Andros y Camargo jugarán la final de Copa

Las semifinales habían deparado dos partidos de muy diferentes tono. La primera media a los dos gallos de la competición, las dos peñas llamadas en marzo a pelear por todos los títulos y que, por diferentes circunstancias, llegaban al duelo sin haber llevado a sus vitrinas trofeo colectivo alguno. Los de Las Fraguas tenían, además, la responsabilidad de defender el torneo logrado el pasado curso en El Malecón.

Que la Copa FEB se le da bien a Andros se puso de manifiesto en un choque en el que ambas cuadrillas alternaron altos, bajos, boladas y pinchazos y en el que dos emboques, de Óscar González y Lolo Lavid, fueron decisivos en la resolución del mismo. El de Las Fraguas, en su ocaso como jugador de la entidad, al menos de momento pues saldrá cedido a la Bolística, ha templado ánimos y nervios y ha recordado al Lolo de sus mejores tiempos. Con él inspirado y El Junco en su línea de final de curso, el cuadro del Valle de Iguña tuvo también esa pizca de suerte que se requiere en los momentos importantes.

Y es que, por ejemplo, en el tercer parcial y cuando a Carlos García se le habían quedado las dos bolas, logró un acierto de veinte que cambió el rumbo del partido. Peñacastillo, que jugó a tirones, logró empatar el partido, pero fue un esfuerzo que quedó en balde debido a otro emboque, en este caso de Óscar desde la distancia máxima, y a un espectacular birle de 35 palos desde dieciséis metros que sentenció el choque y el avance a la final de un conjunto que, al final, puede salvar la temporada a última hora. Los de Cañas, por su parte, cierran el curso a nivel colectivo con una nota irregular. Y es que, más allá de no levantar ningún trofeo en partida (han ganado los dos campeonatos de parejas), venían de varias campañas espectaculares.

El segundo partido de la tarde era incluso más emotivo que el primero. Tras salvar los cuartos con la última bola, Casa Sampedro afrontaba un nuevo duelo a vida o muerte que podía ser el último de la historia de la peña. Enfrente, un campeón de Liga que ante Riotuerto había realizado 24 horas antes uno de los mejores partidos del año.

Camargo arrancó el juego en la misma línea, con bolada, aunque con el paso de los chicos la raya alta colocada por los de Torres enmaraño el juego camargués hasta llevar el duelo al sexto parcial. El mismo se dirimió de tiro corto, desde donde los de Alfonso Díaz naufragaron toda la tarde. Un último chico que, a la vez que supuso el avance a la final del favorito fue el último, o eso parece, de la historia oficial de Casa Sampedro. Que sea un hasta luego.