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Nadal se prepara para golpear la pelota.
Nadal, a por otra gesta
Tenis

Nadal, a por otra gesta

El balear supera a Bellucci y peleará por la final contra Del Potro, verdugo de Bautista

Laura Marta

Viernes, 12 de agosto 2016, 10:12

Se reduce el número de esperanzas, pero se mantiene la calidad. El tenis español elige a Rafa Nadal como protagonista único del cuadro individual después de su victoria trabajada contra Thomaz Bellucci y la heroica derrota de Roberto Bautista ante Juan Martín del Potro. Se frustra la opción de asegurar un finalista, pero el balear asume la responsabilidad consciente de su oportunidad.

Por primera vez en el torneo, Rafa Nadal no se llevó la ovación cerrada. Desde el primer paso en la pista notó que iba a tener que abstraerse de una grada que lo pitó tímidamente al inicio y mostró su fervor en cuanto el partido se puso en juego: un primer servicio del español que se marchó por poco, se celebró con alegría y aplausos en la grada; el primer punto de Bellucci, como si fuera el título.

Paciente, Nadal intentó enfriar el partido. Si la grada se alegraba de sus errores, él cerraba más puños. Si tenía que parar cada vez que una voz o un grito lo interrumpieran, lo haría. A pesar de su intención, las cosas no empezaron muy bien para él, que no acertó a poner la pelota en juego con los saques de su rival y sus propios golpes quedaban demasiado blanditos. El brasileño se vio envalentonado por el ambiente y atacó sin nada que perder. Entre sus tiros cruzados encontró un break en el tercer juego (2-1) y otro más en el séptimo (5-2). «Brasil, Brasil, Brasil», animaban mientras Nadal buscaba respuestas en su palco y cierta paz. En el intermedio trató de que el juez de silla lo ayudara, pero el furor del pabellón era difícilmente contenible. Y Bellucci animó todavía más la fiesta con un saque directo para llevarse el primer set en 31 minutos. El primero que le arrebataba el brasileño al español en los cinco encuentros en los que se habían visto las caras.

Nadal trató de volver a su intención original: templar los ánimos y rebajar la euforia. Se cambió de camiseta en el intercambio del set, una forma de encontrar la calma que requería el encuentro. Incluso tardó algo más de la cuenta en ponerse el pañuelo en la frente porque el viento se lo alborotaba. Apretó los dientes con su servicio y recibió el asentimiento de su tío. Calma, paciencia y tranquilidad. Incluso cuando la cinta también se tiñó de los colores cariocas y perjudicó al balear en dos ocasiones. La muñeca dejó de temblar en los saques y sus dos primeros turnos del segundo parcial los consiguió con 40-15. En el cuarto juego, por fin, se apaciguaron los ánimos en la grada: el español logró romper el servicio del brasileño a la cuarta bola de break que tuvo, y con un passing shot del que surgió un vamos convencido. 4-1 y con viento a favor.

No tenía prisa por ganar. Parsimonioso, pedía una pelota tras otra, o bien la toalla para quitarse el sudor y la tensión. Con otro gran revés, esta vez en cruzado, el balear se alimentó de energías y consiguió ponerse 5-2. La paciencia dio sus frutos. Segundo set para él en 44 minutos. Y lanzado en el tercero los seguidores del español por fin encontraron un hueco para hacerse oír. Ya no hacían daño los pitos en contra y sí, y mucho, los drives de Nadal, por fin seguros, certeros y ganadores. Arrinconó a Bellucci, que no tuvo más remedio que ceder ante la evidencia. Se marchó ovacionado de la pista central. Rendida la grada por fin, cambió los pitos por un caluroso aplauso para el español. Ganó el partido y al público.

Se hubiera asegurado España medalla si Roberto Bautista hubiera ganado a Juan Martín del Potro. Lo intentó, vaya si lo intentó. Remontó un break en contra en el primer set y peleó hasta el límite, pero el argentino fue más sólido en puntos decisivos a pesar del cansancio acumulado que lleva. Sus derechas mantuvieron el nivel que ha mostrado estos días y aunque el español bregó hasta el tie break en el segundo set, las lágrimas de la victoria fueron para Del Potro. Hoy, se mide con un Nadal, responsable de otro metal español.

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