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Cuando Manuel Piñero abrió la puerta del vestuario del Club de Golf Sant Cugat el 25 de marzo de 1974, se encontró con un chaval de 17 años, flexible y fuerte, que sollozaba con la cabeza entre las manos. Piñero, que acababa de ganar el Campeonato de España de profesionales que se estaba celebrando, le preguntó al chico: «¿Qué te pasa? Te encuentro muy triste». Entonces el joven, que había debutado como profesional ese mismo día, dejó de llorar, levantó la cabeza y respondió muy serio: «Pues sí, porque yo he venido a ganar el campeonato y no lo he conseguido». Ese chico había viajado a Cataluña desde Cantabria y no era otro que Severiano Ballesteros (Pedreña, 1957).
Seve fue el golfista de los golpes inverosímiles. El campeón que levantó el orgullo del golf europeo y lo cambió para siempre. En España democratizó este deporte y su apuesta fue siempre acercarlo a la gente de la calle, borrando la pátina de elitismo que lo envolvía. Al fin y al cabo, nunca dejó de ser un chico de Pedreña. Ballesteros tiene uno de los mejores palmarés de nuestro deporte. Se hizo con cinco Majors, tres Open Británicos y dos Máster de Augusta, donde se convirtió en el jugador más joven en enfundarse en la chaqueta verde hasta que llegó Tiger Woods en 1997. También fue el hombre que convirtió la Ryder Cup en el exitoso torneo que es hoy día, porque hasta que él llegó, incluso a los americanos les aburría jugarlo. Ganaban siempre.
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Leila Bensghaiyar
Pero toda su ristra de victorias como profesional arrancó con una derrota. La de su debut como profesional en Sant Cugat, del que mañana se cumplen 50 años. Piñero, un reputado golfista que después forjó una buena amistad con Seve, quedó impresionado ese día por la personalidad de aquel chico de Pedreña con el que años más tarde formó pareja sobre el campo. En aquella a ocasión Seve solo pudo acabar en la vigésima plaza, pero eso no le bastaba: quería ser el primero desde el principio.
«'¡Ostra! Este tío tiene algo dentro', pensé», cuenta Piñero desde el Club de Golf Sotogrande. «Que un chaval que acaba de empezar te diese esa respuesta, la verdad es que me impresionó. Me dio la sensación de que tenía rabia dentro, tenía algo», admite escarbando entre sus recuerdos. Para Piñero eso fue un síntoma de que el joven que tenía enfrente quería ser el mejor, que no tenía miedo. «Él jugaba para ganar, pero claro, es muy difícil jugar el primer torneo de tu vida como profesional y ganarlo. No lo he visto nunca», cuenta Manolo Ballesteros, hermano de Seve y testigo cercano de sus logros, que también participó en aquel campeonato.
Que Seve se dedicara al golf estaba marcado casi desde su nacimiento. Su madre, Carmen, era hermana de Ramón Sota, el jugador español más destacado hasta la irrupción de su aventajado sobrino, y todos sus hermanos -Baldomero, Manuel y Vicente- fueron profesionales. Lo que quizá nadie podía adivinar es que el chaval llegase tan arriba y tan deprisa. En realidad, sí hubo alguien. «Su madre ya dijo: 'Seve será el número uno del mundo», rememora la periodista especializada en golf Nuria Pastor. Nuria siguió a Ballesteros por todo el mundo y tuvo el privilegio de ser testigo de sus cinco victorias grandes. Triunfos revestidos de un mérito increíble, porque él nunca fue a clases de golf. Aprendió a base de observar y de práctica.
Todo comenzó con un Hierro 3 que le regaló su hermano Manolo. Seve hacía de caddie con 15 años para sacarse unas propinillas, pero de usar el campo de golf de Pedreña ni hablar. Por eso, se buscaba la vida para colarse en el campo en las noches de luna llena o se iba a la playa de Somo. Allí anudaba un pañuelo a una vara de arbusto para simular la bandera en el green y cavaba hoyos en la arena con el palo e introducía una lata de tomate a modo de agujero. Con ese Hierro 3 inventaba golpes imposibles. «Al no tener otro tenía que usar ese palo para un golpe largo, para uno corto, para el búnker... Las sacaba del búnker con el Hierro 3 y las dejaba cerca de la bandera», relata el autor del regalo.
