La victoria más importante, la social

En Mies de Vega no pasan por alto el crecimiento del interés por el equipo a lo largo de toda la temporada: «Es muy importante y una de las mejores noticias que podíamos tener ya que se está enganchando otra vez tanto la ciudad como la cuenca del Besaya», explica Tomás Bustamante, presidente de la Gimnástica. «Estamos viendo como la gente está en las gradas involucrándose con el equipo cada quince días y arropando a los jugadores y al cuerpo técnico en unas circunstancias que igual no son las más deseadas. Es fácil animar cuando se subió de Tercera División o si esta temporada todo hubiera salido rodado, pero ahora que estamos luchando por la salvación siguen acudiendo al campo y volcándose con la plantilla».

Uno de los datos más evidentes del crecimiento de la masa social del club es el incremento en el número de abonados. Tras un empujón inicial que invitaba al optimismo -en septiembre ya contaba con 1.600 abonados-, la demanda de carnés en la ribera del Besaya disminuyó con el paso de los meses y la campaña de socios de la segunda vuelta no terminó de alcanzar los números redondos que esperaban. Actualmente, la Gimnástica tiene 1.822 socios -según confirma el propio club-, de los cuales 53 son los que se incorporaron en la segunda parte de la Liga, cuando la junta directiva blanquiazul apostó por reducir el 50% del precio a los principales carnés de la temporada. Así todo, la Gimnástica ha duplicado su número de socios. Si el año pasado rondaba los 900 en Tercera, en esta campaña el club blanquiazul no ha alcanzado los dos millares de socios en la temporada de su regreso a Segunda División B, pero a cambio -como nota positiva- sí que ha conseguido incrementar notablemente su masa social.

«Lo que está claro es que, sobre todo, se está rejuveneciendo la masa social. Hay muchos niños y gente joven que han comenzado a involucrarse y eso es muy importante ya que tras un primer acercamiento al club se quedan y se unen al proyecto», continúa el máximo mandatario blanquiazul. Una muestra de esa unión entre equipo y afición cristalizó en el último partido entre Gimnástica y Racing en El Malecón. Por primera vez desde que se inauguró la remodelación de las instalaciones en 2012 -el duelo entre Gimnástica y Guijuelo tenía la mejor entrada con la asistencia de 5.500 espectadores- las gradas rugieron con más de 6.000 almas que convirtieron el derbi cántabro en una fiesta.

Para conseguir estos resultados desde la junta directiva se ha trabajado para intentar atraer al mayor número posible de aficionados y para ello «al final tienes que intentar combinar diferentes promociones para que cada domingo El Malecón sea una fiesta y no sólo por el partido, sino ampliarlo un poco durante todo el día. Además siempre hay que tener en cuenta que cada una de esas iniciativas no suponga ningún problema ni contratiempo para los socios del club que han pagado su abono para toda la temporada».

Y si en El Malecón las gradas muestran su mejor cara después de varias temporadas, en los desplazamientos la afición no falla. «Fuera de casa, creo que sólo Mirandés y Racing tienen más afluencia a domicilio que nuestra afición». Alrededor de 200 aficionados se mantienen fieles a los desplazamientos que les han llevado a recorrer el norte de la cornisa cantábrica desde Asturias hasta Navarra. Con viajes a título particular, porque no es habitual que se organicen viajes en autobús para acompañar a los de Dani Mori, los blanquiazules no han dejado de apoyar a sus jugadores.

Tras varias temporadas en su particular infierno y con la desilusión mermando la base social del club, esta campaña en Segunda B ha llevado a la Gimnástica a emular al fénix y volver de entre las cenizas con más fuerza. «Al final la afición era uno de los 'debes' del club. Cuando llegamos a la directiva, la Gimnástica estaba perdiendo socios año tras año y cada vez era mas difícil enganchar a la gente. Lógicamente con todo lo que se vivió el año pasado, la buena racha final del equipo, el título de campeón de Liga y lo sucedido en el ascenso se cambió a una dinámica ascendente», finaliza Tomás Bustamante.

Tampoco hay que olvidar que el trabajo de la cantera sigue dando sus frutos, como sucede con el juvenil de Liga Nacional, que ocupa los puestos de ascenso a División de Honor a falta de cuatro jornadas para que concluya el campeonato y el buen papel del equipo femenino que recuperó este año el club, y que, tras quedar segundo en la Regional Preferente espera que con la reestructuración del fútbol femenino puedan disputar la próxima temporada en Segunda División. Mientras, con el primer equipo «hay que seguir luchando hasta que las matemáticas digan donde nos quedamos».