Rory McIlroy se emociona al recordar a Seve

«Es realmente genial», decía justo cuando nada más terminar la competición le preguntaban por el dato. La emoción le obligó a tomarse un respiro antes de continuar, un hecho especialmente significativo si se tiene en cuenta que el británico no había nacido cuando Severiano Ballesteros ganó su último grande y tenía solo dos años en su postrera Orden de Mérito; la de 1991, con la que el cántabro alcanzó el sextete.

Pero aun así su figura sigue siendo una referencia y colocarse a su altura embarga a uno de los mejores golfistas del mundo. «Creo que todo el mundo sabe lo que Seve significa en el golf europeo y para los jugadores de la Ryder Cup», decía en Emiratos Árabes. Todos en el equipo europeo hemos aprendido de sus enseñanzas y de lo que nos dejó en 1995, su última participación», decía quien es desde 2010 uno de los imprescindibles del equipo europeo en la competición intercontinental. «Lo único que tenemos en el vestuario de la Ryder son las palabras e imágenes de Seve. Ha significado tanto para el circuito europeo...», decía tras detenerse otro momento para recomponerse: «Estoy muy orgulloso».

Solo el escocés Colin Montgomerie, contemporáneo de Seve aunque seis años más joven que el montañés, está con ocho entorchados por delante en el palmarés del mejor golfista europeo. Pero el talento y la precocidad de Ballesteros, a quien las lesiones de espalda truncaron la que podía haber sido una trayectoria incluso más galardonada, todavía se recuerdan allá por donde se le menciona.