Después de ese primer torneo en Sant Cugat llegaron muchos otros. Su destreza y su carisma pronto le hicieron vencer y destacar por encima del resto. «Ganó muchísimos torneos. Muchísimos, muchísimos. Un amigo doctor decía: 'Es que es extraterrestre'. Por lo bien que jugaba», recuerda Manolo. El nombre de SeverianoBallesteros empezaba a ser reconocible en los circuitos de golf. En 1976 quedó segundo en el Open Británico y tras eso ganó en Holanda su primer torneo. Terminó primero del ránking europeo y con Manuel Piñero como pareja se hizo con la Copa del Mundo para España.
Salida desde el tee
El joven Seve contaba tan solo con diecinueve años, pero su estilo de juego era inconfundible. «Era muy potente y agresivo, y en aquella época se salía un poco de la norma. Arriesgaba muchísimo en todos los golpes porque iba a por todas, era muy valiente», desempolva Nuria. «Era probablemente el más largo que había en el circuito europeo. El que más distancia pegaba con el drive. Y era bastante preciso. Era bueno en general en todo», admite Piñero, que además de ganar con Seve la Copa del Mundo fue también su pareja en la Ryder Cup de 1985, la primera en la que se impuso el equipo europeo. «Era muy muy completo y tremendamente habilidoso ejecutando golpes con efecto, con distintos efectos. No se ganan cosas como las que ganó él si no eres muy completo», señala.
Salida desde el Tee
El golpeo con el driver a una bola colocada en un
soporte permite alcanzar los golpes más largos.
Hay tres tipos de golpe. Recto: la bola vuela en
línea recta. Hook: bola cerrada con giro a la
izquierda. Slice: bola abierta con giro a la derecha
Recto
Hook
Slice
Palos: Drive y maderas
Seve era valiente y agresivo y por eso se ha alimentado la leyenda de que era errático desde el tee; pero es falso. Ningún jugador podría alcanzar su palmarés si no golpea
bien el drive
Drive
Inclinación:
10º
Alcance:
220 m.
Madera
Inclinación:
20º
Alcance:
175-200 m.
Flexibilidad
La ligereza en el agarre del palo y la elasticidad
de su cuerpo proporcionan gran fluidez a sus
desplazamientos
Potencia
Era alto y fuerte. Su
potencia con el drive
le convertía en el
jugador más largo
de todo el circuito
La perfecta coordinación del movimiento
hace que se ejerza la fuerza con
todo el cuerpo
Salida desde el Tee
El golpeo con el driver a una bola colocada en un soporte
permite alcanzar los golpes más largos. Hay tres tipos de golpe
Recto: la bola vuela en línea recta. Hook: bola cerrada con giro
a la izquierda. Slice: bola abierta con giro a la derecha
Recto
Hook
Slice
Palos: Drive y maderas
Seve era valiente y agresivo y por eso se ha alimentado la
leyenda de que era errático desde el tee; pero es falso.
Ningún jugador podría alcanzar su palmarés si no golpea
bien el drive
Drive
Inclinación:
10º
Alcance:
220 m.
Madera
Inclinación:
20º
Alcance:
175-200 m.
Flexibilidad
La ligereza en el agarre del palo y la elasticidad de su cuerpo
proporcionan gran fluidez a sus desplazamientos
Potencia
Era alto y fuerte. Su
potencia con el drive le
convertía en el jugador
más largo de todo
el circuito
Giro de pie
producido
por la inercia
de golpear la
bola con
violencia
La perfecta coordinación del movimiento hace que se
ejerza la fuerza con todo el cuerpo
Salida desde el Tee
El golpeo con el driver a una bola colocada en un soporte permite
alcanzar los golpes más largos. Hay tres tipos de golpe: Recto, Hook y Slice
Recta:
la bola vuela en línea recta
Hook:
bola cerrada
con giro a la izquierda
Slice:
bola abierta
con giro a la derecha
Palos: Drive y maderas
Drive
Inclinación:
10º
Alcance:
220 m.
Madera
Inclinación:
20º
Alcance:
175-200 m.
