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Un punto que sabe a poco

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L. Palomeque

Un punto que sabe a poco

La Gimnástica rescata un empate en el minuto 92 que no le libra de caer un puesto en la clasificación

Adela Sanz

Torrelavega

Domingo, 13 de enero 2019, 08:27

Dejar las cosas para el último momento no suele ser la mejor solución, aunque a veces funcione. Encomendarse al atracón la noche antes del examen es la opción a la que recurren los estudiantes mediocres para salvarse del incendio, pero no suele servirles para otra cosa que no sea lograr un aprobado raspado. Entregar el propio destino en manos de la providencia es un recurso de urgencia del que no conviene abusar porque aquella no suele mostrarse benevolente más que en un puñado de ocasiones. Y es que

Gimnástica

Álex Ruiz, Fer, Bardanca (Palazuelos, 82), Camus, Ramiro, Cusi, Vitienes (Primo, 75), Alberto, Nacho Rodríguez (Rozas, 66), Víctor y Fermín.

1

-

1

Real Unión

Irazusta, Estrada, Urkizu, Ceberio, Etxabeguren, Esnaola, Alain Eizmendi, Senar, Orbegozo, Martínez (Etxaburu, 72) y Eneko Eizmendi (Lizárraga, 77).

  • El detalle Hugo Vitienes jugó durante gran parte del partido como segundo delantero y acompañó a Nacho Rodríguez como punta del equipo blanquiazul.

  • Goles 0-1 m. 79 Senar. 1-1 m. 92, Primo.

  • árbitro Fernández Rodríguez, del colegio gallego. Amonestó a los locales Ramiro y Camus. Por parte visitante, a Etxabeguren.

  • incidencias Campo El Malecón con 2.600 espectadores. El partido comenzó con cuatro minutos de retraso sobre la hora prevista por culpa del sistema de riego que no dejaba de funcionar.

  • El público A pesar de la fría tarde, los aficionados no faltaron a su cita en Mies de Vega entre los cuales estaban alrededor de un centenar de seguidores del Real Unión que acompañaron al equipo. También estaba en la grada la Asociación Amica de Torrelavega, que recibió esta semana la visita de la Gimnástica y fueron invitados por el presidente.

No jugó mal el conjunto torrelaveguense, pero a punto estuvo de pagar cara su

Pablo Lago expuso el planteamiento inicial esperado, con un esquema táctico de tres atrás –segunda titularidad consecutiva de Ramiro, que ha llegado para quedarse en el once– y con la presencia de Alberto Gómez en lugar de Rubén Palazuelos como elemento a subrayar. Por lo demás, sin sorpresas en una alineación en la que no faltaron los habituales de los últimos encuentros, con Fer y Fermín pegados a la banda, Vitienes y Víctor de apoyo en el centro del campo y Nacho Rodríguez, arriba.

De nuevo el técnico asturiano demostró cautela al confiar en aquello que le está saliendo bien. Fue prudente y renunció a su deseo de que el equipo sea más incisivo arriba, algo que en anteriores ocasiones no ha funcionado y que además ha provocado un desajuste defensivo. En otras palabras, que en lugar de fortalecer el juego del equipo lo ha debilitado. De ahí que en esta ocasión optase por renunciar en cierta forma a su ambición ofensiva, poniendo por delante la seguridad atrás, fiel a uno de sus lemas de este curso:

La Gimnástica no es un equipo defensivo, de todas formas. Esa seguridad no procede de la acumulación de efectivos por detrás del balón ni de poner un muro delante del área, sino de una forma de jugar en la que se asumen ciertos riesgos en ataque –por ejemplo cuando ambos laterales suben y el equipo se queda con tres atrás– pero se presta especial atención a la defensa, presionando desde arriba, empezando por Nacho Rodríguez, tratando de asfixiar al rival hasta que comete un error.

Jugando de esta manera, los futbolistas se sienten seguros y esa confianza se percibe en su juego. Cada uno conoce su cometido y desde el inicio eso es algo que se ve. La Gimnástica se mueve a ritmo de un oleaje aparentemente monótono que va erosionando la resistencia del oponente, mientras aguarda un error, un despiste, un resquicio por el que colarse. Este guión se cumplió casi letra por letra durante una primera hora de partido en la que apenas sucedió nada relevante, más allá de una ocasión de Nacho Rodríguez tras un rechace de la defensa. El equipo, con las líneas más arriba de lo usual,

Los equipos regresaron al césped sin cambios en su alineación y con un planteamiento idéntico al de la primera parte. Juego lento, algo pesado y pocas ocasiones. La primera de los guipuzcoanos, eso sí, casi se le atraganta a la Gimnástica, con un balón que llegó a su área pequeña y golpeó en uno de los postes tras una buena acción de Urkizu. Sin duda la mejor ocasión del partido hasta ese momento, a la que respondió poco después Vitienes, que probó a Irazusta desde la frontal. Pero después de ese par de ocasiones regresó la calma a un encuentro que no deparó nada de interés en los diez minutos siguientes.

La Gimnástica

Los de Lago se veían forzados a recurrir a un golpe de fortuna para salvar, al menos, el empate. Acudir a la diosa Fortuna es un buen recurso cuando apenas quedan esperanzas y a los torrelaveguenses, fieles devotos, no les suele ir mal. Primo, en la última jugada del partido, hizo estallar de alivio a los aficionados e hizo realidad lo que parecía imposible. El delantero marcó un gol que fue la materialización de la voluntad de un equipo y de unos seguidores que no bajan los brazos hasta que el árbitro pita el final.

Hay que mejorar los resultados obtenidos en la primera vuelta. Con ese objetivo arranca la Gimnástica esta tarde (El Malecón, 17.00 horas) ... la segunda vuelta del campeonato frente al Real Unión. Un duelo con el que los torrelaveguenses pretenden prolongar el buen estado de forma que han mostrado en las dos últimas jornadas, en las que ha sumado cuatro puntos de seis en juego y ha ofrecido una buena imagen.

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