

Secciones
Servicios
Destacamos
j. gómez peña
Martes, 9 de agosto 2016, 17:06
No se le va a Río de Janeiro ese tufillo fecal que te asalta a cada esquina. La ciudad olímpica tiene las tripas revueltas. A los regatistas les preocupaba la salud del agua de la había, punto de destino de miles de cloacas. En la piscina del Centro Acuático no hay ese problema. El agua luce impecable. Inodora, insípida y azulada. Aunque ni la pileta se ha librado de la contaminación. Aquí es otra: la mancha que no se despega del deporte, el dopaje.
La tercera jornada acuática tuvo casi de todo. Mireia Belmonte quedó eliminada y no disputará la final que peor le iba, la de 200 estilos. Ya puede prepararse para una de las suyas, la de 200 mariposa (noche del miércoles al jueves). Phelps, con su tremenda envergadura y sus giros prodigiosos, vio en las semifinales del 200 mariposa que los húngaros Kenderesi y Cseh, y el sudafricano Le Clos le complicarán sumar su vigésimo oro. Otra húngara, Katinka Hosszu, una de las reinas de los Juegos, ganó en 100 espalda su segundo título. Como Phelps, su mejor tramo fue submarino, tras doblar la piscina. Coletazos de sirena para marcar 58.45. En la final de 100 espalda, el francés Lacourt, el guapo oficial del evento, malgastó su última ocasión. Ya no será campeón olímpico. Acabó quinto, sin opción ante el americano Ryan Murphy (51.97, a tres centésimas del récord).
Y hubo dos finales más, la que el sulfuroso chino Sun Yang le ganó con 1.44.65 a Le Clos y al estadounidense Dwyer. Y la de 100 braza, donde la americana Lilly King pudo con la mala de la noche, la rusa Julia Efinova, que está en los Juegos pese a su historial de dopaje. El público la abroncó. Varios nadadores le sacaron el dedo. Phelps, indignado por compartir agua con ella, soltó: El deporte tiene que ser limpio. Ver a nuestro lado a una persona que ha dado dos positivos me rompe el corazón. Hay que evitarlo. También Lacourt cargó contra el otro protagonista sospechoso de la velada, el chino Sun Yang. Sin citarle dijo: Estoy cansado de ver en cada carrera a varios dopados. Esto es una masacre. Jamás he tomado un producto dopante y veo a algunos que mean de color violeta. Duele ver en el podio a nadadores que han dado positivo. Como Sun Yang y Efinova. Aguas turbulentas en Río. Efinova, pese a su plata, acabó entre lágrimas. Sun Yang, en cambio, con los brazos arriba y desafiante. Está más hecho a los líos. Son lo suyo. Eso y nadar rápido. Ya lleva un oro y una plata. Y habrá más.
SunYang, que dio un extraño positivo con un supuesto medicamento para curar su alterado corazón, ganó la final de 200 metros (1.44.65) por delante del sudafricano De Clos, que no pudo mantener su tremenda salida. Ídodo popular chino tras sus oros en los Juegos de Londres 2012, ha venido a Brasil repudiado por sus propios dirigentes, hartos de sus desplantes, sus líos de faldas y sus gustos de nuevo rico. Su verdugo un día antes en la final de 400, el australiano Marc Horton, le calificó de dopado. La piscina olímpica le dedicó algunos pitos. Y le aplaudió tímida al final, cuando Sun Yang, de nuevo campeón olímpico, descorchó su euforia. Tiene el mundo contra él y, aun así, sigue coleccionando oro.
Pero la mayoría de los abucheos de la noche no fueron dedicados a él. Los silbidos más contundentes esperaron a Julia Efinova, que ocupó la calle 5 de la final de 100 braza. La nadadora rusa es un síntoma. Es una de las deportistas repescadas a última hora tras haber sido vetada por la Federación internacional de natación. Su nombre, al parecer, no estaba en el informe McLaren que, encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), ha desvelado un dopaje sistemático en Rusia. Trampa avalada y organizada por el Gobierno de Putin, ávido de éxitos a cualquier precio.
Efinova voló a Brasil sin saber si podría competir. Ya cumplí mi sanción por dopaje. Esto sería como castigarme dos veces, dijo. Reclamó ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), que le dio en parte la razón. Alegó que el anabolizante (DHEA) hallado en su cuerpo procedía de un alimento contaminado. Es una explicación habitual en estos casos. Fue suspendida durante 16 meses. De su segundo positivo, el del meldonium, tan corriente en deportistas rusos, se libró porque el control antidopaje se produjo justo antes de que ese producto entrara en la lista negra.
Y con ese pasado Efinova se presentó en la calle cinco del 100 braza. Siempre estuvo por detrás de King, la mejor en el primer 50 y también al final, pese al empeño de la rusa en los últimos metros. El público, en pie, asistía en voz alta a una película de buenos y malos. Ganó la preferida de la grada: King, con 1.04.93, por 1.05.50 de Efinova, que un rato después subió al podio a recoger la plata más abroncada por Río de Janeiro. La rusa lloró y King lanzó su mensaje: Mi victoria demuestra que se puede ganar sin trampa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.