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Poco más de un mes en el mundo del fútbol puede dar para mucho o para muy poco, según se mire. Lo cierto es ... que el pasado 12 de febrero, era anunciado como nuevo entrenador de la Gimnástica Dani Mori. Un nombramiento con cierta sorpresa ya que el asturiano no entraba en las teóricas quinielas, pero que se dio pocas horas después de la destitución de Pablo Lago como técnico blanquiazul tras empatar dos días antes en Amorebieta. Los rasgos principales de su juego, aquellos que han levantado al equipo con una dinámica de ocho puntos de quince posibles, se han basado en una estructura sólida con pelota y sin ella hasta el tramo final, como se pudo comprobar en los dos últimos encuentros disputados en El Malecón.
8 puntos de 15 posibles ha sumado la Gimnástica en los cinco partidos con Dani Mori en el banquillo
Mori, tras treinta y seis días al frente del equipo, ha conseguido que el funcionamiento colectivo haya mejorado y que la Gimnástica no continuase como un equipo quebradizo en la defensa de su área, poniendo de relieve una de las cuestiones que el técnico asturiano destacó a su llegada: la Gimnástica necesita un alto volumen de posesión y un elevado caudal ofensivo para ser plenamente fiable. Pero más allá de sus puntuales debilidades y vías de mejora, el equipo torrelaveguense, como es obvio, ha resucitado su capacidad competitiva con una serie de claves y factores que explican su metamorfosis. En realidad, una vuelta a su ser.
A nadie se le escapa que la Gimnástica es otra. El equipo ha superado la crisis de juego que provocó la salida de Pablo Lago. Ni conseguía resultados ni emitía buenas sensaciones. A la Gimnástica se le iban los partidos con una producción mínima y era incapaz de crear ocasiones e incluso de competir con sus rivales. La llegada del nuevo entrenador y de los tres fichajes invernales (aunque Giovanni juega poco) ha dado un giro al juego del equipo. Mori parece haber encontrado también un dibujo táctico que se adapta al perfil de los futbolistas disponibles. Su juego es reconocible, alimentado de una filosofía coherente con el tipo de plantilla y el perfil de futbolista y enriquecido por un modelo inherente a la manera de pensar y sentir el fútbol de Mori.
El técnico ha construido un equipo desde un vértice: el futbolista creativo, de buen pie, inteligente en la lectura del juego. Y la Gimnástica, según se está viendo, lo tiene.
En sintonía con lo anterior, la mejoría en el juego se traduce en un mayor caudal ofensivo. La Gimnástica asuma ahora un papel protagonista y es capaz, como hizo en el último partido de Liga ante la Real Sociedad B, de crear numerosas ocasiones de gol. Como asignatura pendiente queda el transformarlas, pero parece claro que los resultados están mucho más cerca.
La Gimnástica ha crecido por juego, pero eso se lo ha permitido el cambio de tendencia en los resultados. Ganar siempre conduce a ganar. El factor emocional está siendo una de las claves. La mentalidad del equipo ha cambiado: es más seguro, atrevido, ambicioso, entusiasta... El jugador ha perdido miedos y tensiones. También ha ayudado otro de los 'invisibles' del juego: el físico. Aunque no ha sufrido lesiones importantes -excepto la de Borja Docal- en este tramo de recuperación, hay futbolistas que se han acercado aún más a su nivel óptimo de forma.
Pese a que cuenta con cinco futbolistas que son fijos, el técnico ya ha probado a buena parte de su plantilla. Ha utilizado a 18 de los 20 con los que cuenta para el primer equipo. De los fichajes invernales han jugado todos -Ramiro y Leandro, indiscutibles-, mientras que Giovanni lo hace saliendo desde el banquillo. Salvo en la delantera, donde busca más recursos, el resto de jugadores es prácticamente el mismo una semana sí y otra también.
La Gimnástica es un equipo con una identidad táctica nítida. Sabe lo que quiere y a lo que juega, aunque Mori ha alternado el 4-4-2 y el 4-1-4-1. Variantes para una misma intención. Aunque el primero de los sistemas es casi innegociable con el entrenador asturiano. Como rasgo diferencial, sobresale su libertad posicional en ataque. Aparecen en el campo triángulos, líneas de pases múltiples o receptores a diferentes alturas. En este contexto destaca, por su especificidad, Alberto Gómez. El de Cayón ha ganado físico pero sobre todo ha ganado un equipo debido a las referencias de pases con las que guiar el juego. Él es, a la vez, causa y consecuencia de que la Gimnástica haya crecido con balón.
El apoyo en esta distribución del fútbol que le brinda Ramiro es fundamental. El central aragonés 'limpia' la salida del balón, conecta con Alberto, le asiste en la creación, une líneas... Un defensa esencial para atacar mejor.
La Gimnástica de Mori arriesga. Expone sus posiciones y facilita espacios. Por eso, sus defensas están en permanente amenaza. Su área no termina de cerrarse. Ante eso, contar con un último cerrojo de la fiabilidad de Álex Ruiz es una garantía competitiva. Su magia se ha encendido en el momento preciso y, a lo largo de la Liga, colecciona proezas entre los palos: penalti al Mirandés, paradas en Gernika... Con Mori en el banquillo ha encajado cinco goles en otros tantos partidos, aunque tres de ellos fueron ante el Logroñés.
La de ahora es la Gimnástica más eficaz de la temporada. La producción goleadora ha aumentado: si con Lago se marcaban 0,5 goles por encuentro, con Mori este índice ha subido a 0,8. La Gimnástica marca más no solo por acierto. También pisa más área y remata más desde la llegada del entrenador asturiano.
A poco que el equipo le ha ofrecido cosas, El Malecón ha respondido como en los mejores días. Los partidos ante el Oviedo B y la Real B, en particular este último, son un ejemplo de que la grada está dispuesta a implicarse en la pelea por la permanencia.
En una clasificación que atienda sólo a las cinco jornadas que el asturiano ha dirigido a los blanquiazules, la Gimnástica sería sexta en la tabla clasificatoria con ocho puntos. Si se compara con los equipos que están luchando por la salvación, desde la llegada de Mori los blanquiazules han sumado un punto más que el Durango, dos más que el Vitoria, cuatro más que el Gernika, seis más que el Real Unión y tres más que el Izarra, que es el equipo que marca la salvación y que aún tiene cuatro puntos más que el conjunto de la capital del Besaya. El ritmo de caza es bueno, por lo que la Gimnástica está metida de lleno en la pelea por la permanencia y con la moral mucho más cargada.
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