Bicicletas del revés en el velódromo

El velódromo es el laboratorio del ciclismo. De la pista ha salido el esqueleto del equipo Sky que ha ganado cuatro de las cinco últimas ediciones del Tour. En el corazón de ese añillo funcionan los secretos. Todos se miran de reojo. Ocultan sus bicicletas. Que los rivales no descubran ese pequeño detalle que puede dar unas centésimas. El equipo estadounidense femenino de persecución quedó segundo en los Juegos de Londres 2012 tras Gran Bretaña, dueña hoy de los velódromo. Los responsables del cuarteto americano no se conformaron con la plata y lanzaron una pregunta: ¿Qué se puede hacer para conseguir el oro en Río? Una de las respuesta se la ha dado la firma de bicicletas Felt. Ha colocado la cadena, los platos y los cambios en el lado izquierdo, en el costado de las curvas del velódromo. Dicen en Felt que esa modificación mejora la aerodinámica y recorta el tiempo de la prueba, de 4.000 metros, en tres segundos. Aun así, Gran Bretaña -acaba de batir el récord del mundo- es la gran favorita. Pero esta bicicleta del revés ha causado sensación.

Fue presentada en primavera. A tiempo para que fuera comercializada y, así, admitida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) para la competición. El resto de las bicicletas del mercado tiene el sistema tractor a la derecha. En la carretera, las curvas son en ambos sentidos. En el velódromo todo gira a la izquierda. La pista mide 250 metros. Es un óvalo. Dos curvas por bucle. Más de la mitad del tiempo, el ciclista pedalea inclinado. Los tests en el túnel el tiempo, aseguran en Felt, han demostrado la eficacia de su sistema. También han diseñado el tubo de los cuadros de la bicicleta de forma asimétrica: teniendo en cuenta que la carrera va echada hacia el lado de la curva. El origen de la idea parte de competiciones automovilísticas como la Fórmula Nascar, disputadas en un anillo. Esos coches están hechos para girar siempre del mismo lado, argumentan en Felt. Colocar los platos y la cadena en la zurda reduce el freno aerodinámico.

Eso ha hecho Estados Unidos. Gran Bretaña ha respondido con los buzos que llevan Wiggins y sus compañeros, y con la pintura de sus bicicletas. Más secretos. En el pasado Mundial, ya se escuchaba que los británicos habían desarrollado un tejido extraordinariamente aerodinámico. Pero no lo usaron allí. Lo reservaron para Río de Janeiro. Cuentan que esta ropa tiene unos minúsculos aros de plástica sobre los que resbala el aire. Y dicen que eso les da tres segundos en los cuatro kilómetros de la prueba. Como la bici americana de Felt. Y hay más. Aunque para verlo es necesario un microscopio. La selección británica ha pintado sus bicicletas con un compuesto desarrollado por escuderías de Fórmula 1 como Mercedes, McLaren y RedBull. Evitan cualquier rugosidad. Reducen al máximo la superficie de contacto con el viento. Es lo que en el equipo Sky llaman marginal gains. Los beneficios marginales. Afortunadamente, el resto aún lo tienen que poner Wiggins y compañía.