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Daniel Cebreiro
Madrid
Viernes, 9 de agosto 2024, 17:42
Cuanto más alta es la subida, más dura es la caída. La selección española femenina alcanzó de forma brillante el olimpo del fútbol mundial, pero los peores presagios se han confirmado en estos Juegos Olímpicos. Muy lejos del nivel que llegó a atesorar, el fútbol ... ha terminado por ubicar a España en el lugar que ha merecido: fuera del podio, sin medalla y, peor aún, convertida en un equipo irreconocible.
La falta de acierto y la inoperancia defensiva volvieron a frustrar las aspiraciones de éxito de las españolas, que salen casi todas señaladas de París, empezando por el banquillo. Cata Coll regaló un penalti en un nuevo error infantil por su parte, Gwinn no falló y Alexia erró una pena máxima con el tiempo cumplido que habría forzado la prórroga.
Tomé, muy señalada por su lectura de partido frente a Brasil, volvió a agitar el árbol en busca del bronce. La asturiana devolvió a Alexia al bloque inicial, sentó a Mariona y dejó en la grada a Misa, Paredes, Eva Navarro y Alba Redondo, debido a los problemas físicos y la inclusión en el banquillo de Elene Lete y Vicky López.
España
Cata Coll, Oihane Hernández (Olga Carmona, min. 72), Laia Codina (Lucía García, min. 85), Laia Aleixandri, Ona Batlle, Aitana Bonmatí, Tere Abelleira (Patri Guijarro, min. 85), Alexia Putellas, Athenea del Castillo (Mariona Caldentey, min. 72), Jenni Hermoso y Salma Paralluelo.
0
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Alemania
Berger, Linder, Hendrich, Hegering, Rauch, Gwinn (Doorsoun-Khajeh, min. 96), Popp, Minge, Bühl (Schüller, min. 46), Nüsken y Brand.
Gol: 0-1: min. 64, Gwinn, de penalti.
Árbitra: K. I. García Mendoza (México). Amonestó a Cata Coll.
El desalmado ambiente que reinaba en Lyon y la decepción que todavía arrastraban ambas selecciones por la derrota que sufrieron en semifinales no hacía pensar que esté en juego una medalla olímpica. El dominio alterno a través de posesiones infructuosas y sin profundidad fue la tónica del comienzo del partido.
Es Bühl quien consiguió animar ligeramente la contienda. Las arrancadas y el desborde de la extremo empujaron a las teutonas, además de un delicioso caño a Oihane y un flojo disparo a las manos de Cata Coll en la primera oportunidad del encuentro.
A los veinte minutos, España asumió por fin el control y empezó a amenazar la portería de Berger. El larguero evitó hasta en dos ocasiones que la mejoría en el juego de las de Tomé se tradujese en el marcador. Primero, a la osadía con la que Tere disparó una falta a casi 40 metros de la meta, y después, a un lanzamiento de Aitana en la frontal, tras el cual en rebote casi milagroso impidió el tanto de Jenni en el rechace.
El paso por vestuarios no le sentó nada bien a la selección española. Alemania entendió que lo peor había pasado y decidió buscar el gol. Un disparo de Minge se marchó rozando el palo, un cabezazo de Gwinn se fue alto, pero a la tercera fue la vencida. Y no por méritos de las germanas, sino por un nuevo fallo calamitoso que sumar a la lista en estos Juegos para la zaga de las campeonas del mundo.
Gwinn recibió un gran envío e ingresó en el área sin oposición, pero antes de que pudiese mirar a la portería fue atropellada por Cata Coll. El derribo no dejó lugar a dudas y la colegiada mexicana señaló penalti, que la propia atacante alemana se encargó de convertir para adelantar a las suyas. España, obligada a remontar de nuevo. La empresa podía convertirse en casi imposible, pero la portera española sacó un pie salvador para evitar que Schüller, en un mano a mano inmejorable, doblase la ventaja de la 'Mannschaft'.
España reaccionó, sobre todo por el paso atrás de Alemania, y buscó el empate con más intención y corazón que argumentos futbolísticos. Olga encontró con un preciso centro a Jenni, pero el cabezazo de la madrileña a bocajarro fue desviado por una buena mano de Berger.
Con todo perdido, como ya sucediera en los cuartos, llegó el milagro. Una patada de Minge a Lucía García en el área con el tiempo casi cumplido se convirtió en penalti. Apareció Mariona en escena, pero finalmente fue Alexia quien asumió la responsabilidad. El rostro es el espejo del alma y el temor se apoderó del de la doble Balón de Oro. El disparo salió a la derecha, sin mucha fuerza ni colocación, y Berger lo adivinó a la perfección.
El fallo se vio seguido por el pitido final. El hundimiento de España es un hecho y se consuma con dos actuaciones que dejan a la selección sin una medalla olímpica que se daba por hecha. Los síntomas que desde hace meses presentaba se han terminado por convertir en la peor enfermedad: ser un equipo irreconocible.
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