Aguas revueltas en Castro

En esta situación, Castro tiene enormes problemas para poder echar al barco al agua. Encuadrada en el Grupo 2 de la ARC, la tercera y última categoría del Cantábrico, los escasos deportistas con los que cuentan Korta y el otro técnico del equipo, José Ucelay, son en su mayor parte juveniles y remeros con poca experiencia.

La marcha de Luismi Villar como entrenador a Pedreña, que ha traído aparejada la diáspora de un buen número de rojillos al barco trasmerano, ha complicado aún más una situación que ya era muy compleja este verano, cuando un hombre de la casa como José Ángel Vázquez, 'Champán', aceptó el difícil reto de sacar un barco a competir. La Marinera fue colista en casi todas las regatas de Liga, lo cual no quita mérito a un trabajo enfocado exclusivamente a dar continuidad al club; a echar el barco al agua y evitar un año de parón. Para ello ejerció, excepto de remero, de todo. Casi hasta de utillero.

El cisma interno se puso de manifiesto en la última asamblea, en el que un grupo de socios mostró su disconformidad con la gestión de la actual directiva, presidida por Fernando Castro. Las dificultades económicas que sufre el club provocan y a su vez se ven agravadas por la crisis deportiva y ya se ha formado un grupo opositor que aspira a coger el relevo de los actuales gestores.

De todos modos, el objetivo de unos y otros es el mismo: conseguir una tripulación que afronte con unas mínimas garantías la Liga, algo con lo que en este momento, a un mes para que arranquen los descensos de pretemporada, Castro no cuenta.

Todo indica que se está esperando a los descartes de principios de año, especialmente en Cantabria, para completar una plantilla necesitada de watios, pero sobre todo de efectivos. Una solución para completar plantilla, pero que difícilmente podría servir para armar una tripulación competitiva que pueda estar al nivel de los principales equipos de la ARC2.

Todo esto ocurre en un club que formalmente compite desde hace más de una década como la SDR Castreña. Las deudas de la matriz, la histórica SDR Castro, que provocaron su descenso de categoría cuando terminaron las vacas gordas y no se pudo no ya armar equipo competitivo en la ACT, sino retener a los remeros propios, obligaron entonces a inscribir la trainera con la razón social y federativa del filial. Así, La Marinera de toda la vida compite como Castreña tanto en las regatas del calendario cántabro como en Liga, aunque a todos los efectos el club no sea otro que Castro.

De hecho, la sociedad histórica no se ha disuelto, y uno de los objetivos del grupo opositor es, siempre que se hagan con el control del club y que después las circunstancias lo permitan, recuperar a medio plazo la 'marca' original, terminando así con esa solución de urgencia adoptada en su momento que se ha prolongado en el tiempo. Pero para que exista relevo en primer lugar debería dimitir la actual directiva -una hipótesis que a día de hoy ni se plantea- o presentarse -y ganar- una moción de censura, un mecanismo posible pero complejo, máxime cuando Castro obtuvo en su momento muchos apoyos. Su intención es seguir y, si hay socios que creen que pueden mejorar su proyecto, que se incorporen a él.