Aritz Aranburu suma otra estrella a la galaxia del surf

«Es un honor recibir este premio, que además es por mi trayectoria, no por ganar un campeonato que es algo más momentáneo», señalaba el deportista vasco al acabar. Guipuzcoano, de Getaria, Aranburu es, posiblemente, el mejor surfista español de competición y el único en formar parte de la élite de los 34 mejores del mundo, los que compiten en el circuito Championship Tour de la World Surf League (WSL). Lo hizo por primera vez en 2007, el mismo año en el que se proclamó campeón de Europa, y con tan solo 22 años, para repetir en 2014. Desde entonces ha seguido acumulando títulos, como el Billabong Pro Tahiti en Teahupoo (Tahití), una de las competiciones de mayor nivel.

La carrera del guipuzcoano comenzó en Zarautz antes incluso de que sus padres le regalaran su primera tabla por su comunión. A partir de ahí se forjó una leyenda que ha cabalgado olas por todo el globo y representado al surf español en las competiciones más importantes del mundo, algunas de ellas en Cantabria. «Surfear en Cantabria siempre ha sido un placer, es una de las regiones del Cantábrico que mejores olas produce. Siempre he disfrutado, desde que venía de pequeño a los primeros campeonatos». Este mismo 2019, el Rip Curl Santa Marina Challenge disputado en Loredo, una competición puesta en marcha por el cántabro Pablo Gutiérrez y en la que se midieron ocho 'pro surfers' contra otros ocho de la región, tuvo como ganador al surfista guipuzcoano.

La de Aranburu es la cuarta que adorna el Paseo de las Estrellas del surf de Somo. Una localidad en la que este deporte no solo es religión, sino un motor económico gracias al turismo que atrae. De ahí que en el acto de este miércoles, junto al alcalde de Ribamontán al Mar, Francisco Asón; el director general de Deportes, Mario Iglesias; y el presidente de la Federación Española, Carlos García, estuviera la directora general de Turismo, Eva Bartolomé. Junto al de Getaria tienen sitio en el firmamento de las tablas Pablo Gutiérrez, campeón de Europa y el primer surfista español en participar en el Pipeline Masters; Laura Revuelta, la primera surfista española de la historia; y los pioneros del surf, un grupo de valientes que desafió las olas cuando muy pocos se atrevían a hacerlo formado por Jesús Fiochi, Zalo Campa, Carlos Beraza, José Manuel Gutiérrez Mecolay, José Manuel Merodio, Manuel Martínez Lolis o Antonio Sáez.

El surfista guipuzcoano ha participado este verano en el Mundial de Japón, formando parte de la selección dirigida por el cántabro Pablo Solar. Una experiencia que fue «en general mejorable», ya que no logró la plaza en juego de cara al estreno olímpico del surf. «La única plaza que había para los deportistas europeos la consiguió un portugués». Un objetivo, Tokio 2020, que supone un estímulo para Aranburu y para todos los surfistas españoles, para «el que el año que viene se van a repartir más plazas y vamos a intentar ir a por ellas». Para ese objetivo tendrá que hacer un buen papel en los Mundiales de la International Surfing Association previos a la cita nipona.

Tras el acto oficial Aritz Aranburu acudió al colegio Nuestra Señora de Latas, donde pudo aconsejar a los más jóvenes acerca de las dificultades de llegar hasta la élite. Y es que ni él mismo se imaginaba cuando cogía sus primeras olas que iba a llegar a ser uno de los mejores del mundo. «Empiezas como un juego, aunque es verdad que desde pequeño observaba a los mejores y pensaba que podía ser el mejor trabajo del mundo».

Viajar por todo el planeta, competir con los más grandes en busca de la ola perfecta… Que siempre será la siguiente. «Siempre sueñas con coger alguna ola mejor». Eso sí, con forma de tubo. «Me gusta meterme dentro de la ola y estar el mayor tiempo posible». Además de en el interior de las olas, Aritz Aranburu ya está en la galaxia del surf.

La próxima estrella será internacional, ya que se barajan los nombres de Jeremy Flores, Mick Fanning o Jeff Hakman unirse a un paseo que ya es lugar de peregrinación de los amantes del deporte de la tabla.