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Félix Ortiz Serrano
Miércoles, 6 de abril 2016, 07:20
Cuando alguien se dedica profesionalmente al automovilismo es difícil que la droga de la competición desaparezca por completo. Esto le ocurre a Chus Puras, el piloto cántabro con mejor palmarés, que recién llegado del Clio Raid que él mismo organiza ya prepara un nuevo proyecto de tres años para participar en la prueba con más repercusión mediática del automovilismo deportivo: el Dakar.
¿Cómo resume la segunda edición del Clio Raid que acaba de concluir?
Ha sido un éxito. Hemos logrado llevar a todos los equipos hasta la meta en Marrakech y todo ha salido como habíamos previsto. Estamos muy satisfechos. Habíamos hecho algunos cambios respecto al pasado año, especialmente en el día solidario, al que le hemos querido dar más protagonismo. Es un día muy especial en el que tanto los participantes como los niños del pueblo disfrutan muchísimo.
Además de la ayuda humanitaria, había la intención de mejorar la calidad de vida de estas personas en el poblado ¿Qué tal ha resultado?
Teníamos la intención, además de entregar toda la ayuda humanitaria recogida, de poner en marcha una bomba de agua para abastecer al poblado. Lo tenemos prácticamente cerrado, como el cierre perimetral de la escuela.
¿Esta segunda edición ha resultado más cómoda de organizar?
Cuando debutas siempre tienes nervios y ese hormigueo en el estomago. Lógicamente, este año ha resultado más fácil, ya que la experiencia adquirida el pasado año ha sido muy importante, pero la tensión siempre está ahí. Por muy bien que tengas todo, no se puede bajar la guardia; hay muchas personas que dependen de nuestro trabajo.
¿Qué es lo más difícil a la hora de poner en marcha el Clio Raid?
Quizá lo más complicado sea la planificación previa de los recorridos para que todo resulte bien, además de seleccionar un equipo de colaboradores que sepa en todo momento lo que tiene que hacer. Tengo suerte de contar con un equipo fantástico que lo ha dado todo para que los participantes no tuvieran ningún problema.
¿El interés por el Dakar surge de organizar esta prueba?
No exactamente. Llevo casi cuatro años bajando a Marruecos para preparar el Clio Raid, rodando muchos kilómetros por aquellas pistas y disfrutando mucho con ello, pero el Dakar siempre me llamó la atención. Ahora creo que estoy muy bien físicamente, y quizá sea el momento de afrontar una prueba de esta importancia.
¿Con qué objetivo iría?
El proyecto no pasa por participar un año en el Dakar y no volver. Mi intención es conseguir un programa para tres años. El primero, con la única intención de llegar a meta, conocer la prueba y descubrir todos los secretos que encierra una carrera como esta. Durante los dos siguientes me gustaría luchar por puestos de privilegio y, si todo va bien, por la victoria en elDakar.
Eso exige un presupuesto importante
Efectivamente. El Dakar es sin duda la prueba de automovilismo con mayor repercusión mediática. Son muchas las horas de televisión, páginas en periódicos, revistas e información en radio sobre la prueba. Pero no es fácil reunir un presupuesto que nos permita afrontar este reto con unas mínimas garantías. Estamos trabajando para conseguirlo cuanto antes, ya que hay que cerrarlo todo con mucha antelación y los meses pasan muy deprisa.
Ha probado un buggy, ¿participará con él?
Es un buggy americano de un preparador español, Javier Herrador, que tiene la sede en Valencia y cuenta con mucha experiencia en este tipo de vehículos. En principio creo que un coche como este, con dos ruedas motrices, puede ser un vehículo muy equilibrado para la carrera y que se adapta muy bien a las condiciones de las pistas. He quedado muy contento con los test.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido durante las pruebas?
Lo bien que me he encontrado yo. Llevo mucho tiempo sin subirme a un coche de carreras y he despejado todas las dudas que tenía sobre mi rendimiento al volante. Eso me ha servido para sacar mejores conclusiones sobre el coche, y aunque habría que trabajar mucho en él, creo que sería muy competitivo.
Un buggy poco tiene que ver con los coches con los que ha competido durante toda su carrera.
No se parece en nada. Este tipo de vehículo requiere una conducción muy particular, porque pesa 1.700 kilos, tiene dos ruedas motrices, un motor V8 de 450 caballos, ruedas de 17 pulgadas con unos perfiles de neumáticos muy grandes y una suspensión con unos recorridos muy largos para que absorba todas las irregularidades del terreno. Es muy diferente, pero creo que se podría desarrollar un buen coche para el Dakar.
¿Entonces este es el elegido?
No; aún no hemos decidido nada. La intención es ver qué presupuesto podemos reunir y ver todas las opciones, pero creo que la del buggy podría ser factible. Viendo los resultados de los primeros contactos, soy optimista, y de momento ya contamos con el apoyo técnico de Neumáticos BF Goodrich.
El copiloto en este tipo de pruebas también es muy importante
Sin duda. Tenemos varios candidatos que podrían formar parte de este proyecto. Durante los últimos test he contado con Manuel Navarro, un copiloto con mucha experiencia en este tipo de pruebas que ha participado con muchos pilotos, Marc Blázquez entre ellos. Me ha gustado mucho su manera de trabajar, y sobre todo, que es un ganador nato.
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