El Malecón ha registrado una entrada superior a los 700 espectadores que previsiblemente se incrementarán el próximo curso, cuando el club deberá incrementar su presupuesto, pero siempre con la necesaria contención que exige la deuda heredada de anteriores directivas.
Con el ascenso convertido en realidad, las oficinas blanquiazules ya están manos a la obra planeando la próxima temporada. Pese a que todavía falta una jornada para ponerle fin a esta campaña, uno de los aspectos que más está analizando la entidad es la próxima campaña de abonados tras el salto a una Segunda RFEF más exigente y que traerá mucha expectación.
Y es que tras la entrada de la nueva Junta Directiva en el ente blanquiazul el club que preside Siro del Barrio ha reducido la deuda con Unicaja en 180.000 euros y está al día con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. Además, todos los jugadores de la plantilla, así como su cuerpo técnico están ya al día en sus cobros.
La entidad busca enganchar al máximo número de socios posible el próximo curso a través de una campaña de captación madrugadora cuando lo habitual era se lanzara en pleno verano, ya bien entrado el mes de julio. Con mucho margen, en definitiva, para trabajar, pues el objetivo ya está conseguido... esta temporada.
Con el sello de los campeones. La Gimnástica se dio el gustazo de celebrar su ascenso a Segunda RFEF derrotando al Castro (0-8) a domicilio. El conjunto de la capital del Besaya recupera así una categoría que perdió hace dos años –estrictamente entonces era Segunda B– y cierra a lo grande un fin de temporada espectacular, la mejor de los últimos años tanto en lo deportivo (salto de categoría), como en lo institucional (reduciendo su actual deuda a pasos agigantados) y lo social (con una afición volcada).
La Gimnástica ha cumplido con el objetivo a falta de una jornada para que finalice la Liga gracias a una buena temporada, plasmada en 18 partidos ganados, 8 empatados y 3 derrotas. Es el equipo más goleador del grupo con 64 tantos. Y su buen trabajo viene avalado por ser el equipo que menos goles encaja (17). Además, en sus últimos nueve encuentros no ha visto perforada su portería.
La ambición de los torrelaveguenses en la segunda parte, tras retirarse a los vestuarios con un 0-5 a su favor y cuando el ascenso ya era un hecho, habla de lo que es este equipo. No se desconcentraron, buscaron ampliar el triunfo para que la fiesta fuera completa, y lo lograron con otros tres goles que quedará en la historia del club. Un derroche de casta, orgullo y ambición para hinchar la moral de una afición que disfrutó de lo lindo en las gradas del Riomar.
Antes de que la fiesta se desatara y el partido entrara en una nueva dimensión, a la Gimnástica le tocó apretar los dientes ante un Castro duro e intenso. Los locales apretaron en el inicio y encontraron carriles para atacar. Esa buena salida del conjunto castreño quedó frenada cuando Tobar aprovechándose de un error defensivo rojillo se plantó solo ante Endika y con mucha tranquilidad batió al meta en su salida, era el 0-1.
La Gimnástica, que jugaba con un fuerte viento a favor, fue poco a poco dominando con claridad al conjunto castreño que veía cómo cada llegada ante la meta de Endika era un tanto. De hecho, en la segunda acometida llegó el tanto de Borja Camus de penalti. Cinco minutos más tarde, Basurto se aprovechó de un rechace del meta castreño para, de cabeza, anotar el 0-3. Sin tiempo para reaccionar, el Castro se encontró con el cuarto gol, obra de Somavilla. Y al filo de la media hora Tobar marcó el quinto.
Tras volver de vestuarios, los blanquiazules comparecieron al segundo tiempo liberados. El juego continuaba igual y eso que ahora la Gimnástica tenía el viento en contra. Eran meros espectadores los futbolistas del Castro y los visitantes se dedicaban a tocar el balón y a tenerlo en sus pies el tiempo máximo posible. Y así, llegaron el sexto y el séptimo gol, ambos de Dani y casi de igual hechura al tener solo que empujar el balón al fondo de la red. Cerró la goleada Héctor Marcos al aprovecharse, nuevamente, de un error defensivo local.
El pitido final desató la euforia y las lágrimas en Castro de los jugadores y aficionados de una Gimnástica que consumó su merecido ascenso en una temporada dominante. El premio a una idea mereció la pena.
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