Cumplida revancha y primer puesto del grupo para España

Unos minutos de tanteo entre ambas selecciones, con los porteros como protagonistas, dieron paso a un espejismo en el que la selección eslovena se colocó con un 0-3 aprovechando la exclusión por error en el cambio de Viran Morros. Los pupilos de Vujovic mostraron su técnica y velocidad en la circulación del balón y a España le costó un poco hacerse con el mando.

La exclusión de Blagotinsek a los seis minutos fue el pistoletazo de salida para los Hispanos, que ya habían fallado un penalti, de la mano de un extraordinario Balaguer, al que sus compañeros eligieron como finalizador de las jugadas de ataque. Porque si bien la renovada selección eslovena posee calidad y técnica a la hora de conducir el balón, se muestra mucho más endeble a la hora de defender. Los bloqueos de Aguinagalde preparaban la superioridad que tanto Sarmiento como Raúl Entrerríos se encargaban de explotar con excelentes resultados. Así, del 0-3, se pasó enseguida a un 7-4 que obligó a Vujovic a pedir su primer tiempo muerto que volvería a solicitar unos minutos después consciente de que las diferencias se disparaban (15-9, min. 25) y lograban su máxima diferencia al descanso (18-10).

Y es que la selección de Jordi Ribera había puesto sobre el tapete su tradicional férrea defensa pero además sacó a relucir todo el arsenal táctico en ataque para ofrecer un partido coral donde todos sus hombres anotaron menos, precisamente, los dos pivotes, Figueras y Aguinagalde.

Tras el paso por el vestuario, la enorme diferencia podría haber hecho decaer el juego de los Hispanos, pero los cambios del técnico español permitieron que la selección mantuviese el ritmo y la intensidad. Solo unos leves despistes, que hicieron reducir la diferencia con un parcial de 0-3 de los eslovenos, permitió Jordi Ribera a sus hombres sabedor de que a partir de ahora, en el Mundial, los errores y los despistes se van a pagar mucho más caros.

Vujovic reconoció que el partido estaban sentenciado cuando mediada esta segunda parte colocó en pista a hombres menos habituales, dando descanso a Marguc, Blagotinsek, Makovsek o Bezjak,y dejando al futuro azulgrana Dolenec como único recurso ofensivo.

Por su parte España continuó con su velocidad de crucero sobre la pista, exigiendo máxima concentración tanto en defensa como en ataque. Balaguer cedió el cetro anotador a Valero Rivera en estas segudna mitad y las diferencias se mantuvieron en torno a los diez goles para concluir con el 36-26 final.