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El Malecón cobra aún más importancia si cabe. La capacidad de la Gimnástica para sacar adelante los partidos que todavía debe disputar en casa marcará ... su futuro. Si es capaz de continuar con la racha de sus dos últimos encuentros como local y consigue la victoria en los cuatro partidos que le quedan por jugar en su estadio, tendrá mucho ganado de cara a la consecución de su objetivo. Si, en cambio, continúa siendo una de las escuadras más vulnerables en su feudo, sufrirá hasta el último momento y pondrá en peligro aún más su permanencia en Segunda B. Ocho finales le esperan a la Gimnástica para evitar el descenso a Tercera División, la mitad de ellos a orillas del Besaya.
La lucha por la salvación está abierta. Esta campaña, dada la igualdad reinante en el grupo II, la pelea promete ser más cerrada que nunca, sobre todo teniendo en cuenta que hay múltiples implicados. La reacción de los equipos que parecían desahuciados hace unas semanas y la irregularidad de otros de la zona media pone en liza a ocho clubes por salvar su vida. Esa lucha afecta, como mínimo, a partir del Sporting B, duodécimo, con tres puntos de margen respecto al Real Unión, conjunto que marca el play off de promoción de descenso. El equipo vasco tiene cinco puntos más que la Gimnástica.
El club de Mies de Vega afronta una difícil situación en la recta final de una temporada que arrancó en agosto con la ilusión de asentarse en la mitad de la tabla clasificatoria, pero los malos resultados le han obligado a pelear por la permanencia, que pasa principalmente por asegurarse los 12 puntos que disputará en su estadio. En Torrelavega se espera a rivales directos, como el Arenas y el Sporting B, dos equipos a los que debe ganar de forma perentoria para no complicarse la vida. Además tendrá que recibir al líder, el Racing, que podría ser virtual campeón cuando llegue a El Malecón; y al Barakaldo, que está luchando por mantener su puesto de play off de ascenso.
El calendario de los blanquiazules como locales arrancará este domingo, 31 de marzo, ante un rival directo como el Arenas (El Malecón, 17.00 horas). Los vascos superan en ocho puntos a los de Torrelavega en la clasificación. Si los blanquiazules ganan, además de lograr tres puntos importantes, involucrarán en la pelea a otro contrincante más. En la primera vuelta, la Gimnástica, entrenada entonces por Pablo Lago, obtuvo un valioso triunfo en Gobela (0-1) que le elevó hasta la decimoquinta posición.
A falta de seis jornadas para la finalización de la Liga regular en El Malecón, la Gimnástica recibirá en el derbi cántabro al Racing. El conjunto santanderino podría llegar con el título prácticamente en el bolsillo. Ahora supera en diez y catorce puntos a sus más inmediatos perseguidores: Mirandés y Logroñés.
El Barakaldo será el siguiente rival que visite El Malecón. Los vizcaínos ganaron por la mínima a los blanquiazules en Lasesarre (1-0), aún con Pablo Lago en el banquillo. Situado en la cuarta plaza, el equipo que dirige Aitor Larrazabal, será un rival complicado, ya que buscará a falta de cuatro jornadas para el final de Liga, asegurarse un puesto en los play off de ascenso a Segunda División.
El Sporting B, otro de los enemigos directos de la Gimnástica por evitar el descenso, será el encargado de cerrar la temporada en Torrelavega. El duelo previsto para el segundo fin de semana de mayo puede ser a cara o cruz para los blanquiazules, como ya les ocurrió en la temporada 2001-2002, en el que perdieron en casa ante el Lugo y se salvaron tras derrotar al Marino de Luanco en la última jornada en Asturias. Evitaron el descenso por un punto de diferencia. A Tercera cayeron en aquella ocasión el Sporting B, Oviedo B, Caudal y Universidad de Oviedo.
Pero hay un problema. Y muy serio. Porque encomendar la salvación a la fortaleza de la Gimnástica en casa se antoja ahora mismo un ejercicio de excesiva osadía. De los 15 partidos que se han disputado en el estadio municipal, el cuadro blanquiazul tan solo ha sido capaz de ganar cuatro de los que ha disputado -Gernika (1-0), Mirandés (1-0), Oviedo B (2-1) y Real Sociedad B (1-0)- y ha acumulado 14 puntos, lo que le convierte en el segundo peor local de toda la categoría, con solo dos puntos más que la Cultural de Durango -último clasificado-. Lo positivo es que dos de ellos con Dani Mori en el banquillo.
Por eso, enmendar la plana en El Malecón se convierte ahora en requisito indispensable para cimentar la salvación y acabar la temporada de una manera positiva. Para ello, la Gimnástica necesita, sobre todo, goles, porque el equipo blanquiazul es el menos realizador de la categoría como local, donde tan solo ha sido capaz de anotar diez tantos y se ha quedado sin marcar en seis de los quince encuentros disputados.
El Comité de Competición de la Federación Española confirmó ayer la sanción de dos partidos al centrocampista Alberto Gómez por su expulsión ante el Mirandés. La Gimnástica recurrió ante dicho organismo el pasado lunes, pero la argumentación presentada y la prueba videográfica no sirvieron para rectificar el acta arbitral del vasco Etayo Herrera. La entidad que preside Tomás Bustamante insistirá ante el Comité de Apelación como último recurso, si bien parece poco probable que haya un cambio de opinión.
Competición contestó a la Gimnástica que «tras el examen de las alegaciones formuladas y, de la prueba videográfica aportada por el club recurrente, esta Jueza de Competición considera que la quiebra de la presunción de veracidad del acta arbitral no se produce en este caso dado que la mera discrepancia no es suficiente para que este órgano disciplinario sustituya la descripción por el arbitro, sino que han de ser pruebas que demuestren de manera concluyente su manifiesto error». La entidad blanquiazul argumentó en su recurso que en Alberto no existe intención de dar un manotazo al jugador contrario. Añadió además que «corresponde a la Jueza de Competición valorar si existe o no un error material manifiesto, único supuesto en el que se desvirtuaría la presunción de veracidad del acta arbitral».
Apelación decidirá hoy, aunque en muy pocas ocasiones contradice a Competición. Alberto ha sido castigado, por tanto, con dos partidos de sanción ante el Mirandés por «dar un manotazo con la mano abierta en la cara de un adversario», según refleja el acta arbitral. A la sanción deportiva se suma una multa accesoria de 90 euros al club y de 100 al jugador. El de Santa María de Cayón, si Apelación no lo rectifica, se perderá los dos próximos encuentros frente al Arenas en El Malecón y ante el Izarra en Estella.
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