Recibir a una campeona

Tras verla convertirse por la televisión en la primera mujer española que logra un oro olímpico en atletismo, los cántabros quieren saber cuando podrán ver en persona a Ruth Beitia para abrazarla y felicitarla. El plan de la atleta santanderina es regresar a casa el martes. Si no se producen cambios en la organización del equipo olímpico y no hay retrasos en el aire, Beitia aterrizará en Santander el día 23 a las 20.30 horas.

Su avión llegará al aeropuerto Severiano Ballesteros para satisfacción de sus familiares, seguidores y amigos que no dudarán en recibir a la cántabra por todo lo alto. Banderas españolas, flashes fotográficos y cámaras de televisión serán la siguiente prueba en la carrera de Beitia. Pero esta vez, más que nervios, su cuerpo se llenará de alegría y emoción.

Cuando se abra la puerta de llegadas en Parayas y Ruth mire a su alrededor es posible que la cueste asimilar lo que está viviendo casi tanto como lo que cuesta hacerse a la idea de que una, es campeona olímpica. Será recibida como lo que es, una estrella del deporte que vuela salta alto.

Es probable que el Severiano Ballesteros congrege detrás de esas puertas tanta gente como cuando los grandes clubes de la Liga española venían a disputar sus encuentros a Santander. Y tiene lógica que el aeropuerto se llene. Ruth no deja de ser una galáctica.

Y es que lo que ha conseguido no es para menos. Su salto de 1,97 la ha convertido en la primera mujer española en lograr un oro olímpico en atletismo, culminando así una carrera de 26 años llena de saltos existosos y de fidelidad entre la atleta y su entrenador, Ramón Torralbo. Su 50 por ciento. A quien le debe gran parte de ese oro olímpico. Fue él quien la devolvió el gusanillo de volver a competir cuando Ruth había decidido que su etapa deportiva había llegado a su fin. Pensó mal, pero reculó a tiempo. Ahora, cuatro años después de aquella decisión se trae a casa un oro olímpico.