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Maliaño. Andrea Gómez ya está aquí. Tras varios torneos en los que se había quedado a las puertas, la jugadora de la Bolística se llevó ... ayer su primer grande al ganar el Campeonato de España en Maliaño. La de Casar brilló especialmente en cuartos, donde con 166 bolos aceleró el ritmo antes de certificar en la gran final no solo el título, sino los récords del torneo y de toda la categoría femenina. Segunda fue Iris Cagigas, que por segundo año consecutivo se queda a las puertas del entorchado nacional.
Las tiradas matinales sirvieron para demostrar que, pese a lo tardío del torneo, las jugadoras tienen muchos quilates en su brazo. Cinco jugadoras en ocho bolos, una media de 140 palos por concursos y una fase final, ya en sesión vespertina, en un pañuelo. Las previsiones de mal tiempo se cumplieron y el campeonato se tuvo que trasladar de Polanco a Maliaño, con una tirada auxiliar en Parbayón. En El Parque se plantó como líder Marta Castillo, que jugó bien en la principal y lo bordó en Piélagos para afrontar los cuartos como favorita, eso sí, con una ventaja de un bolo sobre Andrea Gómez, tres sobre Iris Cagigas, siete sobre la vigente campeona Judit Bueno y ocho sobre Naomi Solórzano.
Algo más descolgada llegó a cuartos Laura Abascal, que se metió de lleno en la pelea tras ocho manos antológicas en las que, hasta las bolas que iban mal, llevaron muchos bolos. La de La Cavada es una de las triunfadoras del año con seis concursos ganados y ayer quería rematarlo volviendo a subir al primer lugar de un torneo que ya había ganado en 2006. Solo una bola que se fue con uno y una última tirada más discreta frenaron un registro que al final fue de 153 palos. Sus 412 bolos servían para marcar el corte a sus rivales y para dejar por el camino a Naomi Solórzano, que con 133 sumaba 410.
Abascal se sumaba a una fiesta repleta de invitadas y de la que se iba a quedar fuera la que cometiera un fallo, el más mínimo. Una bola que se escapa, un buen birle desaprovechado o una mano por debajo de quince podían ser sinónimos de una despedida prematura. Eso lo sabían Judit Bueno e Iris Cagigas, que con algún que otro altibajo cumplieron para colarse en semifinales.
Igual de claro lo tenían Andrea Gómez y Marta Castillo, que tiraban en el último cuarto de final. Pese a la presión que tenían encima, ambas solventaron la papeleta con acierto, hasta el punto de que la de Casar de Periedo dio un acelerón que la colocó con 25 bolos de ventaja en la tabla. Un concurso de 166 palos cimentado en el acierto desde el tiro y la ausencia de fallos desde el birle que la ponía en una situación de privilegio. Con ella se coló en la segunda semifinal Castillo, que pese a perder en la caldera la primera bola del concurso fue capaz de derribar 140.
Las dos grandes favoritas, Cagigas y Bueno, tenían que apretar en la primera semifinal y esperar el fallo de las dos aspirantes. La de Cubas fue la encargada de marcar el ritmo, de imponer una obligación a su compañera de tirada y de marcar el corte. Siempre de menos a más, la jugadora de la Bolística derribó 145, lo que suponía para Marta Castillo un reto de 141. Judit volvió a demostrar demasiada irregularidad, especialmente de birle, y certificó su cuarta plaza.
Una séptima mano para enterrar dilapidó un concurso de Marta Castillo que llevaba marchamo de meterla en la final. Sus dos primeras bolas se cerraron y, a partir de ahí, no pudo remontar una mano maldita. A su lado, Andrea Gómez perdía bola por estacazo y, pese a estar lejos de su rendimiento en cuartos, cumplía para avanzar de ronda con quince bolos de ventaja. La final estaba servida.
La ventaja material de quince bolos de Andrea se contrarrestaba con la desventaja moral de tener al acecho a una jugadora que lleva dos años remontando en la final del Campeonato Regional. Compañeras en Torrelavega Siec, si la de Casar de Periedo era capaz de templar los nervios, el trabajo estaba casi hecho.
Tras las dos primeras manos, Gómez había ampliado su margen tres bolos más, después de que en la segunda mano una bola se quedase sobre la raya y la bolista completara una bajada de trece palos. Pese a ello, Iris sabía que no estaba en un sprint sino en una carrera de fondo. A raya alta la diferencia era de catorce, después de que a Andrea se le quedase una bola de tres en la cuarta tirada. Error o mala suerte, la jugada podía condicionar todo un campeonato.
La quinta mano iba a ser clave. Cagigas elevó la bola en busca de amarrar cerca de la caja e hizo jugada fuerte, diecinueve bolos que obligaban a su rival a no fallar. Andrea aguantó la presión con 21 y volvió a recobrar la ventaja perdida en la cuarta tirada. Solo le quedaba cumplir, resistir y certificar su primer triunfo grande.
A partir de ahí, Andrea se gustó y con el título en el bolsillo disfrutó de una última tirada en la que batió tanto el récord del Campeonato como el récord total de cinco concursos en categoría femenina. La de Casar, sin duda, ha llegado para quedarse.
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