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JAVIER BEIRÁN
Viernes, 12 de agosto 2016, 19:12
No fue una velada tranquila la de anoche para los seguidores de la selección española de baloncesto. Sufrimos más de lo que cabría esperar al término del primer cuarto. Lo cierto es que en unos Juegos Olímpicos no hay un partido fácil y quien creyese ... que Nigeria iba a ser un rival relativamente asequible, se equivocaba. Es un equipo que está yendo de menos a más en el torneo y muy imprevisible en la pista. En definitiva, un adversario muy incómodo que dio todo por conseguir su primera victoria.
En cuanto a nuestra selección, las sensaciones que dejó al término del encuentro posiblemente no fueron las mejores. El partido fue a tirones y se combinaron algunos minutos muy buenos, de jugar con ritmo y alegría, con otros minutos poco vistosos, con las ideas menos claras, donde en varias ocasiones los nigerianos consiguieron remontar. Son partidos difíciles de analizar, donde el equipo muestra varias caras a lo largo de los cuarenta minutos y cuesta saber a qué atenerse. Sin embargo, creo que hay varios aspectos muy positivos, que pueden ser claves para afrontar las dos finales que nos esperan el sábado y el lunes.
No fue un día de grandes actuaciones individuales, fue una victoria fraguada por el equipo, en el sentido más amplio del término. Conocemos el talento individual de nuestros jugadores y sabemos que pueden ser determinantes, pero también es importante ganar jugando regular, apoyándose en el bloque. Así, cinco jugadores acabaron con más de diez puntos y nueve jugadores anotaron cinco puntos o más. Entre ellos, quiero destacar a Navarro, decisivo en momentos claves cuando más quemaba el balón. Si Navarro está al nivel que nos tiene acostumbrados, nuestra selección se vuelve mucho más peligrosa. También Willy Hernangómez, que no había tenido muchas oportunidades, demostró que puede aportar minutos intensos y de calidad en la rotación interior.
Por otra parte, comentaba en la crónica anterior la influencia que tiene el aspecto psicológico en el juego y creo que en el partido supieron sobreponerse a una situación muy complicada. Después de conseguir una ventaja de dieciséis puntos al inicio, Nigeria consiguió colocarse solo a dos al descanso. La historia se repitió en la segunda mitad, España se puso catorce arriba en cinco minutos, el mismo tiempo que tardó en perder la ventaja e ir por detrás en el marcador por primera vez en el partido. Empezaba el último cuarto con España al borde del abismo y Nigeria crecida, creyendo en sus posibilidades de victoria, sin nada que perder. Es un momento de mucha presión en el que es necesario mantener la cabeza fría y tener mucho carácter para conseguir, poco a poco, llevarse el partido. Y en esos compases, volvieron a demostrar que forman un equipo muy fuerte, capaz de sobreponerse a cualquier adversidad. Ojalá estemos hablando aquí el domingo de otra victoria. Esta selección nos lo ha demostrado muchas veces y yo confío en que lo volverá a hacer.
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