

Secciones
Servicios
Destacamos
Daniel Martínez
Sábado, 20 de agosto 2016, 11:39
«Cuando empezó a jugar al baloncesto en Camargo con 11 años no podíamos ni imaginarnos donde iba a llegar». Lo dice Pancho Nicholls, el abuelo de la jugadora española que, haga lo que haga esta tarde en el partido de la selección nacional femenina contra Estados Unidos, volverá a casa con una medalla. Como el resto de la familia de la santanderina, está «deseando que regrese de los Juegos de Río para celebrar que la niña ya ha escrito su nombre en la historia del olimpismo». «Si es de oro, genial, pero si es de plata estaremos igual de contentos», apunta el orgulloso abuelo, que ya está pensando en la fiesta de bienvenida. Será algo similar a la que organizaron cuando ganó el subcampeonato del mundo después de caer en la final, precisamente, contra las americanas.
Los Nicholls no sólo pueden presumir de tener en su saga a una de las heroínas de Brasil, también de que Laura se haya convertido en una de las referencias del combinado español. Los que más la conocen, los que la han echado de menos cuando desde joven salió de casa para jugar en Barcelona, Vigo, Madrid y San Sebastián, afirman que las claves de su éxito son «el tesón y la fortaleza mental».
te interesa
te interesa
te interesa
«Y el espíritu luchador que lleva en los genes», detalla Pancho, un emigrante que hace décadas llegó desde su Curasao natal un territorio del Mar Caribe a Cantabria para buscarse la vida y conocido en media región por su trabajo durante años en Bodegas Torres. Su nieta ha sabido contagiar ese afán de superación a todas sus compañeras. Si eso no es suficiente, para ganar al Dream Team estadounidense, cuenta con ayuda divina. «Hace poco estuve con el padre de Laura en Potes, visitamos el santuario de la Virgen de Valmayor y la pedimos esa medalla para ella», recuerda el abuelo. La patrona de la capital lebaniega ya ha hecho la mitad del trabajo. Ahora, falta que lo remate.
Esta tarde, como muchos españoles, se pegarán a la pantalla de televisión a eso de las ocho y media de la tarde llenos de ilusión y «más o menos con los mismos nervios que puede tener ella». Esta semana, han estado pegados constantemente al teléfono móvil. Después de cada partido, o lo que es lo mismo, después de cada victoria y cada exhibición de Laura hablaban a través de whatsapp. Además de contarles algunos problemas que se han encontrado en la villa olímpica «cosas que cuando te estás jugando el oro olímpico no tienen ninguna importancia», afirma el abuelo Nicholls-, transmiten a Laura la ilusión que hay en todo el país con la selección femenina de baloncesto. «Y sobre todo, le recordamos que todo lo que consiga, se lo merece».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.