Dos años de claroscuros

El eje fundamental de programa electoral de Ortiz era la unión entre bolos y empresa, lo que iba a conllevar un importante aumento de recursos económicos para todos los estamentos y, especialmente, «en las modalidades, peñas y jugadores que más lo necesitan». El mandatario aludió a su buena relación con la CEOE y a su disposición para salir a buscar patrocinios a la hora de garantizar unas aportaciones que, de momento, no han llegado. Más allá de la colaboración del Banco Santander el pasado curso, que ya había mostrado su predisposición a aportar y que este año todavía no ha firmado el convenio, la promesa no se ha traducido en algo tangible. Acercamiento ha habido, intentos también, pero las dificultades económicas en algún caso o la baja oferta en otros han provocado que la situación sea similar a la de antes de los comicios.

Y, claro, la falta de esos recursos económicos provoca que Norberto tampoco ha podido cumplir otros puntos de su programa relacionados con el dinero, como las ayudas económicas a través del patrocinio de Ligas, el fomento de la Liga femenina o el impulso a los pasabolos y al bolo pasiego, que tampoco han contado con recursos extra ni con mayor presencia mediática. En el debe del corraliego también figuran promesas ajenas al factor monetario como la creación de un organigrama federativo que permita solucionar los problemas de todos los colectivos, la modernización de la Federación o la adaptación del calendario a las necesidades de los jugadores más modestos.

Otro de los puntos clave de la victoria de Ortiz fue su compromiso a la hora de impulsar las categorías menores, un punto que se ha quedado a medias ya que, con Blanca Gandarillas al frente, los monitores sí acuden a los colegios, pero ni se han dado exhibiciones en boleras portátiles ni se han organizado excursiones para ver partidos. También está a medias la digitalización y modernización de la Federación, un ente que tiene muchos pasos que dar en su política comunicativa.

Dentro del amplio programa electoral que le llevó a ganar las elecciones Norberto Ortiz también ha cumplido varios de los puntos, como el de la creación de comisiones de todas las modalidades, la recuperación del día de los bolos, un curso de monitores o la reimplantación de las dietas en los campeonatos de todas las categorías.

La más polémica de sus promesas y la que ha llevado a los bolos al cisma es la reestructuración de las Ligas Regionales. Estrictamente hablando es una promesa cumplida, ya que mantiene las categorías anunciadas, crea la Segunda en pasabolo losa y fomenta los partidos de ascenso y descenso, aunque para ello la Federación que preside Ortiz delegó en una asamblea que ha acabado dividida, con buena parte de la misma presentando la dimisión y con la aprobación de una medida que traslada la Segunda Especial a Primera, que quita los dieciocho metros de la categoría por debajo de la División de Honor, que aboga por las promociones y que echa un pulso al convenio firmado entre el ente federativo y la Apebol.

Quedan dos años para que finalice su mandato y son muchos los frentes abiertos para una Federación que tiene por delante la más complicada de sus promesas electorales, la de la captación de recursos. Ortiz dijo en campaña que «el dinero no crece en los árboles, hay que ir a buscarlo». Que nadie pueda reprocharle que no fue a por él.