Un punto para no dejar de creer

El partido tuvo un arranque prometedor. Con una Gimnástica viva, bien plantada, circulando rápido, dirigidos por Alberto Gómez, con Basurto por detrás del único delantero, Tobar, marcando el ritmo de una presión ejercida con la agresividad justa. Y el Palencia, centrado en no perder el pulso de entrada, tratando de llevar también la iniciativa y siendo incisivo por la banda izquierda, con el ofensivo Cobo y con un Adri Herrera cada vez más rápido y potente.

Las llegadas más claras fueron visitantes, una con un remate fuera de Ale cerca del pico del área pequeña. La más clara para los castellanos fue partida doble. De nuevo Ale se plantó solo ante Amigo, pero su disparo lo desvió el meta y el posterior rechace de Adri Herrera lo repelió el larguero. Los blanquiazules también llegaron, pero sin estar tan cerca del 1-0. Un error del meta visitante lo aprovechó Tobar para disparar desde la frontal, pero su disparo lo desvió un defensa. En el minuto 42, de nuevo Ale, puso a prueba a un Rumenov al que se le acumuló el trabajo.

El marcador no se movió en una intensa primera mitad. La Gimnástica expuso una notable versión competitiva con la que plantó cara a un rival con una calidad superior. Todo quedó a expensas de los 45 minutos definitivos, en los que el aspecto físico podía cobrar especial relevancia después de tanto desgaste. El partido se podía decidir por cualquier detalle. Sesi Fernández activó el plan B con media hora por delante. Aire fresco con Unai en punta y Montiel en la medular. Cambios ofensivos con los que explorar las opciones de victoria ante un Palencia que no paró de insistir. No faltó la polémica con un posible derribo a Tobar en el minuto 90, cuando el delantero se escapaba solo hacia la portería, pero el árbitro no lo consideró como falta en la el borde del área castellana.