Si se combina un carácter feroz y competitivo con una perfecta
ejecución del swing tendrá lugar un jugador, como Seve, preparado para rendir
bajo presión en cualquier faceta del juego
Flexibilidad
La ligereza en el
agarre del palo y la
elasticidad de su
cuerpo proporcionan
gran fluidez a sus
desplazamientos
Potencia
Era alto y fuerte. Su
potencia con el drive le
convertía en el jugador
más largo de todo
el circuito
La perfecta
coordinación del
movimiento hace
que se ejerza la
fuerza con todo
el cuerpo
Posición
‘finish’ en
forma de
C
Giro de pie
producido por la
inercia de golpear
la bola con gran
violencia
Seve era valiente y agresivo y por eso se ha alimentado la leyenda de que era errático
desde el tee; pero es falso. Ningún jugador podría alcanzar su palmarés si no golpea
bien el drive
Salida desde el Tee
El golpeo con el driver a una bola colocada en un soporte permite
alcanzar los golpes más largos. Hay tres tipos de golpe: Recto, Hook y Slice
Recta:
la bola vuela en línea recta
Hook:
bola cerrada
con giro a la izquierda
Slice:
bola abierta
con giro a la derecha
Palos: Drive y maderas
10º
20º
Alcance:
220 m.
Alcance:
175-200 m.
Madera
Drive
Seve era valiente y agresivo y por eso se ha alimentado la leyenda de que era errático desde el
tee; pero es falso. Ningún jugador podría alcanzar su palmarés si no golpea bien el drive
Flexibilidad
La ligereza en el
agarre del palo y la
elasticidad de su
cuerpo proporcionan
gran fluidez a sus
desplazamientos
Potencia
Era alto y fuerte. Su
potencia con el drive le
convertía en el jugador más largo de todo
el circuito
La perfecta
coordinación del
movimiento hace
que se ejerza la
fuerza con todo
el cuerpo
Posición
‘finish’ en
forma de
C
Giro de pie
producido por la
inercia de golpear
la bola con gran
violencia
La tensión frena la velocidad. Seve mantiene los brazos y codos relajados al sujetar el palo. Esto favorece el movimiento en el swing. Así gana capacidad de giro en las muñecas en el backswing, lo que genera mayor velocidad
Aquí vemos la primera ventaja de buscar una posición relajada. Seve puede sujetar el palo con las muñecas, mientras empieza a girar la parte superior de su cuerpo en dirección opuesta a la pelota
Gira hacia arriba y hacia atrás con los hombros y mantiene una flexión con las caderas. No se pone de pie en el backswing, lo que evita golpeos erróneos como el top (parte superior de la bola) o el chunk/duff (golpe al suelo)
Su posición es ladeada en comparación con el jugador moderno. Mantiene una ligera flexión en el codo derecho, situándolo cerca de su cadera derecha. Así puede rotar a la vez los hombros, los brazos y la parte inferior del cuerpo
Mientras dirige el palo hacia abajo, el pie derecho se levanta del suelo, llevando su peso hacia su lado izquierdo. Los hombros todavía están inclinados manteniendo el derecho hacia abajo. Así es como comprime la pelota
Seve mantiene el ángulo de su columna a la perfección, anulando el hombro derecho alto. Mantener el hombro derecho hacia abajo, como él hace, ofrece cierto control sobre el vuelo de la bola, de izquierda a derecha
AUX STEP FOR JS
Juego corto
Nada de mandar la bola a la calle, luego al green y meter el putt. No. Seve era anárquico en ese aspecto. Se iba por las zarzas, se escapaba por los árboles… pero luego sacaba unos golpes maravillosos. «Tenía una gran fuerza mental. No daba nunca ningún hoyo por perdido. Se creía capaz de realizar cualquier golpe y sabía cómo ejecutarlos, incluso los más complicados», comenta Nuria, que se quedaba fascinada viendo cómo Seve estudiaba los golpes. «Pensabas que nadie sacaría la bola de ahí y él sabía sacarla. Ver su cara, cómo lo analizaba... Era realmente toda una lección», dice con añoranza.
