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igor barcia
Lunes, 5 de diciembre 2016, 17:07
Saltó a la fama a principios de agosto de 2013. En el hipódromo de La Teste, en Burdeos, se disputaba el Criterium du Bequet-Ventes, destinado a potros de dos años, entre los que se encontraba el prometedor 'Noozhoh Canarias', propiedad del Grupo Bolaños, que ... afrontaba su primera salida al extranjero. Nadie contaba con él, pero su victoria, además de reportar 27.500 euros a sus propietarios, cobró protagonismo porque el hecho de cotizarse en las apuestas 14-1 llevó a los responsables del recinto a quedarse sin fondos para pagar a aquellos que habían confiado en él.
Desde ese momento, 'Noozhoh' se convirtió en el caballo más mediático del turf español, y en base a sus resultados, en el mejor velocista que había salido de los hipódromos nacionales. El entonces pupilo de Enrique León estuvo a punto de ganar en París una de las pruebas que completaban el programa del Arco del Triunfo, la gran competición de las carreras galas, algo impensable para un caballo nacional. Todo estaba dispuesto para que 'Noozhoh', adquirido por 11.000 euros y cuya cotización se disparó hasta el millón y medio, brillara en Europa. Pero todo se torció de forma inesperada. Tras competir a un buen nivel en Inglaterra, el caballo empezó a encadenar derrotas. La apuesta de pasar a ser preparado por Carlos Laffon muy reconocido en Francia no tuvo efecto y después de nueve fracasos, el gran velocista estaba hundido. Se había apagado. 'Noozhoh' no quería correr.
Han pasado dos años de aquella 'depresión' que estuvo a punto de acabar con el hijo de 'Caradak'. La niebla todavía envuelve la ría de Treto y la bahía de Santoña, pero Alberto Remolina ya tiene preparados a un grupo de caballos para salir a entrenar por la playa de Laredo. Entre ellos, con aspecto relajado, se encuentra 'Noozhoh Canarias', que disfruta con la ligera sesión en un marco totalmente distinto a la monotonía de un hipódromo y que ha servido para que vuelva a disfrutar.
«Mira, es una estrella. Le gusta que le hagan fotos», sonríe Remolina, recuperador y preparador de caballos, mientras admira la planta del pupilo de los hermanos Bolaños, 'culpables' de que desde hace meses el velocista esté estabulado en Laredo. «Entramos en contacto porque me enviaron a uno de sus caballos, 'Cielo Canarias', para tratar de recuperarle de una fractura de sesamoide. Los veterinarios eran pesimistas, pero todo salió muy bien y como los propietarios quedaron muy satisfechos, poco después me enviaron a 'Noozhoh'», explica Remolina, antiguo futbolista del Racing «llegué a jugar en Segunda», recuerda, pero siempre relacionado con el mundo de los caballos.
Cuando llega a Laredo, el cometido es «recuperarlo psicológicamente, porque el caballo había perdido las ganas de correr. Por lo que contaban, en el momento final de las carreras ya no quería pelear y llegar al máximo de exigencia», recuerda Remolina. Y efectivamente, lo que se encuentra es un animal totalmente desmotivado, al que entregarse al 100% en cada carrera, su seña de identidad desde que debutó, le había pasado factura.
«Se trata de un caballo con un corazón enorme, que lo da todo desde que sale de los cajones de salida. Le gusta correr en cabeza de principio a fin, y que le siga quien pueda», describre su preparador actual. Esta forma de entregarse, si se une a una exigencia y presión desmedidas en entrenamientos y traslados a competiciones, terminó por hacerle mucho daño. «Mira, estos caballos son atletas de alta competición, con la particularidad de que no te hablan, así que hay que guiarse por la experiencia y el instinto. Hay que buscar lo que no le va, lo que no le gusta», cuenta Remolina.
Así que tuvo que aplicar todos sus conocimientos y experiencia en recuperación de estos purasangres para sacar a Noozhoh de su desgana, de su apatía. «Los primeros meses fueron duros, con mucho trabajo porque intentas entender al caballo para saber porqué no rinde. Analizas cosas, ves su día a día y a partir de ahí intentas cambiar aspectos de entrenamiento».
En este caso, ha jugado a su favor el entorno. Porque el centro hípico de Laredo se encuentra a un paso de la playa de El Regatón, donde cuentan con un recorrido de 2.400 metros en línea recta «desde el camping hasta el club naútico» o un anillo de 1.600 metros, que es donde 'Noozhoh' realizó su entrenamiento preparatorio para el Antonio Blasco, programado sobre 1.400 metros en La Zarzuela. «Date centa de que venía de estar, en Madrid o en París, 23 horas dentro del box y una hora entrenando. Aquí hay otro medio ambiente, otras cosas que se ha encontrado, más tiempo fuera de su cuadra, tiene libertad, camina por el mar... Todo eso le ha beneficiado, y a medida que pasaron los meses empezó a estar más animado, más a gusto».
Un entrenamiento diferente
El proceso, lento, dio sus frutos y 'Noozhoh Canarias' avanzó al siguiente escalón en su ascenso hacia su recuperación, hacia lo que fue. «Una vez que veo que está listo psicológicamente empieza el tema fisico, aunque hay que ir poco a poco y sin forzar de golpe, para evitar que el caballo rechace la carga de trabajo y volvamos hacia atrás. Desde que está conmigo he enfocado el entrenamiento de una forma diferente a cuando estuvo en París o en Madrid, para que no sea monótono. Hemos hecho mucho trabajo en el mar y mucho paseo por la playa. Y nos ha dado resultado porque ha recuperado las ganas de correr, aunque hay que hilar muy fino y no darle una mala lección, porque tiene memoria y podemos volver a tener un caballo apático».
Esta temporada, a sus cinco años, el caballo del Grupo Bolaños ha vuelto a poner en pie al público de La Zarzuela, que le venera cada vez que sale a la pista a competir. «Le quieren mucho porque inició su trayectoria en un momento en el que el hipódromo venía de un cierre y hacía falta un referente. Él lo es». Un caballo mediático, que antes de emprender su aventura europea tuvo una campaña en las redes sociales denominada 'Yo vi correr a Noozhoh Canarias', que tiene cuenta en twitter (@noozhoh) y que provocó uno de los momentos más emotivos de los últimos tiempos con su reaparición y victoria en junio, en el Gran Premio Carudel, donde los aficionados le aclamaron puestos en pie. «Viví lo del Carudel en primera persona y fue algo espectacular», se emociona su entrenador, que en la útima carrera no pudo celebrar una nueva victoria en el Blasco. 'Growing Glory', con la monta de Sthepan Pasquier, aprovechó la pista pesada para ganar a un 'Noozhoh' no le gusta el barro que volvió a contar con la monta de su inseparable José Luis Martínez, el mejor jockey nacional.
«Ya recuperado, seguirá corriendo la próxima temporada. Estoy convencido de que tendrá un gran rendimiento», sentencia Remolina antes de seguir dando los máximos cuidados al mejor velocista de España, que disfruta recuperado con los aires del Cantábrico.
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