La Gimnástica sólo mira hacia arriba

Los blanquiazules buscaron el gol desde el principio. En varias ocasiones llegaron al área asturiana, aunque no encontraban un remate claro. Tras un centro desde la banda izquierda a cargo de Héctor Tirado lo intentó Tobar con un remate que desvió Adrián Torre. El propio Héctor Tirado estuvo a punto de inaugurar el marcador con un gol olímpico, pero el meta visitante despejó el balón con muchos apuros.

La Gimnástica era mejor que el Langreo en ese tramo del partido, aunque los asturianos mostraban una paciencia inquebrantable. Pero de nuevo Dani Álvarez ganó la línea de fondo para poner un centro tenso y fuerte, que controló Tobar y a la media vuelta batió a Adrián Torre. Era el 1-0.

No se conformaron los de Mies de Vega, que apenas pisaron su propia parcela ante un Langreo inofensivo, pero que sacaba la segadora. David mereció la segunda amarilla en una clara zancadilla a Unai al filo de la media hora. No se quedó ahí la desafortunada actuación arbitral de la primera parte. Chamorro reclamó un claro penalti en un remate de cabeza que golpeó en la mano de Jandro.

Esa acción fue como echar agua en una sartén de aceite hirviendo. La Gimnástica entró en ebullición y se fue a por el Langreo con corazón. La enésima recuperación en campo rival sirvió a Alberto Gómez para sacar un centro a Dani Álvarez que se plantó ante Adrián Torre, pero su chut lo despejó el meta asturiano. Fue la antesala del segundo gol blanquiazul. Un pase a la espalda de la defensa visitante le llegó a Tobar, que con un remate cruzado desde la frontal del área subió el 2-0 al marcador.

Pero apenas cinco minutos después, en el 38, Jandro ganó un balón en el costado derecho. Tras la tenue presión de Marotías sacó un centro perfecto entre los centrales y el portero que Jorge remató a gol de manera magistral corriendo al espacio y ganando la acción a toda la zaga. Era el 2-1 en El Malecón

Tras el descanso, el Langreo, que se veía perdido, buscó mordiente en ataque con Arzalluz, que tuvo una buena oportunidad para igualar a la contra. Esa ocasión hizo que la Gimnástica, sin perder ambición de salir al contragolpe, diera un paso atrás para manejar su renta protegiéndose. Con todo, el mayor susto llegó en un remate de Davo, pero su disparo lo desvió Amigo.

La labor de Sesi Fernández en los minutos finales, estirando a su equipo para que amasase balón y dejase que pasaran los minutos, fue fundamental para que la Gimnástica no sufriera en exceso, más allá de los nervios por el marcador apretado para asegurar tres puntos que son oro puro.