Juego corto
Cuando el green está a tiro, se recurre
a golpes menos amplios en los que
la precisión es aún más importante
Palos: Hierros y wedges
Su juego versátil y sus golpes inverosímiles le
llevaron a ser el ganador más joven del siglo
Hierros largos
25º
Alcance:
180 m.
Hierros medios
30º
Alcance:
150 m.
Hierros cortos
42º
Alcance:
120 m.
Wedge
52º
Alcance:
75 m.
Era muy completo y dominaba todas las facetas
del juego, pero en el juego corto es donde
sacaba la creatividad con golpes memorables
desde lugares imposibles
Alineación
Habilidoso
ejecutando
golpes con
efecto y muy
bueno cerca
del green
Rodillas
flexionadas,
acompañando el
movimiento del
cuerpo
Movía pies y muñecas antes de golpear
para evitar mantenerse rígido
Juego corto
Juego corto
Cuando el green está a tiro, se recurre a golpes menos amplios
en los que la precisión es aún más importante
Palos: Hierros y wedges
Su juego versátil y sus golpes inverosímiles le llevaron
a ser el ganador más joven del siglo
Hierros largos
25º
Alcance:
180 m.
Hierros medios
30º
Alcance:
150 m.
Hierros cortos
42º
Alcance:
80 m.
Wedge
52º
Alcance:
75 m.
Era muy completo y dominaba todas las facetas del juego,
pero en el juego corto es donde sacaba la creatividad con
golpes memorables desde lugares imposibles
Alineación
Habilidoso
ejecutando
golpes con
efecto y muy
bueno cerca
del green
Rodillas
flexionadas,
acompañando el
movimiento del
cuerpo
Movía pies y
muñecas antes de
golpear para evitar
mantenerse rígido
Su gran fuerza mental le impedía dar
por perdido ningún golpe o un hoyo
Juego corto
Cuando el green está a tiro, se recurre a golpes menos amplios en los que
la precisión es aún más importante
Palos: Hierros y wedges
Su juego versátil y sus golpes inverosímiles le llevaron a ser el ganador más joven del siglo
Hierros largos
25º
Alcance:
180 m.
Hierros medios
30º
Alcance:
150 m.
Hierros cortos
42º
Alcance:
80 m.
Wedge
52º
Alcance:
75 m.
Era muy completo y dominaba todas las facetas del juego, pero en el juego corto es
donde sacaba la creatividad con golpes memorables desde lugares imposibles
Alineación
Su destreza para leer
el campo y ver los
‘gaps’ (huecos) le
convertían en un
maestro de los
golpes de
recuperación
Habilidoso
ejecutando golpes
con efecto y muy
bueno cerca del
green
Movía pies y muñecas
antes de golpear para
evitar mantenerse
rígido
Rodillas flexionadas,
acompañando el
movimiento del
cuerpo
Su gran fuerza mental le impedía dar
por perdido ningún golpe o un hoyo
Juego corto
Cuando el green está a tiro, se recurre a golpes menos amplios en los que la precisión
es aún más importante
Palos: Hierros y wedges
Su juego versátil y sus golpes inverosímiles le llevaron a ser el ganador más joven del siglo
Hierros largos
Hierros medios
25º
30º
Alcance:
180 m.
Alcance:
150 m.
Hierros cortos
Wedge
42º
52º
Alcance:
120 m.
Alcance:
75 m.
Era muy completo y dominaba todas las facetas del juego, pero en el juego corto es
donde sacaba la creatividad con golpes memorables desde lugares imposibles
Alineación
Su destreza para leer
el campo y ver los
‘gaps’ (huecos) le
convertían en un
maestro de los
golpes de
recuperación
Habilidoso
ejecutando golpes
con efecto y muy
bueno cerca del
green
Movía pies y muñecas
antes de golpear para
evitar mantenerse
rígido
Rodillas flexionadas,
acompañando el
movimiento del
cuerpo
Su gran fuerza mental le impedía dar
por perdido ningún golpe o un hoyo
Y un buen ejemplo de esto que explica Nuria es lo que ocurrió cuando ganó su primer Open Británico en 1979, con el famoso 'birdie del aparcamiento'. Manuel Piñero estuvo allí, porque él también jugaba ese torneo. «En el hoyo 16, par 4. El viento venía de izquierda a derecha, casi favorable, con unos greenes duros donde estaba la posición de la bandera desde el centro de la calle. No era fácil dejarla hacia la bandera», narra viajando en el tiempo. «El último día el rough está muy pisado y la bola se queda casi siempre bien. Severiano pegó el drive a la derecha, sabiendo desde el Tee que si fallaba por la derecha tenía golpe claro al green». Lo que pasó después dejó con la boca abierta a golfistas, jueces, periodistas y público. Había un parking a la derecha y la bola se fue allí. «Tuvieron que quitar los coches y él jugó. Hizo birdie en ese hoyo, la dejó muy cerca de donde estaba la bandera.La tenía perfecta». Un chico de pueblo había ganado el torneo más importante del mundo. El primer Major de su carrera. El golf en España ya no sería lo mismo.
