«En las bajadas, soportamos más 'fuerzas g' que un piloto de Fórmula 1»

-¿Cómo se le ocurre a un cántabro practicar skeleton?

-Yo vengo del atletismo, de la velocidad. Tengo el récord de Cantabria de 100 metros (10.70) y en el último Nacional quedé séptimo en 200 y décimo en 100. El año pasado, la Federación de Deportes de Hielo hizo una convocatoria. Querían gente joven, con ambición y ciertas marcas en velocidad para probar en skeleton. Y me pregunté que por qué no probar. Ander Mirambell fue el impulsor del proyecto. Se retirará tras los siguientes Juegos, en Pekín 2022, y quiere que alguien siga con su legado. Entre 110 solicitudes se eligió a once personas y tras dos concentraciones, en Innsbruck (Austria) y Saint Moritz (Suiza), quedamos cuatro. De esos, renunciaron dos.

-Hay una película, 'Elegidos para el triunfo', sobre un equipo jamaicano de bobsleigh. Suena a algo muy similar a lo suyo...

-Sí, es un poco lo mismo (risas). He visto la película y siempre la pongo como referencia.

-¿Cuántas veces ha tenido que explicar lo que es el skeleton?

-Muchas. Suena de verlo por la tele, pero hasta que no me he metido en ello, mi entorno no lo conocía. Ahora, a promocionarlo y a ver si se anima más gente.

-Pues promociónelo ¿Qué es el skeleton y que se necesita para practicarlo?

-Lo primero, consiste en un sprint inicial muy fuerte para empujar el trineo. Y luego te tumbas encima, con la cabeza por delante, en la posición más aerodinámica posible. Debes memorizar muy bien el circuito para tomar las curvas lo mejor posible, ya que si chocas contra ellas, es lo que te frena. En esas bajadas, lo que más sufre es el cuello. Soportamos fuerzas de hasta 5 g en las curvas, más que un piloto de Fórmula 1. El cuello requiere un trabajo muy específico. Pero también se necesita equilibrio, capacidad de reacción...

-¿A qué velocidad bajan?

-Depende del circuito. Yo he llegado a los 127 kilómetros por hora. Pero los profesionales alcanzan los 140. Las curvas son muy enlazadas y la sensación de velocidad es muy grande. Cuando empecé, me ponía espinilleras de fútbol en los brazos y el trineo no era hecho a medida, por lo que me salían los brazos por fuera. Eran ellos los que primero chocaban con el hielo.

-Parece un deporte de riesgo...

-Lo peor es volcar. Por suerte, sólo he volcado una vez. Pero es un golpe muy fuerte. Es como estar en un parque de atracciones descontrolado. Pero cuando empiezas a dominar el skeleton, es algo muy placentero.

-¿Dónde entrena? ¿En España hay instalaciones para esto?

-No, no hay nada. Aquí entrenamos el físico. En Castro, tengo un trineo con ruedas con el que entreno la salida. Pero entrenar en hielo y competir, todo es fuera de España. La temporada va desde septiembre a marzo. Este año he competido en Estados Unidos y Canadá, con tres pruebas en las que he quedado entre los 20 primeros. Me he sorprendido a mí mismo, ya que es mi primera temporada. El pasado día 8, participé en el Mundial Júnior en Winterberg (Alemania). Quedé en el puesto 31. Alemania es uno de los países punteros en este deporte. Allí entrenan en skeleton niños de diez años (risas).

-El pasado fin de semana se celebró en Saint Moritz el primer Campeonato de España de skeleton. En Suiza les mirarían como algo exótico...

-En todos los circuitos, como vamos de la mano de Ander Mirambell, como que nos tienen más respeto. Y además, a los españoles se nos considera gente de buen rollo. El campeonato se celebró a la vez que el de Suiza, y nos animaban como a unos suizos más. Además, entre las dos federaciones hay colaboración, un 'hermanamiento' para grabar vídeos de las bajadas, etc. Son gente muy agradable. Y encima el Nacional, con el que he terminado la temporada, fue en Saint Moritz, la cuna del skeleton. Su circuito es de hielo natural. Para mí, es el más bonito que hay.

-¿A qué aspira en este deporte?

-Es mi primera temporada. Como quien dice, llevo cuatro meses practicándolo. Decir que iré a los próximos Juegos es un poco atrevido. Pero creo que tengo proyección. En skeleton, la velocidad para la salida es muy importante. Y eso ya lo tengo. El objetivo es seguir mejorando, competir en la Copa del Mundo y de ahí, ir a unos Juegos Olímpicos.

-¿A qué se dedica, aparte del skeleton?

-Soy graduado, por la Universidad Europea del Atlántico, en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Ahora trabajo en la propia universidad y quiero empezar un doctorado. También soy entrenador nacional de atletismo. Me imagino que ahora siga con las zapatillas de clavos hasta que llegue la próxima temporada de skeleton.