Secciones
Servicios
Destacamos
Marcos Menocal
Sábado, 27 de mayo 2017, 16:00
'Los 10.000 del Soplao' son tan grandes que cuando días después se hace balance aún crecen un poco más. La undécima edición de la prueba deportiva más multitudinaria de la región y, probablemente, el acontecimiento más numeroso del año, arroja unos datos ... que dan fe de en lo que se ha convertido. Durante el pasado fin de semana, los más de 8.500 participantes se repartieron 94 palés de líquidos en los avituallamientos; algo más de siete toneladas de comida y recibieron 8.000 raciones de pasta en la carpa situada en la zona de meta de Cabezón de la Sal.
Para cumplir lo sueños de aquellos que deciden participar en El Soplao es obvio que avituallarse es determinante. Algunos de los 400 voluntarios que se multiplicaron para dar cobertura el pasado fin de semana a la logística de la prueba, fueron los encargados de repartir los 25.000 litros de agua, 20.000 de Coca Cola y más de 8.000 de bebida isotónica.
Junto a los líquidos, que en un día de calor como el pasado sábado se convierten en indispensables, no faltó la comida y 5.000 kilos de plátanos ayudaron a reponer energías a los aventureros. Pero no sólo de fruta se alimentaron las 'almas' errantes que desafiaron un año más los montes, también calmaron su apetito con 400 kilos de jamón en lonchas, 300 kilos de jamón york y otro tanto de queso. Los voluntarios se afanaron la noche antes en preparar los bocadillos que cada participante pudo degustar a su paso. Tampoco faltaron los pastelitos para los más golosos y una tonelada de pasteles de chocolate, manzana y diversos sabores se pusieron a disposición de los valientes.
Una vez concluida la prueba, Cabezón de la Sal se convirtió -como cada edición- en un foro en el que quien más y quien menos tuvo una hazaña que contar. Las penas o las alegrías con pan son más llevaderas y preparadas en un 'tupper' se repartieron 8.000 raciones de pasta con atún. Hidratos de carbono para recuperar cuanto antes. Y todo regado con sesenta barriles de cerveza.
La logística de la prueba mueve 16 médicos, cada uno con su enfermera; 24 ambulancias; tres hospitales de campaña; dos helicópteros y en esta edición, además, se señalizaron quince kilómetros de carretera con conos para facilitar el tráfico. Todo este conglomerado cada vez más enorme contribuyó a colgar el cartel de 'no hay habitación' en todos los hoteles a quince kilómetros a la redonda de Cabezón de la Sal. Un acontecimiento que no tienen parangón en la región.
Pensar en volver
En cuanto a los datos deportivos, es evidente que los sueños están para cumplirse y que si alguna vez no ocurre siempre hay otra edición para lograrlo. En 2017, alrededor del 20% de los participantes no finalizaron sus respectivas modalidades. De esta manera, en la prueba de Mountainbike, la más numerosa de todas, el 18% no completó el recorrido y tuvo que retirarse.
En la ruta a pie, el 21% no llegó a meta, el mismo porcentaje que en la combinada (48 kilómetros a pie y 67 en bicicleta). En la disciplina del maratón, el 15% no pudo con su reto y en la Ultra, el 27% tuvo que poner fin antes de tiempo a su 'locura'. Los que aún disfrutan de su éxito particular a buen seguro les durará la satisfacción mucho tiempo, pero no hay duda de que buena parte de los que rumian en silencio su pequeña decepción ya estarán reservando el fin de semana en sus agendas del 2018. El Soplao tiene algo que cuando pica no hay cura. Volver no es una opción, es una obligación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.