Los americanos le dieron el calificativo de 'El campeón del párking'. «Entonces fue cuando él, un poco enrabietado, les dijo: ' Pues ahora lo vais a ver'», confiesa Nuria, que compartió horas y torneos con 'El Matador'. Y Seve fue fiel a su palabra. Un año después, en 1980, se hizo también con su primer Masters de Augusta y se trajo a Cantabria la primera chaqueta verde del golf español, que fue también la primera para el golf europeo. Su ascensión era imparable.
En el green
Si alguien lo conocía bien, era su hermano Manolo. Con él comenzó a ir a los torneos y jugaban juntos muy a menudo. «He sido su caddie muchas veces», dice mientras una sonrisa asoma en su rostro. Sentado en el Club de Golf de Pedreña, dirige la mirada hacia la casa de Seve, que se ve desde allí. «El juego corto, yo no he visto a otro. No lo digo porque fuese mi hermano. No, no. Es que no he visto otro», dice mientras mueve la cabeza con convencimiento. «Era muy habilidoso. Tenía un toque especial». Es cierto. Todos los que tuvieron oportunidad de verlo dicen lo mismo. «Tenía unas manos mágicas», añade Nuria. «Él decía siempre que para el putt tenías que tener mucho cuidado. Cogerlo como si fuese un pajarito, sin apretarlo mucho para no ahogarlo, pero lo suficiente para que no se te escape. Pateaba muy bien», revive la cronista. Y eso es algo que tienen en común todos los grandes campeones: cuando tienen que ejecutar un golpe importante, lo hacen.
En el green
Zona de césped especialmente cuidado en el que
la bola se golpea para que se deslice hasta el hoyo.
Se utiliza un palo específico, el putter, con el que
se hace rodar la bola
Era único en la lectura del green. Interpretaba
como nadie sus caídas, sin necesidad
de caddie
Putter
Varilla
Cabeza
Grip Vardon
(Superponiendo
índice izquierdo
y meñique derecho)
es la forma más
común de sujetar
el palo
No apretaba
demasiado el palo
para controlar
mejor la velocidad
del golpeo
Pies
perpendiculares
a los hombros
En el putt era implacable. Cuando tenía que
meter la bola para ganar, embocaba
En el green
Zona de césped especialmente cuidado en el que la bola
se golpea para que se deslice hasta el hoyo.
Se utiliza un palo específico, el putter,
con el que se hace rodar la bola
Era único en la lectura del green. Interpretaba como nadie
sus caídas, sin necesidad de caddie
Putter
Varilla
Cabeza
Grip Vardon
(Superponiendo
índice izquierdo y
meñique derecho)
es la forma más
común de sujetar
el palo
Su efectividad en el
golpeo residía en el
grip. No apretaba
demasiado el palo
para controlar
mejor la velocidad
del golpeo
Pies
perpendiculares
a los hombros
En el putt era implacable. Cuando tenía que meter la bola
para ganar, embocaba
En el green
Zona de césped especialmente cuidado en el que la bola se golpea para que
se deslice hasta el hoyo. Se utiliza un palo específico, el putter, con el que se hace
rodar la bola
Era único en la lectura del green. Interpretaba como nadie
sus caídas, sin necesidad de caddie
Putter
Varilla
Cabeza
Grip Vardon (Superponiendo índice
izquierdo y meñique
derecho) es la forma
más común de sujetar
el palo
Su efectividad en el
golpeo residía en el
grip. No apretaba
demasiado el palo
para controlar mejor
la velocidad del
golpeo
Pies
perpendiculares
a los hombros
En el putt era
implacable. Cuando
tenía que meter la bola
para ganar, embocaba
En el green
Zona de césped especialmente cuidado en el que la bola se golpea para que
se deslice hasta el hoyo. Se utiliza un palo específico, el putter, con el que se hace
rodar la bola
Era único en la lectura del green. Interpretaba como nadie
sus caídas, sin necesidad de caddie
Putter
Varilla
Cabeza
Grip Vardon (Superponiendo índice
izquierdo y meñique
derecho) es la forma
más común de sujetar
el palo
Su efectividad en el
golpeo residía en el
grip. No apretaba
demasiado el palo
para controlar mejor
la velocidad del
golpeo
Pies
perpendiculares
a los hombros
Putter
En el putt era
implacable. Cuando
tenía que meter la bola
para ganar, embocaba
Cualquier actuación de Ballesteros, en cualquier campo de golf del mundo, siempre era seguida por una auténtica legión de aficionados ávidos de contemplar esa concepción distinta del golf, alejada de la ortodoxia, pero caracterizada por su extraordinaria belleza y espectacularidad. Querían ver los golpes que los demás golfistas solo podían imaginar. «Seve tenía una cosa que no la tiene nadie. Atraía al público. Era un imán», asevera Manolo Ballesteros, que tiene mil anécdotas junto a su hermano. Todo el mundo giraba sus ojos hacia Seve. Hasta los agentes secretos. «En La Moraleja yo le hacía de caddie. Habíamos acabado, fui al servicio y a mi izquierda se coloca un señor, y me dice: 'Manuel, he estado viendo a tu hermano y no me ha saludado'. ¿Sabéis quién era? ¡El famoso James Bond! El primero, ¡Sean Connery!», dice alzando los brazos.
Seve era un personaje muy carismático. «Le ponía tanta alma que lo transmitía», señala Piñero. Un día esa pasión alcanzó su cenit. Fue una tarde de julio de 1984, cuando conquistó su segunda jarra del Open Británico en Saint Andrews. El brillo de sus ojos, la intensidad de su mirada mientras blandía una y otra vez el puño y repetía: '¡La metí, la metí, la metí!', tras embocar el putt de birdie que le aseguraba la victoria, no deja margen de duda. Quizá fue el día más feliz de su vida deportiva.Pero también había una cara B, como confiesa Manolo. «Me dijo que hay que pagar un precio. Y yo lo entendí. Se debía mucho a los periodistas, a los aficionados, a estar bien con todos... Si pones una mala cara ya eres un antipático. Decía: 'Si hasta cuando voy a hacer pis me están observando'. Eso les pasa a todos los grandes». No hay duda de que él lo era. Severiano Ballesteros, el chico de Pedreña que deslumbró al mundo. El único español en ganar cinco grandes. El genio de un artista que era capaz de dar golpes mágicos, unos golpes que ya serán difíciles de ver y de repetir.
Palmarés
Ballesteros se mantuvo 33 años en la máxima competición con 94 victorias como profesional. Fue el único español en ganar cinco grandes. El encargado de levantar el orgullo del golf europeo que le debe prácticamente todo. Su figura se engrandece por encima de todos sus títulos individuales y colectivos cuando se revisa todo su trabajo en favor del golf en nuestro país. Suyo es parte del mérito de que España cuente con ese número tan significativo de federados y que se pueda practicar en más de 400 campos, un 10% públicos. Su apuesta siempre fue acercar el golf a la gente de la calle. Cuando Seve debutó como profesional en 1974 había en España 9.045 licencias. Hoy, en 2024, su número asciende a 298.959. Consiguió lo que no había logrado nadie dentro y fuera del campo.
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Texto Leila Bensghaiyar
Gráficos e ilustraciones David Vázquez Mata
Narrativa web Marc González, Pilar Chato y Leticia Mena
Edición gráfica Miguel de las Cuevas y Javier Cotera
Edición de sonido Héctor Díaz
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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